sábado, 27 de marzo de 2021

MARIO PORRO y Tropos: Un giro dentro de la celebración por José María Pallaoro



(Publicado en el diario El Día de La Plata, el 14 de enero de 2001)


Tropos Giros 
El continuo suceder de nuestro ser 
Vórtices que se comprenden así mismos 
y se animan a lugares no frecuentes 
pero desean que el lector los piense y los sienta en su interior”, 

escribe Mario Porro (Trenque Lauquen, 28 de marzo de 1921) a manera de Justificación de su último libro de poemas. Obra surgida de un espíritu moderno, Tropos, si bien es una continuación de “Sucesión del ser” –Sucesión del ser II, aclara el autor–, es un libro diferente. En Tropos perduran los temas claves del poeta: el Ser, el Tiempo, el Amor, el Lugar, la ternura, el abandono, la soledad, la infancia, el mar, la interioridad. Pero ahora Mario Porro introduce en los poemas una metafísica distinta, como un copista de los antiguos troparios de la iglesia. De ahí su título, emparentado desde su intencionalidad musical con el tropario gregoriano. En todos los textos hay una sucesión de líneas que en apariencia escapan a la realidad del poema:

Hubo amores al alba? 
Manifiestos?” 

Ese es el tropos. En el canto gregoriano cuando aparece la voz, la voz sorprende, y plantea o pregunta algo que el coro no ha dicho. Porro agrega el elemento metafísico. Un giro dentro de la celebración: 

Oboe sin aire la tristeza pasa entre las hojas 
Sólo mi fervor estremece...”

Es extraordinaria la forma con la que el autor de “Búsqueda por el amor” encaró la arquitectura del libro. Ante la conquista de una idea se impone la necesidad perentoria de hallar otra, incorporando permanentemente el sentir, y es ese sentir el que expande el alma del poeta: 

 “Amor mío no te duelas
por mi soledad 
 Ella cuida de mi asombro 
Me protege de la distracción 
Anula mi ser a su estar...” 

 Libro dedicado a su madre, centro de toda su obra. La “centreidad” –palabra tomada de Teilhard de Chardin, y fundamental en la estructura de su poética– indica que a medida que el centro se va achicando, se van reuniendo todas las cosas. Para el poeta las cosas no se pierden, se reúnen. A diferencia de sus libros más herméticos –“La vigilia y la roca”; “Entremundo”; “Mundo despierto”– hay una mayor claridad en la construcción de los poemas, y en cómo llegan al lector:

“¿Por qué estás solo? 
Sin embargo vives envuelto en los demás 
 Cómo ellos te ahogan 
Cómo sin ellos mueres” 

Los poemas de Tropos deben leerse línea por línea, para descubrir en la palabra, ideas y emociones. Poemas dotados de profunda interioridad y sensibilidad, donde nunca está ausente el elemento dramático, la tensión. Tanto el significado, como el símbolo y el sonido son las causales que producen en nosotros el asombro cobijado en el misterio. Hay que recorrer el poema una y otra vez, dejarlo, volver a él, para vivir, retornar al lugar, y celebrar la poesía. Porro, poeta moderno comprometido con el lenguaje, sabe que toda palabra es metáfora. Su obra es una poética inagotable que existe y se expande en la medida de la capacidad de quien mira y se compromete. 


 ___ El poeta Mario Porro murió en City Bell en la madrugada del 2 de diciembre de 2001. Ese mismo día escribí este texto:

Mario Porro 

La lluvia trajo 
junto al cansancio de la tarde 
La noticia inesperada 
Una soledad infinita
---

viernes, 26 de marzo de 2021

SILVIO RODRÍGUEZ Compañeros poetas, que escriban la historia



PLAYA GIRÓN

 

Compañeros poetas,

tomando en cuenta los últimos sucesos

en la poesía, quisiera preguntar

-me urge-,

¿qué tipo de adjetivos se deben usar

para hacer el poema de un barco

sin que se haga sentimental, fuera de la vanguardia

o evidente panfleto

¿si debo usar palabras como

flota cubana de pesca y

“Playa Girón”?

