jueves, 30 de diciembre de 2010

Leónidas Lamborghini – No caer en eso


HAY UNA INSTITUCIÓN LITERARIA Y EL QUE CAE EN ESO SE JODIÓ

Vos entrás a una villa y ves que la señora tiene un cuadrito con un ranchito y un arbolito. Tiene un goce estético, ¿qué le vas a poner?, ¿un Picasso? Para ella es un mamarracho, no le dice nada. Eso es una historia de la pintura, igual que pasa con la literatura. Hay universalidad en el goce estético aunque sea un sorete puesto en la vereda. No le podés decir a esa señora que no sabe lo que es bueno, sí sabe, para ella es eso… Entonces todo esto es muy relativo, jode la historia de la literatura. Yo lo veo como un friso, donde está la Divina Comedia pero no me saqués el “Madrigal” de Gutierre de Cetina porque si no se me viene todo abajo:

“Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?”

Esa música, esa cosa, no lo puedo sacar.
Los pintores saben, ponen un elemento aquí, otro acá. A mí me pasa lo mismo, será una cuestión de grado pero la historia de la literatura me ha impuesto que yo no puedo comparar una cosa con la otra. No lo necesito. Para el goce estético de mi vida, me van a acompañar ciertas letras de tango, ya no se dice más que es menor, el valor que tienen lo impone.
Hay una institución literaria y el que cae en eso se jodió. Yo no me considero ni un escritor ni un poeta. Por que suena a profesionalismo. Yo soy un tipo que además de todo lo que ha hecho: cinco hijos, tres mujeres, trabajar, ser desocupado, militar (políticamente), creer en un movimiento, descreer, criticar, pecar, equivocarme, además de todo eso: escribo. Para mí nunca estuvo en primer lugar lo de ser escritor, si no escribía, reventaba. Para mí fue una válvula de escape, pero claro que no es tan fácil porque no es el vuelco de esa experiencia, hay que refinarla, darle forma, porque el arte es darle forma, qué hacemos con el qué. Me desocuparon de Crítica, me quedé en Pampa y la vía, y tenía mis hijos y los mellizos, y me tuve que ir a vivir en un rancho de lata en Lavallol, con agua de bomba, y mi mujer lavando los pañales, que no te los vendían como ahora, en una pileta con escarcha, con una letrina y te voy a poner eso y te voy a contar: no, no se sostiene… Eso, hecho arte, es otra cosa, hay una elaboración en cómo lo decís. Entonces hay gente que cree, ingenua, que dice la fusión del yo y sus penas, pero no se sostiene como poema, no hay lenguaje, no hay estructura. Se estereotipa, los modelos están, pero cuando la cátedra o la institución los esclerotiza, no sirve para nada. Por eso, lo que uno tiene en cuenta es lo que decía Nabokov: “Denme un lector creativo y me salvo.” La obra se salva por el lector. Hay alguno que puede leer el Dante como Schopenhauer, un mamarracho, pero lo puede leer así, hay una creatividad. Lo leyó así, vio que todo ese aparato alegórico era un mamarracho para él, claro que no vio la potencia del lenguaje, la construcción, la estructura, pero tiene que existir ese tipo de lectura que mueva al modelo, que lo critique, que no se deje devorar, porque está atrás esa idea peligrosa de perfección que es una idea paralizadora. No hay nada perfecto, son mentiras. La institución te puede hablar de la vaca sagrada, que es perfecta. Pero tienen que venir las otras generaciones a hacer lo suyo, y parten de una crítica de ese modelo que se les ha impuesto. Y después, como dice Pound: “Bueno, ahora puedo hacer negocios con vos, viejo Walt Whitman”. Primero lo criticó, pero después, cuando hace Los cantos, lo valora. Primero el parricidio y después, cuando sos padre y sabés las dificultades que tenés, ves que no era tan fácil…


En “Mescolanza. A modo de memoria”, Emecé, 2010.
Imagen: Tapa Mescolanza. Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 1927-2009).



AROMITO se despide por este año. El 2011 será poesía y política. Estamos dando la pelea. Abrazo fuerte a todos, y lo mejor, lo necesario, siempre. Jmp.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Miguel Abuelo – El largo día de vivir


EL LARGO DÍA DE VIVIR


Me gusta este lugar por las mañanas
cuando el sol entra por las hendijas
y se acuesta sobre nuestra cama
al nosotros despertar.

Encontrar tus ojos es muy bien.
El gallo canta en la cocina.
Alguien prepara leche, pan y miel.
Comienza el largo día de vivir.

Tú eres farol en mi guía.
Tú eres la luz de mis naves.
Tú eres color en mis sueños,
por ti real es la vida.

El sol camina sobre el horizonte.
Ya no se detendrá, ya viene el día.
Mi amiga ya salió pa´ la montaña.
Me gusta verla ir camino arriba…



En LP “Miguel Abuelo et Nada”, 1975, Francia. Imagen: Tapa del disco.

Miguel Abuelo (Munro, Buenos Aires, 21 de marzo de 1946 – 26 de marzo de 1988).


Manal – Vieja sabiduría...


PARA SER UN HOMBRE MÁS

Tú vas en este tiempo que nunca podré entender.
Esto parece fácil, la sangre vino de ayer.
Aguas con mucho aceite, ciudades de alquitrán,
para ser un hombre más.

Gente que habla mucho, reparte por ahí
vieja sabiduría que nunca podrá vivir.
Pálidos de cultura, cerveza van a tomar,
para ser un hombre más.

Cuánto tiempo llevo aquí en la avenida,
y ese rascacielos ni siquiera grita.
Tengo mucho sueño, me quiero ir a dormir,
por favor.

Somos tan diferentes todos entre sí,
que cualquier sedante con todos me va a rendir.
¡A beber el vino de la prosperidad!
Para ser un hombre más.

Sigo organizando ahora el gran festín
del aburrimiento que siempre doy para mí.
Todos pueden venir, se van a divertir
como yo.

Chicas muy arregladas pasean por ahí
pasan por la cortina de un miedo que va a venir.
Bajo la ventanilla, para poderlas ver,
para ser un hombre más.

Cambio por este día un cheque de un millón
o viaje con estadía al tiempo de un faraón.
Voy a añorar cosas de la antigüedad,
para ser un hombre más.

Un hombre más, un hombre más…

LyM. Javier Martínez. En el primer simple del sello Mandioca, y de Manal, con los temas “Qué pena me das” y “Para ser un hombre más” (de Javier Martínez), 1968. Incluido luego en reediciones.
Foto: Manal: Alejandro Medina (bajo y voz), Claudio Gabis (guitarras) y Javier Martínez (batería y voz).

martes, 28 de diciembre de 2010

Graciela Pernas Martino – Una hoja


DE AQUÉL ÁRBOL…

De aquél árbol
corté una hoja
y en veinte mil pedazos
entre espacios rompí
vi en los ojos silenciosos
de los que me rodeaban
que no era yo aquella
sino sólo un cuerpo que giraba
al compás de la música
que flotaba en la ciudad.



En “Pájaros rojos”, Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, diciembre de 2009.

Graciela Pernas Martino nació en La Plata en 1955. Fue secuestrada junto a su marido Julio Gerardo Poce el 19 de octubre de 1976 y vistos por última vez en el centro clandestino Proto-Banco y en el Pozo de Banfield hacia fines de ese mismo año. En el momento de su secuestro tenía 20 años.
Foto: Graciela Pernas, solapa de Pájaros rojos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Graciela Pernas Martino – Una mañana que no esté prefabricada


TAL VEZ EXISTA…

Tal vez exista una mañana
que sea de papel
o palabra
o que no tenga los números
de las páginas marcadas
o que pose sencilla
como una hoja rayada
que no sea sólo el mío aislado
y sin temblar despertarme en él temprano
Tal vez exista una mañana
que no esté prefabricada.



