jueves, 4 de diciembre de 2014

Alfredo Veiravé, Como la caliente araña devoradora


NO SMOKING

En el país de la Yegua Tordilla hay órdenes que cumplir:
                una de ellas, quizás la más conveniente
                      No fumar.
Que se atrevan a vivir en la poesía como decía
                André Breton, y cumplir órdenes. Como si prohibiendo
como decía aquel pasajero de la locura no se van a caer los aviones.
No fumar, no en nombre de los árboles del pulmón
                que vistos desde arriba parecen las sombras del planeta Tierra;
no en relación con un fuego central que el humo quiere
apagar en la casa de la oscuridad del Popol Vuh, en el infierno de las
torturas, en las hojas de tabaco que ofrecen al de los ojos vendados como regalo de Fin de Año.
Los testigos perdidos en el humo
                de aquellas hojas femeninas serán colocados como castigo
                en un lecho de hormigas insomnes.
Pero, qué fragancia de crujientes olores y de aves remotas
                sube por tus costillas de plantaciones manuales cuando
las miro a través del lenguaje que no habla, ese humo que queda flotando en el ambiente.
Cuando la luz roja se apaga el pasajero
supone que las extrañas costumbres del colibrí, su erotismo,
                vuela hacia el cielo de profundos besos
                por una constelación de nubarrones,
                         negros
como la caliente araña devoradora.



En: “Radar en la tormenta”, Sudamericana, 1985.
Alfredo Veiravé (Gualeguay, Entre Ríos, 1928 – Resistencia, Chaco, 1991).

Foto: AV en contratapa libro, s/e. 

4 comentarios:

mariel monente dijo...

Gracias por esta entrada, es un placer leer a Veiravé siempre.Felicitaciones por el blog.

José María Pallaoro dijo...

Gracias, Mariel, un beso grande, y en poco tiempo entro a tu "Sutura". Mi abrazo!

Anónimo dijo...

muy bello, gracias! "extrañas costumbres del colibrí"

norma starke

José María Pallaoro dijo...

"su erotismo, vuela hacia el cielo de profundos besos..."