 

Compañeros de música,

tomando en cuenta esas politonales

y audaces canciones, quisiera preguntar

-me urge-,

¿qué tipo de armonía se debe usar

para hacer la canción de este barco

con hombres de poca niñez, hombres y solamente

hombres sobre cubierta,

hombres negros y rojos y azules

los hombres que pueblan el “Playa Girón”?

 

Compañeros de historia,

tomando en cuenta lo implacable

que debe ser la verdad, quisiera preguntar

-me urge tanto-,

¿qué debiera decir, qué fronteras debo respetar

si alguien roba comida

y después da la vida, qué hacer?

 

¿Hasta dónde debemos practicar las verdades?

¿Hasta donde sabemos?

Que escriban, pues, la historia, su historia

los hombres del “Playa Girón”.

 

“Fue la primera vez que jugué a hacer una canción panfletaria para desarticular esa categoría, explicitando el proceso de elaboración. Estuve a punto de titularla “Arte Poética”, pero le dejé “Playa Girón” en homenaje a aquellos pescadores que libraban una batalla en cierto sentido tan crucial como la de Bahía de Cochinos.” (Del blog personal de Silvio Rodríguez)

 

 

OJALÁ

 

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

 

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palara precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones.

Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

 

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya atrás de ti,

a tu gobierno de difuntos y flores.

 

 

“Recuerdo la mañana en que la estaba escribiendo, en el “Playa Girón”. Emilia fue la llave de ingreso a aquella música y palabras vertiginosas. Era un momento intenso, una conciencia plena de lo que estaba hallando. Andaba y desandaba los dos metros y medio del camarote con la guitarra sobre el pecho, cantando aquella aparición, chocando con todo, con la vista nublada. Entonces no entendía aquellos sentimientos de fiera enjaulada. Al cabo de los años, viendo la respuesta que Ojalá provoca en tantos públicos, me pregunto cómo aquella mañana tan solitaria de alta mar pudo llegar hasta el futuro.” (Del blog personal de Silvio Rodríguez)

 

 

EL PAPALOTE

 

Será por tu vivienda
hecha de ruinas
y de misterios,
porque partías la roca
para ganarte

un par de medios,
o por tus tirapiedras,
los más famosos de la loma,
de la mejor horqueta
de la guayaba,

y duras gomas.


Será por todo eso
que mi memoria
se empina a ratos,
como tus papalotes,
los invencibles,
los más baratos;
y te levanta en peso,
Narciso el Mocho,
para ponerte
entre los elegidos:
los que no caben
en la muerte.

El papalote

cae, cae, cae,
se va a bolina

la imaginación
buena cuchilla lo picó

Una vez de tus manos
un “coronel”

salió brillando:
Qué pájaro perfecto,
cuántos colores,
qué lindo canto.
Ninguno de nosotros
iba a volarlo, ya se sabía:
Era un encargo caro
del que mandaba,
del que tenía.


Llevabas en el puño
aquel dinero de la tristeza,
dinero de aguardiente,
del “Sol de Cuba”,
de la cerveza;
y te seguimos todos
a celebrarlo,
sucios y locos:
Para ti Carta Oro
y caramelos
para nosotros.

El papalote

cae, cae, cae,
se va a bolina

la imaginación:
Buena cuchilla lo picó.

 

La gente te chiflaba

cuando en la tarde

subías borracho,

tú contestabas piedras

y maldiciones

a tus muchachos

eras el personaje

de los trajines

de tu pueblo:

Eras para la gracia,

eras un viejo,

eras negro.

Una noche el respeto
bajó y te puso
bella corona:
Respeto de mortales
que, muerto, al fin
te hizo persona.
Pobre del que pensó
-Pobre de toda,
aquella gente-
que el día más importante
de tu existencia
fue el de tu muerte.

El papalote

cae, cae, cae,

se va a bolina

la imaginación.
Buena cuchilla lo picó.