En “Pájaros rojos”, Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, diciembre de 2009.

Graciela Pernas Martino nació en La Plata en 1955. Fue secuestrada junto a su marido Julio Gerardo Poce el 19 de octubre de 1976 y vistos por última vez en el centro clandestino Proto-Banco y en el Pozo de Banfield hacia fines de ese mismo año. En el momento de su secuestro tenía 20 años.
Foto: Graciela Pernas, solapa de Pájaros rojos.

Graciela Pernas Martino – Claudicar



CÓMO SE PUEDE…


Cómo se puede comprender
hambre y miseria
y claudicar
cómo se puede sentir
odio por amor
y claudicar
cómo se puede sentir
                       pólvora y dolor

y claudicar
ay mi tierra, ay nuestros pasos
cómo se puede





En “Pájaros rojos”, Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, diciembre de 2009.

Graciela Pernas Martino nació en La Plata en 1955. Fue secuestrada junto a su marido Julio Gerardo Poce el 19 de octubre de 1976 y vistos por última vez en el centro clandestino Proto-Banco y en el Pozo de Banfield hacia fines de ese mismo año. En el momento de su secuestro tenía 20 años.
Foto: Graciela Pernas, solapa de Pájaros rojos.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Julio Llinás – Todos los días me pregunto si ha sucedido algo



DÍA TRAS DÍA

Todos los días
me pregunto
qué ha sucedido
en mi vida
el día anterior.

Las jornadas
escapan
hacia el sábado
que es mi día peor.

He recibido noticias
siempre vagas,
invitaciones molestas,
elogios exaltados,
publicaciones
de mis versos
en algunos diarios
y revistas,
algunas entrevistas,
y malos libros
de poemas.

De tanto en tanto
hago lecturas
en sitios deprimentes
con diez o doce
presentes fervorosos
(o al menos
eso creo).

Sigo escribiendo
y escribiendo,
esperando
y esperando.

Todos los días
me pregunto
si ha sucedido algo.

No ha sucedido
nada:
no dejaré
de ser mortal
por más que haga.

Y ya llega
otro sábado.





De “Sonrisa de gato”, 2002. En “De las aves que vuelan”. Antología personal (1950-2007), con prólogo de Rodolfo Alonso. Editorial Argonauta, 2008.
Foto: Jmp, detalle tapa libro
Julio Llinás nació en Buenos Aires en 1929. Poeta y narrador.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Leónidas Lamborghini – Una noche de la fe



ZARPA, 8

la noche. una
noche de la fe. la
noche del no
de la noche
de la fe.


En “Verme y II reescrituras de Discépolo”, Editorial Sudamericana, 1988.
Foto: Jmp
Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 1927-2009).

jueves, 23 de diciembre de 2010

Leopoldo Castilla – En el camino que nos llevó al comienzo


II

Descendíamos entre los astros
algunos fuimos hombres
otros llegaron a ser luciérnagas.

Y perdimos la eternidad en el camino
que nos llevó al comienzo.


IV

Vinimos antes.
Hay
lugares que el espacio desconoce.

Soy la luna que le aúlla al lobo,
me he infiltrado entre ustedes
convicto
con la intensidad de la hoja que cae
lejos de la naturaleza.
Una esquirla que brilla en los residuos,
un génesis falso, una alegría.

Sobrevuelo la tierra
la tiemblo
igual que una lluvia que no ha caído todavía
olisqueo el mundo como a una presa.

No olviden el fulgor del instante que no está.
Los hombres llegan antes de venir.

Soy una señal
debo amamantar a mi madre
después volver al sol.



VII

El hombre se ve entero en el ojo del animal
dentro de una gota
cayendo todavía en el aluvión de los astros.
Y ve el tigre tatuado por las llamas del sol
el tigre
clandestino
pisando apenas para no incendiar los campos.

Mira la víbora, guante del rayo,
la astronomía de la araña,
los nervios del relámpago en la cebra,
los meteoritos de los escarabajos,
la noche insepulta del toro
y la lujuria planetaria del saurio.
Todo el cosmos preso en la manada.

Menos el colibrí que tiembla, fijo en el aire.

Ese
recién está llegando.



En “Manada”, Ediciones El Mono Armado, 2010
Foto: Jmp. Teuco marchando en San Lorenzo, Santa Fe, 9.10.10.
Leopoldo “Teuco” Castilla nació en 1947 en Salta.

Leopoldo Castilla – Porque todo está lleno de lo que no existe



X

A muerte
es la batalla de los nacimientos.


Nunca fuimos tan lejos como al amor;
hasta el orgasmo
hasta que solloce la estrella
y entra al cóncavo la luna
y en el convexo
un desierto.


Y en la unión de dos hembras
un lento medanal,
un pensamiento besando a un pensamiento;
el del travesti, la centaura
que voló las ventanas de su metamorfosis
y se esculpió despierta en otro sueño;
el del onanista que tiene
el cuerpo en la quimera
y una fuente en el cerebro;
el del necrófilo
que sale con ojos de mosca de los cementerios;
el de dos machos martirizando un caballo,
el hermafrodita lanceado por un anturio
y también el eunuco que oye un lobo
al fondo, muy al fondo de la nieve de su deseo.

Estalla el sexo libre en la manada.

La manada se vuelve firmamento.


XII

Andaba oculto el tiempo.
A veces parecía un nublazón,
otras veces silencio.

Cuando se apenaban lo veían. Y también
en la putrefacción
y el deseo.


Le hicieron un lugar en la manada.
Un extranjero triste.
Le daban a beber agua perdida,
hilitos de nada,
le daban a comer sus muertos.

Él devoraba sin mirarlos,
era una segunda sombra
ocupando todos los resquicios:
de la alegría el salto,
las grietas del olvido, los agujeros del miedo.

Desde entonces manda.
Desde entonces
como al fuego
a cada uno lo mata su nacimiento.

Se irá sin recordarnos.
dejándonos atrás
huesitos de un relámpago


( hojas se creían.
Y eran el viento.)



XXIII

En el patio, ahí, en el calor,
soy transparente.
Todavía no soy nadie en los espejos
pero sí el único que jamás va a volver
cuando se interne como un león
en los yuyarales del baldío.

Tengo tres secretos:
todas las noches, despierto,
veo descender la muerte por la escalera
y, dormido,
llegar
la lluvia de fuego del fin del mundo.
Y el tercero:
de día en el mercado, por una moneda,
un viborero me cuelga dos serpientes en el cuello.

A mis padres no les digo nada. Hay que ser hombre.
No saben tampoco que sé volar. Y desaparecer.
Porque todo está lleno de lo que no existe.
Que lo diga mi abuela Lola que no ve
y recuerda a los ángeles
o mi abuela Candelaria que apaga relámpagos
con una cruz de ceniza.

“Dónde andará ese chico” se preguntan, sin darse cuenta
que estoy en todas partes.

Un día me suicido para verme,
para acordarme de mí cuando sea grande.

Sé cuantos gallos asesina el alba
y que las tardes son una sola tarde. Aún no
terminé de contar las estrellas.
Por eso aquí no se muere nadie.


Yo los salvo.
Tengo una espada
y camino por el aire.


En “Manada”, Ediciones El Mono Armado, 2010
Foto: Teuco Castilla, Eduardo D’anna y el administrador de este blog en casa del poeta Guillermo Ibáñez, Rosario, octubre de 2010.
Leopoldo “Teuco” Castilla nació en 1947 en Salta.

Leopoldo Castilla – La palabra luna que hace mucho volvió a la luna



XLV

Traza un mandala
fija un escorpión
o cierra un laberinto.

Símbolos, guaridas
que detengan el ayer
que es más veloz.

Cuando vuelva del olvido
no reconocerá estas marcas.

Intacto es lo que nace
intacto lo que desaparece.

