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PARA VOS, VICTORIASobre el suelo encrespado vivirás, Victoria.
Desde ya decidimos no darte
más que el pueblo del alma nutricia.
Sé que ni quiero ni puedo
aplicar el saber sobre vos.
Aplicaré el sustento, los días, su sangre.
Deberás aprender a ver por entre
las trampas, inconstancias y cuidados
que también ingresaron a tu casa primera.
Sos mujer.
Maravilla de ver junto a todos
si querés o no, Victoria,
merecer tu nombre.
No alcanzo desde aquí tus pasos,
pero conozco el camino del que partís.
Llegamos a vos asombrados
y supimos que conocerás con precisión,
de nosotros y todos tus padres,
la pieza y el paño.
Para ir después a tu suelo de amor y combate.
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ALICIA TODOVos me das la vida.
Como un silencio me das la vida
y es vieja la música, rotunda, libre,
que vibra y surge por vos.
Pregunto a todos cómo fue posible
este regalo que crea, indescifrable,
toda la magia.
No quiero hablarte de mis cosas.
Vos sos todo el contorno,
la jerarquía de las discusiones
y el amor.
Te canto por la llave que entregás,
por la historia que es
estar por vos.
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LIMITELimite de tu cuerpo,
donde siento la amplitud del mundo.
Fuerza de tu vientre
que declara el gozo,
cuando mi soledad comprende
todo en tu cuidado.
Por las noches, pensativo, creo
que las palabras son alimento
peregrino del amor y su secreto.
Cuando abrazo, cuando siembro
certidumbre entre suspiros,
mi vida vuelve a tomar aliento.
Todo retiro se redime
entre tus brazos tiernos,
apoyado en caderas de concierto.
Limite de tu cuerpo,
donde no hay otra luz fecunda
que me libre para siempre.
En: “Naranjos de fascinante música. Poesía contemporánea de amor en La Plata”,
Libros de la talita dorada, 2003.
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José Antonio Abdelnur nació el 25 de febrero de 1943 en La Plata. Murió el 9 de mayo de 2000. Publicó en poesía: “Toda la patria cierta”, 1974; “Hablar claro”, 1976; “Amor sin final”, 1981; “La dura memoria”, 1983; “El aire que perdimos”, 1987; “Hay gente todavía”, 1990; “Tiempo para vencer”, 2000._