 

                                               1972

 

“Le guardo un especial cariño porque describe recuerdos de infancia en mi pueblo y la vida de aquel hombre, que hacía papalotes y que al cabo de los años me hizo comprender a la gente anónima que es importante para los niños. En realidad trata de muchos temas; entre ellos hay un toque a la discriminación racial, sin subrayarlo, que es parte de un viejo propósito que siempre tuve: hablar de cosas cruciales como si fuera sin querer, sin ser didáctico, sesgadamente, como la mayoría de las veces nos enseña la vida real.” (Del blog personal de Silvio Rodríguez)

 

 

UNICORNIO

 

Mi unicornio azul ayer se me perdió,
pastando lo dejé y desapareció.
Cualquier información bien la voy a pagar.
Las flores que dejó
no me han querido hablar.

Mi unicornio azul
ayer se me perdió,
no sé si se me fue,
no sé si se extravió,
y yo no tengo más
que un unicornio azul.
Si alguien sabe de él,
le ruego información,
cien mil o un millón
yo pagaré.
Mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.

Mi unicornio y yo
hicimos amistad,
un poco con amor,
un poco con verdad.
Con su cuerno de añil
pescaba una canción,
saberla compartir
era su vocación.

 

Mi unicornio azul
ayer se me perdió,
y puede parecer
acaso una obsesión,
pero no tengo más
que un unicornio azul.

Y aunque tuviera dos
yo solo quiero aquél.
Cualquier información la pagaré.
Mi unicornio azul
se me ha perdido ayer,
se fue.

 

“Cuando apareció la canción, el diario “El Mercurio”, de Chile, hizo una encuesta preguntando qué era el unicornio para cada entrevistado. Isabel Parra me trajo la página y leerla fue estremecedor. Cuánta razón había en cada una de las interpretaciones: una señora hablaba de su esposo muerto, una niñita lloraba su cachorro perdido... Creo que descubriendo todo aquello me di cuenta de lo que había escrito. Con Unicornio sucedieron otras cosas extrañas: la escribí a finales de 1980, o en enero del 81, no recuerdo. Lo que sí sé es que el disco fue editado en el 82. Y resultó que el año siguiente, 1983, fue nombrado como año mundial del unicornio por la UNESCO. Entonces comenzaron a aparecer libros, almanaques, agendas, y hasta se hicieron peregrinaciones al museo de Los Claustros, en New York, donde se encuentran los cincos famosos tapices de los unicornios. Para colmo, unos pocos meses después, un ingeniero genético inglés consiguió un cabrito con un solo cuerno en la frente. Todo eso fue, y sigue siendo, un gran misterio para mí.” (Del blog personal de Silvio Rodríguez)

 

 

 

En Silvio Rodríguez, Sala 2, número 1, abril de 1994.  

Silvio Rodríguez Domínguez (San Antonio de los Baños, Cuba, 29 de noviembre de 1946). Autor de canciones, poeta popular. Fotos: jmp 





Gloria eterna a Rodolfo Walsh 



viernes, 19 de marzo de 2021

GABO FERRO Cuando crezca seré


COSTURERA Y CARPINTERO

 

Cuando crezca seré

un prodigioso carpintero

Un hombre poderoso de mirada serena

con cuerpo de niña curiosa y atenta

 

Colmaré mi antojo y construiré

para mí mismo mis propias muñecas

Sólo con mis dedos lijaré su piel

para que guardemos la resina fresca

 

Me enamoraré de una buena costurera

una mujer diestra, una buena mujer

con cuerpo de niño y manos bien dispuestas

 

Yo la amaré y la protegeré

de todo el terror de la naturaleza

Ella me amará y coserá para mí

los mejores vestidos para mis muñecas

 

Ella será sabia y sabrá sonreír

cuando le griten niño costurera

Dirá que nada importa si estamos enteros

Niño costurera y niña carpintero

 

 

 

 

 

En revista La costurerita, número 2/3, noviembre de 2009, Buenos Aires, Argentina / Director: Carlos J. Aldazábal

Gabriel Fernando “Gabo” Ferro (Buenos Aires, 6 de noviembre de 1965 - 8 de octubre de 2020)​​ / Músico, poeta, historiador y docente universitario / Fotos: jmp 





jueves, 18 de marzo de 2021

LUIS O. TEDESCO El revolcón de letras que lo escribe



I

EL IMPOSIBLE LACERADO

(Selección)