La muerte es un segundo
que no tiene sitio

No sabrá que estuvo aquí.
Que el tiempo se mató para matarlo.


LIII

¿Quién dirá Guaira y vendrá el hermano,
quién llamará al padre
a su luciérnaga sola entre los muertos ?
¿Cómo nos dará el nombre del maíz
su niñez furiosa
y sin caballos
cómo afirmará los campos
la palabra caballo?


¿Volverán las tardes
sin la palabra garza ?

¿ Serán almas en pena
otoño y laguna y cántaro?

¿Serán como la canción
que sin nosotros
nos recuerda
o como el perfume del árbol
que dura más que la muerte del árbol ?

El adiós las vuelve en sí.
No se irán nunca.

Menos una que no era de este mundo:
la palabra luna
que hace mucho volvió a la luna.



En “Manada”, Ediciones El Mono Armado, 2010
Foto: Teuco Castilla y el administrador de este blog en casa del poeta David Fuks, Rosario, octubre de 2010.
Leopoldo “Teuco” Castilla nació en 1947 en Salta.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Luis Alberto Spinetta – Nunca calla, solo se desprende y es igual a las guirnaldas



CANCIÓN PARA LOS DÍAS DE LA VIDA

Este dia empieza a crecer
voy a ver si puedo correr.
Con la mañana silbándome en la espalda
o mirarme en las burbujas.

Tengo que aprender a volar
entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata
que de noche nunca rien.

Si la lluvia llega hasta aquí
voy a limitarme a vivir.
Mojaré mis alas como el arbol o el ángel
o quizas muera de pena.

Tengo mucho tiempo por hoy
los relojes harán que cante.

Y la espuma gira en torno a mi piel
me han puesto manos para hablarle
a las cosas de mí.

Y al fin mi duende nació
tiene orejas blancas
como un soplo de pan y arroz
y un hongo como nariz
cuatro pelos locos y un violin que nunca calla
solo se desprende y es igual a las guirnaldas.

Este dia es algo de sal
me dejó vibrando al nacer
pesa y es liviano como un hilo sin nombre
suena un poco a mi guitarra.

Tengo que aprender a ser luz
entre tanta gente detrás.
Me pondré las ramas de este sol que me espera
para usarme como al aire.

Y es que al fin mi duende se abrió
tiene un corazon de mantel y batón
y un guiño al ver que todo es verdad.

Ya los gnomos cuiden
a un violin que siempre canta
nunca se adormece y es igual a las guirnaldas.
Y es que nunca calla, solo se desprende
y es igual a las guirnaldas.



En LP “A 18’ del sol”, 1977. Imagen: detalle tapa del mismo álbum.

Luis Alberto Spinetta (Buenos Aires, 23 de enero de 1950).

martes, 21 de diciembre de 2010

Roberto Díaz – Un niño solo que juega por el patio



NOCHE Y TABACO

Tiene la voz enronquecida
como una trompeta que conozco.

Y los labios hechos a pases de hechicero.

La noche tiene su mismo talle
y sabe temblar como la tierra
cuando yo la provoco.

A veces,
me parece que se irá por el humo
como un duende travieso
pero me gusta su tabaco,
ese aroma que despiden las sábanas
cuando ella duerme
sin prestarme sus ojos.

Entonces, cierro las ventanas
y me quedo a oír su silencio
que es como un niño solo
que juega por el patio.


En “Viajero de estas aguas”, 1997.
Foto: Roberto Díaz, archivo de la talita dorada.
Roberto Díaz nació en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, en 1938. Poeta, periodista y traductor.

Roberto Díaz – Muchas maneras de ocupar las manos



LAS MANOS

Se conocen muchas maneras
de ocupar las manos.
Algunos le añaden una copa sedienta
que termina goteando su soledad en los bares.

Algunos una mesa y unos naipes grasientos
que le cantan el mus a un reloj distraído.

Algunos usan las manos como bolsos de viaje
y en ellas cargan niños, desconsuelo y hastío.
Muchos las aposentan sobre cuerpos deseados
y se vuelven hormigas ansiosas de alimento.

Otros mueven papeles y fragorosos émbolos
desatendiéndolas de la luz y la gracia.
Muchos otros, aún, tienen manos vacías
preguntándole al tiempo por alguna esperanza
y las dejan durmiendo en los bancos de un parque,
quietas sobre el regazo como perros cansados.

Hay maneras de ocupar las manos.
A veces con palomas; otras, con vientos trágicos.
A veces con pedazos manoseados de sueño,
con caricias hipócritas,
con crucifijos y destierros.

Pero ¿qué hacer con estas manos
que no se atreven a cerrar
los ojos de sus muertos?


En “Umbral de Otoño”, 1990.
Foto: Roberto Díaz, archivo de la talita dorada.
Roberto Díaz nació en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, en 1938. Poeta, periodista y traductor.

Roberto Díaz – Que nadie sepa cómo me llamabas



SECRETÍSIMO

No le digas a nadie que mis manos
fueron para tu cuerpo
dos lugares comunes
ni le cuentes tus noches
al que quiera escucharte.

Ni se te ocurra decir
que Buenos Aires era nuestra Madame
porque saldrán a recorrer nuestros rincones,
nuestros silencios, nuestros puchos;
querrán reconocernos
en cada voltereta que da el aire.

Es mejor así,
que nadie sepa cómo me llamabas
ni yo recuerde las cosas que te dije.
Otros vendrán
con la certeza de ser originales
y serán casi yo;
otras vendrán
aceitando las trampas,
recorriendo los atajos de siempre,
señalándome los viejos árboles
como si fueran incipientes retoños

y yo diré que sí,
fatalmente que sí.

Arrastraré mis versos,
mis fatigosas mentiras,
es muy posible que me acuerde
de algún lunar tuyo,
de la pendiente de tu cuello,
no lo sé.

Pero no le digas a nadie
que entre vos y yo,
una vez,
por poco tiempo,
estuvo sentada la eternidad.


En “Esta ternura compartida”, 1973.
Foto: Roberto Díaz, archivo de la talita dorada.
Roberto Díaz nació en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, en 1938. Poeta, periodista y traductor.

Aurora Venturini – Una peronista que se da Corte


AURORA VENTURINI GANÓ EL PREMIO OTRAS VOCES, OTROS AMBITOS

Sin dotación económica, el premio pretende dar una segunda oportunidad a un buen libro que haya pasado inadvertido en el mercado español. La obra ganadora, la novela Las primas, será distribuida a través de la red de 83 librerías de El Corte Inglés.

Los españoles se cayeron de culo. El primero fue Enrique Vila-Matas. La responsable de tamaño acontecimiento, una irreverente muchacha peronista sin edad –como se autoproclama con ese sentido de humor tan explosivo como las molotovs que supo armar y tirar allá por mediados de los años ’50, cuando la perseguía la salvaje represión de la “Libertadora”–, se cargó a unos cuantos más. Nada menos que cien en total, mujeres y hombres por igual, incluido al editor Jorge Herralde y escritores como Eloy Tizón, María Tena y Rafael Reig, entre otros miembros del jurado, integrado también por periodistas, críticos, editores, libreros y agentes literarios. Esa escritora genial –compañera de juergas, durante su exilio en París, del grupo de Sartre y Simone de Beauvoir– que hace tres años salió del “closet” literario cuando obtuvo el premio Nueva Novela de Página/12, festejó sus inmaculados 88 años con un regalo muy especial. Aurora Venturini ganó ayer –el mismo día de su cumpleaños– el Premio de Narrativa Otras voces, otros ámbitos, concedido por el Hotel Kafka y el Ambito Cultural de El Corte Inglés, con Las primas, publicada por Caballo de Troya (España) en 2009.

Sin dotación económica, Otras voces, otros ámbitos pretende dar una segunda oportunidad a un buen libro que haya pasado desapercibido en el mercado. La obra ganadora será distribuida a través de la red de 83 librerías de El Corte Inglés y estará bien a la vista en las estanterías de estos centros comerciales. “Yo no sabía que existía ese premio”, admitió, muy campante, Venturini en el video que filmó el domingo para agradecer este galardón. “Yo sé que mi novela es espléndida. Empecé a creer en los concursos con el jurado de Página/12”, agregó la autora de Las primas, novela ambientada en los años cuarenta que explora “el mundo tortuoso de una familia disfuncional” de clase media baja de la ciudad de La Plata. “A mí me han perseguido mucho”, recordó la escritora. “Abrían las réplicas y cuando veían que era yo, decían: ‘a esta peronista no le damos el premio’. Yo fui amiga de Evita, trabajé en la Fundación, y eso lo tuve que pagar muy caro”, resumió la flamante ganadora de la segunda edición de este premio, una especie de Goncourt a la española, al menos en su espíritu, que el año pasado obtuvo el mexicano Yuri Herrera con su novela Trabajos del reino, editada por Periférica.

Vila-Matas, el primero en caerse de culo cuando leyó la novela, integrante del jurado de Otras voces, otros ámbitos, escribió que quizá, tras el manuscrito de Las primas, “pudiera ocultarse el prolífico César Aira disfrazado de loca faulkneriana”. Si los españoles aún tenían dudas respecto de las “equivalencias” entre la historia de la novela y parte de la vida de su autora, la osada escritora las despejó. “Soy una minusválida manual, para lo único que sirvo es para escribir. No sé pelar una papa, no sé barrer, no sé abrir un frasco. Soy una inútil y en mi familia hay esas minusvalías, pero no manuales, sino de otro tipo”, aseguró Venturini, que escribió la novela premiada en sólo dos meses. “Ahora me parece mentira que la haya escrito yo y que le guste tanto a la gente.”

Las primas y su autora han recorrido un largo y lindo camino desde que ambas, tan jóvenes, radicales y vanguardistas, salieron del “closet”. Venturini escribe ocho horas diarias sin fatigarse. Quizá como Yuna Riglos con la pintura, ese personaje que ha trascendido a su creadora, Venturini encuentre en la escritura un modo de redención. “Yo escribo bien, no hay duda; es lo único que hago. Tengo que escribir todos los días, si no estoy robando tiempo. ¡Si no sé hacer nada!”, explicó la escritora que tiene 46 libros publicados y arrancó escribiendo poemas. “El que viene de la poesía puede hacer cualquier cosa. La poesía es lo más puro que hay.” Para multiplicar “el boom de la Venturini” se viene otra molotov de la narradora platense. En marzo Mondadori publicará Nosotros, los Caserta, una novela sobre la familia de la abuela paterna de la escritora. “Chela, la protagonista, es una Yuna más elaborada, social –anticipó–. El escritor escribe siempre sobre lo mismo.”


Por Silvina Friera: En PÁGINA/12 Martes, 21 de diciembre de 2010
Feliz premio y felicidaddes, querida compañera.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Víctor Redondo – Un cadáver sobre la materia muerta



PRIMER HOMENAJE FINAL


Adiós, péndulo azul del tiempo
que has ceñido mi juventud.
Adíos, equilibrios,
que me han ceñido a la forma.
Adiós, instantes de fulgor,
vanos recuerdos de otro tiempo.
Necesito el papel azul en que se han escrito
las cartas de muerte
ese tambor de palabras que arden
tras la puerta que nunca se abrirá


y todos los que han llorado
o saciado sus ojos contemplando mi perdida
que tiendan su otra mano tras el inexplicable vacío
tras las negras puertas
tras sonidos de todo tiempo
tras una voz
que sólo destrozada resuena.


Mi mano es un cadáver sobre la materia muerta.


En “Homenajes”, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1980.
Imagen: Tapa de Homenajes.

Víctor Redondo nació en Buenos Aires el 8 de enero de 1953. Poeta y editor.

Víctor Redondo – Como un encuentro doloroso con palabras desconocidas



SEGUNDO HOMENAJE FINAL


¿Entre mis papeles? ¿Entre mis cuadernos secretos?
¿Entre las inútiles palabras que arrojé como desperdicio?
No busques más, pues en lo que poníamos nuestra esperanza
no lo he podido decir. Mi mano estaba temblorosa
y mi espíritu, como enloquecido, golpeaba
y golpeaba, pero temeroso de hallarlo.
Algo cerrado, como una voz no emitida por ser vivo,
me repetía lo vano del intento.
Y todo quedó como un encuentro doloroso
con palabras desconocidas.


En “Homenajes”, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1980.
Imagen: Tapa de Homenajes.

Víctor Redondo nació en Buenos Aires el 8 de enero de 1953. Poeta y editor.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Marisa Negri – Ella arrulla la indolencia hasta dejarnos dormidas



ESTUARIO, selección 1

A mi madre, Raquel Arouxet



por recalde pasan los reyes magos tal vez no en camello sino mas bien en un tordillo pardo enjaezado como para las fiestas mayas esta vez la menor de las niñas aguarda dibujando con tiza bajo el sol abrasador de la siesta a que ocurra el milagro para qué poner pasto se pregunta si todo es campo cielo y alambrado hasta donde la vista se pierde y no tendrán calor con esa ropa se pregunta la niña mientras el zumbido de las moscas es el único signo vivo debajo de la parra quién lava la ropa de los reyes sigue rumiando nancy las otras dos la miran fastidiadas cosas de chicos piensa gladys subida a sus nueve años

dos muñecas rubias y una negra el abuelo juan escondiendo paquetes en los techos los pasteles y los vestidos nuevos que la madre terminó de coser bajo la lámpara de querosén todo eso duerme ajeno a los dolores de cabeza esa rigidez de la nuca los mareos el viaje inútil a la capital esa pequeña caja blanca en el cementerio de olavarría

*

su hueserío se desliza por la casa quién seré después de tantas despedidas qué músculo o nave quedará en pie cuando el último rastro de todo lo amado se disgregue en la noche


y ella que no viene se digna a dilatar los crisantemos los lentes negros el nudo va dejando sus hilachas ella arrulla la indolencia hasta dejarnos dormidas


En “Estuario”, Ediciones en Danza, 2008.
Foto: Marisa en FB
Marisa Negri nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1971. Poeta.

Marisa Negri – Eva alzó la mano a sus guardias para continuar la marcha



ESTUARIO, selección 2


quise ser tu doble la exacta copia de tu elegancia miss simpatía mil nueve cincuenta y seis no hubo vals de quince no vestido blanco luna de miel no fui eficiente ni prolija ni sociable barby le puso lentejuelas a tu chal de seda tu nombre a sus muñecas para equilibrar el mundo

*

como todos los días de fiesta te peinaron con agua de colonia te almidonaron el traje de marinero desde la sala de recibir se escucha el alboroto de la gente la banda municipal la marcha peronista y no entendés bien dónde está tu padre si es domingo ni por qué las mujeres disimulan con maquillaje la adustez del rostro viene la abanderada de los humildes al pueblo lo dice la radio van a repartir juguetes y caramelos en la estación son sólo niños las escuchaste susurrar en la cocina

la caravana lenta el gentío agazapado para verla como si fuera un santo un domingo de ramos como los reyes magos pero sin carbón un paquete de soldaditos una muñeca un trompo y vos también querías estiraste los brazos justo a tiempo para la pelota a rayas verde y roja pero más rápida que la vista tu madre le devolvió el pase un golazo en plena cara y el tiempo se quebró

se miraron la esposa del preso político la esposa del general perón tembló el sonido de los clarinetes por un segundo y eva alzó la mano a sus guardias para continuar la marcha


En “Estuario”, Ediciones en Danza, 2008.
Imagen: Estuario.
Marisa Negri nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1971. Poeta.