 

 

 

CHATO COMO AGUA EN TREBOLADA ZANJA

el tipo cede estar sin dar cabida,

 

no tiende a ser,

         no aletea, se arrincona

genuflexa la hechura parpadeante,

 

anda solo, su imagen no remonta,

un pantalón arrástralo en quietú,

 

camina y cuanto más camina

 

más donde no va se deja,

 

el tipo, tal como acontece,

es falta de lo que nunca fue,

sustancia cancelada su aparejo,

 

cuerpo y sombra resbalan, se lastiman,

 

supuran ser sobrante en el sinfín…

 

 

 

DESCONFIAO, RECELOSO, POR SI ACASO

mira hacia atrás lo lejos que deviene,

 

sangría de yanura es lo que ve,

 

ni rancho, ni poblado, ni siquiera

un cachorro que ladre por su ausencia,

 

ni el tero grazna

         ni el chajá es centinela,

ni como ensueño su alazán galopa,

 

gris el cielo muraya de bandadas.

 

 

 

CONGOJA, DESESPERO, MANSEDUMBRE,

entrañao el escozor de sus madejas

el tipo no fumiga sacramentos,

calza sinyó la tarja del sublime,

 

va pa’donde incrusta, va sin cencerro

que le acopie ansiedá a su pescuezo,

 

su claridá es legua sin ranchito.

 

 

 

DESAYUNO, ALMUERZO, MERIENDA Y CENA,

patroncito, usté sí la tiene clara,

 

usté sí que la fifa de lo lindo,

alborada con chiches en la cuna,

dulce de leche cuando pibe en

                           cumpleaños

 

y todo el santoral pa’ darle rastro.

 

El tipo, no, el tipo va de flete,

rienda suelta detrás con su remiendo,

un metejón de rabia lo acicala

 

cuando pabila Ser lo denodado.

 

 

 

LA GULA TE MASTICA, GORILÓN,

codicia y comida, mercancía,

la grasitú te envasa y cadavera,

 

reventarás con sanguijuela dentro

 

 

 

EL TIPO NO SE JUNTA

con los civiles sísifos del alba,

 

sueña sin espuela, no lo madrugan

ni el cándido rubor del desayuno

ni el sermón laburante de la tribu,

 

el tipo va, nunca regresa, va,

no hay origen, no hay meta ni añoranza,

no hay quietú que desmadre su agonía,

 

siempre de pie, desálmase testigo,

un vértigo de arraigo le da mueye,

 

va sin hambre, cadalsa su nonunca.

 

 

 

EL TIPO DA PIE, CHUPA SU INASIBLE,

 

no recula, no suma conceptuales

al flujo traicionero de la hueya,

 

él va hacia donde sus ojos van,

sin astucia, sin credo ni esperanza,

sin ternezas de barrio ni voltaje

del ansioso dolor del habitante,

 

él cobija silencio, lo enmudece,

es raspón de historia,

         castigo del huerto monacal,

 

cruz vacía goteando su tormento.

 

 

 

OLOR A MUERTO COPA SU MATERIA,

 

viene del zanjón,

         lo nauseabunda,

mira sucumbir restos de cualquiera.

,

El tipo ve el destripe de ser alguien:

 

cuerpos sin cara ni brazos, sin piernas,

colgados en el agua lo castigan,

 

el tipo no combate, no se rinde,

 

custodia su infección de caminante.

 

 

 

CON TODA SU FLACURA AMORATADA

el tipo, cosa rara, no desangra,

 

nervios y venas tayados por la mugre

son arabescos, furor desguarnecido,

 

sorprende el corazón, da su latido

preciso, doméstico, soberano,

un acorde neutral de semivida.

 

El tipo, caminando, se despoja,

su dentro móvil, brisa soterrada,

 

desalma los confines de otra vida.

 

 

 

CABECITA,

         descamisado,

                  guacho vagabundo,

 

ser nacional sin yegua de combate,

 

sin mamá el abrigo de su infancia,

sin padre en el vacío del desierto,

le dieron alma, sí, es la costumbre.