Marisa Negri – A Meri siempre le brillan los ojos



ESTUARIO, selección 3


a meri siempre le brillan los ojos como si acabara de llorar mira con asombro como su gata briqueta a través de la ventana meri cose porque la abuela cose telas a lunares festones parches con hilos de color cuando la abuela llama desde la pampa hay debajo de sus párpados dos hojas de gomero lustradas por la lluvia cuando meri llama desde buenos aires chila vuelve a verla sentada en un banquito de madera vistiendo a la muñeca con un retazo de pañolenci azul

*

desde su cuerpo encendido se veían las trescientas sesenta y cinco iglesias de bahía bajo la luz del sol la aldea de pescadores donde la mar deseaba morir la hierba verdinegra de chaitén las altas cumbres el nido del águila real era nave o trópico llameante la curva sombreada de su espalda en alas de un volcán sus dedos tatuaban estrelicias sobre papel de arroz y ella blanca roja dorada mieles o perfumes de amar


En “Estuario”, Ediciones en Danza, 2008.
Imagen: Estuario.
Marisa Negri nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1971. Poeta.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Reynaldo Uribe – Encontremos nuestras huellas



RESISTENCIA, 1976 – 1983, 1

a los que no pudieron
escribir su último poema



las palabras
no nacen por placer
ni crecen
para alimentar bestias

están
para que las lean los muertos
algún amigo
este amor
una botella de vino
y el roble
que plantaremos en mayo
cuando nazca él

*

no hay
un solo rincón

uno

donde la lágrima
permanezca intacta

limpia

ella

*

la ciudad
es como un muro
con una mancha
pegajosa

de humedad
que crece
y una grieta famélica
que devora
los últimos poemas

*

alguien quiere
que en los límites
negros y lejanos
encontremos nuestras huellas


En “Los elegidos” (Capítulo “Resistencia”, 1976-1983), Ediciones Juglaria, 2007.
Foto: RU en FB

Reynaldo Uribe nació en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, el 27 de mayo de 1951. Desde 1970 reside en Rosario, Santa Fe.

Reynaldo Uribe – Sonido de flauta chorrea entre sus dientes



RESISTENCIA, 1976 – 1983, 2


alguien quiere
que el amor
sea una rata
que camine
en las entrañas

*

avanzada la noche

en el Casino de Oficiales
hay un brindis de honor
por la feliz sociedad

detrás de una ventana
se marchitan flores
y un hombre llora

*

insomnio
son
sórdidos y oscuros
laberintos
donde no se busca nada
donde no hay nada que encontrar
ni siquiera sueño

*

hoy vivir
es olvidar
poco a poco
las palabras

degradar
el yo quiero
hasta no puedo

*

adónde irá
tanta ilusión aniquilada,
los náufragos restos
de sueños solitarios

qué raíz
recogerá la savia
de hombres partidos
por los dientes de los lobos

*

una boca grande
perezosa

sacude sus mandíbulas

sonido de flauta
chorrea entre sus dientes
y una lengua negra
refrigera los labios
recogiendo palabras
la risa

en su inútil intento de escapar

soledad


En “Los elegidos” (Capítulo “Resistencia”, 1976-1983), Ediciones Juglaria, 2007.
Foto: RU en FB

Reynaldo Uribe nació en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, el 27 de mayo de 1951. Desde 1970 reside en Rosario, Santa Fe.

Reynaldo Uribe – Navegando entre pantanos



RESISTENCIA, 1976 – 1983, 3


no sé
cuántos cerrojos
resiste
un ser humano

pero

se puede
aún

resucitar el sol
las hojas secas
la calidez del fuego

*

cuidado
nuevos dioses

con programar
amaneceres

un cadáver
no resiste
mucho tiempo
sus gusanos

*

quién podrá
quién

será capaz
de sepultar
la memoria

*

no sé
si prostitución
es abrir las piernas
o cerrar
los ojos

*

cuánto tiempo
perdido entre las nubes

cuántas alas
atrapadas por el barro

cuánto pasto
crecido entre los besos

cuánto

cuánto sueño
navegando entre pantanos

*

los sueños
de hoy
son pájaros
sin cielo

*

no sirve
que te escondas

te encontraré
en cada árbol deshojado
en cada gota de lluvia
alguna tarde
cuando vea una rosa
y esté solo


En “Los elegidos” (Capítulo “Resistencia”, 1976-1983), Ediciones Juglaria, 2007.
Foto: RU en FB

Reynaldo Uribe nació en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, el 27 de mayo de 1951. Desde 1970 reside en Rosario, Santa Fe.

jueves, 16 de diciembre de 2010

David Fuks – La tutela de los Reyes Catódicos


EN NOVIEMBRE

En noviembre
avariciando siestas florecidas
perfuman intrusos los tilos en calle Iriondo.
Llamador el ladrido de la perra,
sobre mis cordiales ascuas
preanuncia en la cancel
que desesperamos por tus pasos.


GORJEOS

La electrónica imita a la naturaleza
del último pájaro
cada vez que obturo la cámara fotográfica digital,
rehíla un gorjeo encuerda,
evoca la tutela de los Reyes Catódicos,
tañe y mágico,
me obsequia la memoria
de tortitas negras desmigajadas
al fondo del portafolios,
(uno precisa respirar en la niñez)
desentierra el nombre
de mi primer libro de lecturas.


En “Vita a Cor”, Press Scripta Editora, Rosario, 2010
Imagen: DF en FB, encuentro en su casa de Rosario, octubre de 2010.

David Alberto Fuks nació el 3 de febrero de 1950 en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Escritor, docente, investigador y editor.

David Fuks – Las emanaciones del hollín más tenebroso


PERO NO PUDE ESCRIBIR UN HIJO

He sembrado libros y he criado árboles
pero no pude escribir un hijo.
Anoté en él
apenas algunas estrías,
borroneé ciertas notas al pie
que consideré presuntuosamente necesarias,
hendeduras que en el futuro imperfecto
tal vez se leerán como tizne desechable.


LEONIE SACHS

Advino tarde
al desorden del lenguaje
con el exilio y la caída
de sus amados hermanos.
Se intoxicó
con las emanaciones
del hollín más tenebroso
y enloqueció del judaísmo
de Emmanuel Levinas.
Es decir,
del compromiso
con sus próximos lejanos.


En “Vita a Cor”, Press Scripta Editora, Rosario, 2010
Imagen: Manos de Emmanuel Lévinas (Lituania, 1906 - Francia,1995).

David Alberto Fuks nació el 3 de febrero de 1950 en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Escritor, docente, investigador y editor.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Diego Roel – En este declive de las horas



LAS PUERTAS DEL AIRE, 1

En este último lugar de reunión
todos andamos a tientas
y evitamos hablar.
T.S.Eliot



Me paro aquí,
en este declive de las horas.

Me quedo quieto y contemplo
la permanente mutación.




Alguien quemó los puentes,
dispersó las cenizas.




Ahora nado entre un abismo y otro abismo,
me aproximo al lugar del nacimiento,
al luminoso tajo del lenguaje.

No tengo nada que decir.

Yo sólo espero
un giro del aire en mi cabeza.




En este baile de máscaras
ya nadie habla con nadie.

Nadie dice esto es una línea, un punto, un círculo,
una esfera que transita, que golpea y cae,
se levanta y huye.

Nadie dice esto es una estrella, un río,
la imperceptible huella de los días.

Ya nadie nombra, nadie.


En Las variaciones del mundo, Ediciones El Mono Armado, 2010.
Imagen: Elena B. Núñez “Las variaciones del mundo”, óleo sobre tela, 2007.

Diego Roel nació en Temperley, provincia de Buenos Aires, en 1980. Vive en La Plata.

Diego Roel – En esta última curva me quedo quieto y espero



LAS PUERTAS DEL AIRE, 2

Escribo como quien salta o ríe o tiembla.

Hablo de lo que se repliega,
de lo que muerde y sangra.


Observo la lenta irrupción de lo Real.




Y me pregunto
qué palabra, qué ademán o resplandor
nos sostiene y suelta.

Qué nos retiene aún aquí.




En esta última curva
me quedo quieto y espero.

Apenas muevo una mano,
un pie.

Respiro al borde del naufragio.




Las luces tejen y destejen
la primera sílaba del Sueño.


En Las variaciones del mundo, Ediciones El Mono Armado, 2010.
Imagen: Elena B. Núñez “Las variaciones del mundo”, óleo sobre tela, 2007.

Diego Roel nació en Temperley, provincia de Buenos Aires, en 1980. Vive en La Plata.

Diego Roel – Voy hacia donde nacen y mueren los colores y las cosas



LAS PUERTAS DEL AIRE, 3

En este carnaval de las imágenes,
busco aquello que se mueve,
que se desliza y salta.


No tengo hacia dónde ir.




El menor gesto nos aleja.



Por eso
voy hacia donde nacen y mueren
los colores y las cosas.

Abro los ojos y las manos,
entreabro las Puertas del Aire.

Pronuncio una palabra silenciosa.




Sí, me quedo quieto y contemplo
el último giro del planeta.

Sólo queda una señal perdida.

Una señal, un cuerpo,
un alma en embrión.





Las Voces del Viento me dijeron:

Hay una Voz detrás de tu voz,
hay un Camino más allá del vocablo
.

Hay una Voz y un Camino.


En Las variaciones del mundo, Ediciones El Mono Armado, 2010.
Imagen: Elena B. Núñez “Las variaciones del mundo”, óleo sobre tela, 2007.

Diego Roel nació en Temperley, provincia de Buenos Aires, en 1980. Vive en La Plata. Publicó Padre Tótem/Oscuros Umbrales de revelación, 2004; Diario del insomnio, 2005); Cuaderno del desierto, 2007; Las variaciones del mundo, 2010.

martes, 14 de diciembre de 2010

Néstor David Malbrán – En el fondo de la página


DIFÍCIL COMPOSTURA

Una hormiga roja
murió adentro de este libro,
está en el fondo de la página
su cuerpo.
Eligió mal el lugar, en ese borde
no será largo su sueño,
debió anhelar la tierra roja.
No eligió, al cerrar inesperadamente
el libro
deshicimos el hilo, hubo un error,
nadie lo quiso hacer, ni ella,
ni nosotros,
pero no tiene compostura, tenemos
ahora esa muerte
en el fondo de la página.


Néstor David Malbrán nació en La Plata. Se radicó en el año 1955 en City Bell, pueblo en el que murió en la primavera de 1988. Este hermoso poema forma parte del libro inédito “Hombre con ropas heladas”.
Imagen: texto mecanografiado por el propio autor del poema.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Juan Sasturain – Acá, como sabrá, la lucha continúa



CARTA AL INGENIERO FAVALLI
Fac. Ing. UBA. Buenos Aires


Para Mario Morán


Estimado Favalli, disculpe
que me dirija a usted
en estos términos formales
pero durante los años que
lo frecuenté cada miércoles
–aunque usted no me conoce–
nunca supe más que su apellido.
Y éramos muchos los pibes que
seguíamos sus idas y venidas
junto a Juan, Franco, Mosca y
el resto, bajo la muda nevada en
blanco y negro, dibujada por Solano
en el Hora Cero Semanal.

Desde entonces, nadie puede
sentarse a jugar un truco de cuatro
a la noche en la Argentina sin
mirar de reojo a la ventana,
a la espera de que pase o que no
vuelva a pasar lo que pasó.
Nadie puede cruzar la General Paz
viniendo por Maipú sin esperar
que asomen las antenitas de
los cascarudos en el terraplén,
tiemble el suelo de Plaza Italia
con la llegada de los gurbos,
nos espere el mano tenebroso
en la glorieta iluminada de Barrancas.

Para nosotros, profesor, usted era
simplemente Favalli, ese gordo
serio y un poco cabrón con pulóver
de cuello alto y anteojos gruesos que
siempre sabía –y en eso resultaba
un poco hinchapelotas– lo que
pasaba, por qué pasaba y lo que
había que hacer en cada caso.
Y si no tenía razón, al menos
tenía una teoría razonable, una
versión de la vida que no incluía
los consejos del miedo ni el
cálculo mezquino. Claro que,
a veces, con eso no alcanzaba.

Me acuerdo, justamente,
cuando estaban refugiados en
la casa, amargados de pelear
a los tiros con vecinos envidiosos,
y su diagnóstico fue que se venía
la ley de la selva –el todos
contra todos– y que sólo cabía
tomárselas a un valle aislado en
Mendoza o la loma del carajo
para empezar de nuevo, desde cero.
Era el fin de la Historia, si se quiere.

Y fue entonces, ingeniero,
que les golpearon a la puerta del
chalet y esa vez no fue para
matarlos ni quitarles lo poco o mucho
–los bienes y saberes– que tenían
sino para contarles, simplemente,
que la Historia –como siempre– continúa,
que había una invasión, no una desgracia,
y que había que luchar, sin ir más lejos.

Y ahí le digo, profesor, que usted supo
adaptarse a la nueva situación
–al nuevo escenario dirían hoy–
e incluso a la nueva ideología.
Que al salir a la calle aprendió de
los que hacían y se sumó a una pelea
que no tenía prevista en los papeles.
Quiero decir –y perdóneme, Favalli–
que fue más allá de sus libros y su clase,
y se puso del lado que debía.

Tal vez por eso, ingeniero,
el costo pagado fue tan alto.
La última vez que lo vimos –no incluyo
aquella aparición en la vereda
del final circular que inventó
Oesterheld– la imagen fue atroz.
Marchaba junto a Franco, un
arma en la mano y el control
en la nuca: hombre robot con
la mirada y el alma perdidas en un
descampado del Gran Buenos Aires
que si no era José León Suárez
tenía una tristeza parecida.

Así, viejo Favalli, si le escribo
ahora, precisamente en estos días
de saludable pelea, es para decir que
lo extrañamos. Todos, hasta los pibes
que lo conocieron hace poco,
ladero gordo, sabihondo amargo,
junto al famoso Eternauta, extrañamos
su gesto, su convicción a la hora
de elegir de qué lado ponerse,
para qué usar lo que se sabe
cuando uno sale o lo arrastran
a la calle, a la Historia, a la
arena política, que le dicen.
Parece que ya no vienen así,
los ingenieros.

En fin, gordo querido –y disculpe
esta confianza tal vez desubicada–
espero que esté bien y acompañado
de los suyos que son nuestros:
los compañeros del truco y de
la lucha, los vivos y los muertos
de papel y carne y hueso.
Acá, como sabrá, la lucha continúa.

Un abrazo
Sasturain, su amigo viejo.


En contratapa de Página/12, 13 de diciembre de 2010.

Juan Sasturain (Adolfo Gonzales Chaves, provincia de Buenos Aires, 1945). Periodista, guionista, escritor.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Ariel Minimal – Hago un brindis por mis hermanos de sal


A LOS AMIGOS

Fabi sigue tocando y es padre de una nena hermosa
que se llama Canela;
al ruso Sergio hace tiempo no lo veo,
él era otro Minimal;
y Patricia de Cadáveres de niños
organizaba los festipunxs,
ella me habló de autogestión
y de independencia en el rock
y no me lo olvidé más.

Y estos son los amigos que la música me dio,
los que dejaron en mi una impresión,
queridos, los llevo en mi corazón.

Y Fernando de Flores y hacia el cosmos,
por siempre ortodoxo y minimal,
lo conocí por un aviso en la Segundamano,
un baterista temperamental.

Y los hermanos Barbieri, Ale y Poli,
allá en el bosque de pinos al lado del mar,
con ellos fue Descontrol y luego Pez
y antes la música mal llamada Heavy Metal.

Y con Manza podemos pelear y discutir,
igual es como un hermano para mí,
con él y Florencia cantando yo fui muy feliz.

Estos son los amigos que la música me dio,
los recuerdo y les escribo esta canción,
queridos, los llevo en mi corazón
que hace bum bum bum bum bum buun bum.

Y al Toto y los Gordos y a Litto y la Luz y a Gabo,
solo puedo agradecerles por compartir
conmigo sus hermosas canciones
y decir que cada día aprendo un poco más.

Y los Pez… hago un brindis por mis hermanos de sal,
los que están conmigo siempre bien o mal.
Quijotes, aún queda mucho por hacer.

Estos son los amigos que la música me dio,
y todos los que olvido nombrar, queridos,
los llevo en mi corazón, les digo que los llevo
en mi corazón, hicieron de mi mundo un lugar mejor,
les digo que
los llevo en mi corazón.


En Un día normal en el maravilloso mundo de Ariel Minimal, 2006
Imagen: Tapa del CD.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Nicolás Prividera – He visto a las mejores cabezas de mi generación


HE VISTO…
(Fragmento)

He visto
a las mejores cabezas de mi generación
destruidas por la estupidez.
Jóvenes repitiendo viejos
gestos frívolos, entregados
al mercado como antes a la expulsión
de los mercaderes, en tiempos en que los poetas
profesan
la displicencia a cambio
de un lugar en la Academia, voceando
espejos de colores, usando la palabra
justa sólo
para recibir un premio municipal
o el retiro anticipado. Hijos desencantados
que visten el nombre de su padre
desaparecido
en las mazmorras, abatido
por una pastilla de cianuro,
invocado en el neón de un resto
en Palermo, en las únicas cartas que sobrevivieron,
nombrando entradas agridulces y vinos
importados. Hijos
de la democracia respirando
pegamento, inyectándose odio, fumándose todo
lo que pueden meter en un caño, para olvidar las
promesas
de que con las urnas, las uñas
se come, se cura, se educa, se entierra,
repitiendo grados,
uniformes, historias y almuerzos
desnudos, en el mismo charco de barro
en que los parió la Patria, basural
de un cuadro de Berni que nunca verán
en el Malba porque los echarían a patadas,
si se acercaran a menos de cien metros con su rancio
olor
a sur, paredón y después. He visto
almas bellas indignadas ante esos cuerpos
indeseables que recuerdan el olvido,
tapan el sol y embisten sobre
ventanillas polarizadas, residuo inextinguible
de las décadas perdidas. He visto economistas
que proscriben la rabia y construyen barrios
cerrados sobre los huesos de los muertos. He visto
a los que se enriquecieron vendiendo a sus madres,
bautizar con sus nombres las crucificadas calles
de Madero. He visto a respetables hombres de familia
comulgando con torturadores confesos, inquisidores
templados,
asesinos reservados, y otros comunes defensores
de los medios y el fin –al fin–
necesarios para defender nuestro modo de vida
occidental y cristiano. He visto
los mismos intelectuales inorgánicos
que velaban armas, velando
por el sueño de los que velaron
el sueño. He visto repetidos
fachos de salón clamando por la perdida paz
de los cementerios, pidiendo
mano dura, repitiendo
hay-que-matarlos-a-todos
para estar por fin seguros
de que tampoco éstos
van a seguir jodiendo. He visto
a bravíos partidarios que ayer
llamaban a las armas, a diestra y siniestra
del Padre, hoy empuñando sus incisivos
cubiertos, almorzando con Mirtha Legrand,
sobándose
entre entradas y postres impasibles (…)


Nicolas Prividera, Buenos Aires, 1970.
Foto: NP en No de Pagina/12.


En: “Si Hamlet duda le daremos muerte”, antología de poesía salvaje, Libros de la talita dorada, colección “Los detectives salvajes”, 2010

Libros de la talita dorada / Colección Los detectives salvajes
presenta
“Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de joven poesía salvaje”.
Sábado 11 de diciembre a las 18 hs.
en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNhi) – Ex ESMA.
Avenida Libertador 8465 – CABA

Demetrio Iramain – Que levante la mano el que escribió



COSTURERAS

que levante la mano el que escribió
que la clase obrera había terminado o muerto
¿no vieron acaso leonas en delantal celeste
cruza de tigre y torcaza ingresando
a Brukman confecciones otra vez mientras
afuera llovían tiros de goma y de verdad
más gases con perros?
por otra parte esa vez perdimos pero
eso en el fondo qué importa:
nosotros tenemos bollitos de cerámica Zanón
con más puntería que el verso tal poema cual
que enamoró de amor a la obrera costurera un día
ese día no por razones obvias
¿quién dijo quién dijo que
la revolución no corre más y
la lucha entre clases contrapuestas
menos que menos?
¿cómo se interpreta entonces
la pasión de esas mujeres
madres algunas otras no
saltando las vallas con tizas con tijeras
procurando entrar para zurcir
puntadas en trajes a medio terminar
rengos de mangas por ahora
concurridamente solas
sin patrones
preñadas para siempre
por un pueblo de hembras y varones
de pañuelos en el rostro y en las manos piedras?
ahora que levante la mano el que vio
a un triciclo ganar por penales una carrera
de mil metros contra un transatlántico: yo
un lunes del sur a la altura de abril barrio del once


Demetrio Iramain (Buenos Aires, 1973)
Foto: Archivo de la talita dorada

En: “Si Hamlet duda le daremos muerte”, antología de poesía salvaje, Libros de la talita dorada, colección “Los detectives salvajes”, 2010


Libros de la talita dorada / Colección Los detectives salvajes
presenta
“Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de joven poesía salvaje”.
Sábado 11 de diciembre a las 18 hs.
en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNhi) – Ex ESMA.
Avenida Libertador 8465 – CABA

Carlos Juárez Aldazábal – Padre mío, que estás en alguna parte


CONCEPCIÓN PATERNA

“...Y aunque la vida perdió,
nos dejó harto consuelo
su memoria”.
Jorge Manrique


“Cuando murió mi padre nació su olvido”.
Miguel Ángel Bustos


I

Padre mío,
que estás en alguna parte
de mi sangre emplastada,
santifica mis glóbulos blancos,
ven a mis vísceras, mis úlceras,
haz que mi voluntad te olvide
y págame las deudas, los miedos, los pecados.
Con palabras
no me libres del mal
a menos que se pueda.

II

"Heredarás la tierra", me dijiste,
y me entregaste una pala
para cavar la tumba.
"Heredarás la tierra",
y me dejaste el aire
con un tatuaje negro
atravesando el almanaque,
atravesando el nacimiento de mi fémur,
el fétido principio de tu muerte.
"Olvidarás la tierra", decretaste entonces,
y me clavaste un poema suspendido
sobre el vértice achatado de mi espalda,
entrecortando las quimeras que crecían
y revocando la ausencia
de la tierra heredada.

III

El bronce que te escupe
en la madera lustrada
me mira burlón desde la neurona,
desde el recuerdo inventado,
desde la televisión,
desde mi infancia inmolada
en el diamante,
carbonizada sobre el césped,
sobre el humus,
sobre
el bronce que te escupe
en la madera lustrada,
que me escupe,
burlón,
como si nada.

IV

Ese cactus
que compartimos
hace mucho
se parece a este obelisco
que lastima mis manos
con sus púas
y su espacio robado
al nuestro.


Carlos Juárez Aldazábal (Salta, 1974).
Foto: CA en FB

En: “Si Hamlet duda le daremos muerte”, antología de poesía salvaje, Libros de la talita dorada, colección “Los detectives salvajes”, 2010


Libros de la talita dorada / Colección Los detectives salvajes
presenta
“Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de joven poesía salvaje”.
Sábado 11 de diciembre a las 18 hs.
en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNhi) – Ex ESMA.
Avenida Libertador 8465 – CABA

jueves, 9 de diciembre de 2010

Fernando Alfón – Nada de ello fue inexacto


EL ORIGEN

Antes de que se midiera el Sol y se calculase sus años
hubo pueblos heliocéntricos,
hubo versos de fuego,
hubo mapas que intentaron suponer sus avenidas
y templos que llevaron su nombre.
En el origen está el anhelo y
el deseo de comprender los astros,
no sus radios inequívocos,
ni sus pesos, ni sus movimientos exactos.
En el origen están las tortugas que sostienen la tierra,
no el catálogo final de sus ríos,
no la altura promedio de sus montañas.
En el origen está el impulso quimérico y crucial,
el punto de partida,
nunca la llave que abrirá cada puerta velada.
Antes de la nómina de planetas
estuvieron los dioses,
es decir el asombro,
el misterio,
el deseo.
Nada de ello fue inexacto.


Fernando Alfón (La Plata, 1975)
Foto: Archivo de la talita dorada

En: “Si Hamlet duda le daremos muerte”, antología de poesía salvaje, Libros de la talita dorada, colección “Los detectives salvajes”, 2010


Libros de la talita dorada / Colección Los detectives salvajes
presenta
“Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de joven poesía salvaje”.
Sábado 11 de diciembre a las 18 hs.
en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNhi) – Ex ESMA.
Avenida Libertador 8465 – CABA

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Andrés Szychowski – El temor de encontrarte



INFINITIVOS

1.
Mirar la muerte de reojo
en un espejo debidamente
colocado.

2.
Cobijar
esta quietud.
Morder las uñas
del próximo silencio.

3.
Albergar
un demonio
en el lugar más visible.

4.
Subir
el precipicio
por esta ventana.


MILITANCIA

Estudio leyes escribo panfletos
voto discuto levanto la mano
en asambleas
el temor de encontrarte
en la avenida.

Andrés Szychowski (La Plata, 1976).
Foto: Archivo de la talita dorada


En: “Si Hamlet duda le daremos muerte”, antología de poesía salvaje, Libros de la talita dorada, colección “Los detectives salvajes”, 2010

Libros de la talita dorada / Colección Los detectives salvajes
presenta
Si Hamlet duda le daremos muerte. Antología de joven poesía salvaje.
Sábado 11 de diciembre a las 18 hs.
en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (EcuNhi) – Ex ESMA.
Avenida Libertador 8465 – CABA


martes, 7 de diciembre de 2010

Natalia Litvinova – El testamento de Kafka



RECUERDO EL DÍA QUE NACÍ

recuerdo el día que nací.

llovía y los árboles soltaban todos sus frutos, la fertilidad
de los ríos era capaz de matarnos.

recuerdo el día que nací.

tenía los ojos ciegos, la boca muda y el alma intocable.

mi padre me prestó su mano para que yo no supiera
qué hacer con ella.

amo las manos de mi padre, origen de toda creación
y de la fe.

recuerdo los abismos del vacío, los límites, el calor
del alba sobre mi nuevo rostro.

mis manos extendidas al no saber.



NO HAY IDIOMA QUE CONTENGA

cada palabra
es piel de la nieve

una niña con una rama
escribe sobre ella

la nieve se derrite
la niña también


TUS OJOS SE HAN VUELTO MI CENICERO

días y noches te he escrito, la primera frase era no existe Rusia, París no existe.

manos se vuelven más y más invisibles, besarte es besar una pared en blanco,
y no nos hemos besado.

miro este cuerpo tan cuerpo, cuántos lo han amado (¿quién podría amar
un cuerpo perdido?), cuántos inviernos prematuros festejaron en su vientre.

al margen de esta hoja se escribe mi vida, y se asusta y se intenta poesía,
se intenta verso claro que fracasa y se vuelve cuerpo.

leo el testamento de Kafka como única carta de amor. pronto en París caerá
la nieve. en Rusia también, otra nieve. vendrá la primavera por vientre.

los que me han amado intentarán volver a mí por la fuerza.

querido, tus ojos se han vuelto mi cenicero. besarte es besar la desventaja
del tiempo.

leo el testamento de Kafka, lo único que me queda.
mientras, regresan tranquilos los que me quieren santa y desnuda.


En “Esteparia”, Ediciones del Dock, 2010
Natalia Litvinova nació en 1986 en Gómel, Bielorrusia. Desde 1996 reside en Buenos Aires. Poeta y traductora. Esteparia es su primer libro de poemas.
Foto: Daniel Quirós-Cruz, 2010.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Natalia Litvinova – Todo está del otro lado de la ventana



HUIDA

era pequeña y caminaba entre los abedules del bosque.

la oscuridad se veía blanca y jugosa.

el musgo en forma de lenguas me acariciaba la piel.

así perdí mi inocencia: inocentemente.

casas de madera, juguetes rendidos a las rodillas lastimadas,

el cantar del gallo.

el primer desamor, no lo sé, la huida.


OFRENDA

alquilo todos
los agujeros de mi cuerpo
para mi propia ofrenda.
para curarme
después del abuso
abandono premeditado
después de su codo
su pierna
y su sobre todo.
me abusaré de mí misma
antes que sea tarde
con mucho cariño:
de mí para mí.


TEORÍAS SOBRE EL LENGUAJE

ahora que todo está del otro lado de la ventana
y el pájaro se lleva -lo que lo nombra-
entre su pico y así todo y etcétera.
ahora que soy una mujer y ninguna y mil otras
que cierra con las manos sus ojos
para no leer todas estas teorías sobre el lenguaje
que la harían inexistente
al igual que a su poema, etcétera.


SOMBRA

no soy la mujer que corre
con monedas en los bolsillos.
tengo las ideas rotas.
soy la que se detiene ante un árbol
y lo nombra en ruso
y se describe en su sombra.

En “Esteparia”, Ediciones del Dock, 2010
Natalia Litvinova nació en 1986 en Gómel, Bielorrusia. Desde 1996 reside en Buenos Aires. Poeta y traductora. Esteparia es su primer libro de poemas.
Foto: NL en FB

Natalia Litvinova – Nadie es culpable


EL ERROR NOS HIZO EN LA NOCHE

ayer prohibieron
en mí la lluvia,
el crecimiento lento de los árboles,
los mendigos que corrían
persiguiendo mi lluvia prohibida.
ayer en mí prohibieron
el Ayer junto a todos los cuerpos
del silencio.
entonces fui grito de roble
o de lluvia.

*

todo lo que podrían esconder mis ojos, se duplica
y yo me hago una a la vuelta de mi espalda.

*

suena la música del desconcierto,
sordos ángeles la danzan
sobre metáforas que abandonan.

*

en mí la naturaleza está blanda,
me corre en manadas de lobos azules
que lloran como pájaros,
que lloran, cantan y no saben.

*

he venido a transformar el tiempo
(en el que no creo)
escribiendo mi vida
sobre muros que no existen.

*

no nací, viví mi nacimiento.
me recibieron las flores
y lavaron mis restos humanos
mientras decían:
todos nos equivocamos.

*

las horas pasan
y todo está en su sitio,
donde
las cosas desaparecen
sin saberlo.

*

ahora que ya saqué
el ombligo de la pelusa,
ahora que ninguna extremidad tuya
desea abusar de mí,
ahora que veo sombras
que hacen el amor con las paredes,
comienza mi noche
y sus dependencias.

*

soy una mujer perforada,
no hagan fila
nadie
es
culpable.


En “Esteparia”, Ediciones del Dock, 2010
Natalia Litvinova nació en 1986 en Gómel, Bielorrusia. Desde 1996 reside en Buenos Aires. Poeta y traductora. Esteparia es su primer libro de poemas.
Foto: NL en FB