 

El tipo desmesura su degrado,

no transa, es desertor de la milicia;

 

no obstante, documentan su extravío,

un papelucho y manos telquineras

 

falsean su nombre, cifran su civil,

es calaña a favor del contubernio.

 

 

 

ROSAS Y URQUIZA, DOS TERRATENIENTES,

se reparten el gaucho malnacido,

 

lo conchaban pal’muere, le destripan

el quedo de luchar por su tapera,

 

mata y lo matan, es el cuchiyado

por el vicio patriota del Estado,

 

bandera en alto masacrando pueblo.

 

 

 

EL TIPO REMEMORA: EVA NO TRANSA,

Evita capitana sin aliento

bofetea contubernios del gorila,

 

es su cuerpo sin sangre alimenticia,

es su voz, su pequeña voz jadeante,

 

es Evita Perón descamisada,

 

turbión de nueva vida que se apaga.

 

 

 

“HORMIGA NEGRA, TERROR BAUTIZADO,

fue, es y será doble con su padre,

picando pior que hormiga, puñalero

cuando la chaucha es lustre de mi brazo”,

 

así se alistó,

         tropezando con su tinta,

macizo sin descarne junto al tipo

y el aire se nubló con forajidos,

prófugos, desertores, desvalidos,

la tez obrera y todo ese deleite

meta pulga en las ánforas bancarias

hasta saciarles el dólar,

          hasta pudrirles

el verde cristalino de sus almas.

 

“Porque estos cosos, dicen, tienen alma,

yo no, yo de ginebra

embeleso mi náufrago sin dioses.

 

A Macri dejemeló a mí”,

         agregó el Hormiga,

“yo lo demacro, le doy moribunda

con la yaga feroz del pisoteado

y con mi sanguinaria

                  le retuerzo la risita,

 

esa que obscena mata mientras come”.

 

 

CIVILIZACIÓN O BARBARIE, EL TIPO

se estremece, convulsa, son palabras

sin poeta, sin maguyón, sin temblor

de logos su aguzor agazapado.

 

Son palabras de Estado, disponibles

pa’l saciadero del ilustre

                  contra el retobo del salvaje.

Es un parte de guerra,

                  una orden de aniquilación,

 

paredón contra el germen aborigen.

 

“Yo vengo de ahí”, se dice, “yo camino

sin soy ni ser,

                  ni lumino que me diestre

nomás que andar nativo con el muere,

 

yo soy del Imposible el lacerado…”

 

 

Buenos Aires, febrero de 2019

 

 

En El imposible lacerado y otros baruyos del idioma, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina, 2021 / Selección de textos y fotos: jmp / Luis O. Tedesco (Buenos Aires, 1941)

miércoles, 17 de marzo de 2021

LEÓNIDAS LAMBORGHINI En el ruido el ruido

 


SEOL

 

lo mortal

lo que se oye.

-oíd: el ruido de lo roto en el trono de la identidad

en

lo dignísimo.

-oímos

respondemos: el ruido de lo sagrado de lo unido en

lo dignísimo de

la identidad que se rompe.

oímos lo abierto a lo mortal, la salud rota en

lo mortal: el grito.

-oíd lo roto. lo mortal en libertad. la libertad de lo mortal.

oíd: la libertad de lo roto. el grito.

el trono. el ruido de lo mortal en el trono de lo sagrado

del trono de la identidad.

el ruido de lo roto: la identidad. el trono.

-respondemos: oímos en el ruido el ruido. oímos en el ruido el

ruido. lo sagrado roto o

lo que se une. la identidad en el trono de lo dignísimo o

lo que se rompe en lo unido que se rompe y

abre.

las cadenas rotas de la identidad que se rompe y une. oímos

en lo mortal lo mortal que oímos. lo que se abre a lo mortal:

el grito.

-oíd lo que se oye

oíd lo que se oye.

-oímos el grito de lo mortal de

lo roto de las cadenas. oímos el ruido de lo mortal

en el trono. oímos en el ruido el ruido de lo roto de

las cadenas. de la identidad unida que se rompe y

une: -respondemos

respondemos.

-oíd lo que se oye: en el camino su oíd la salud rota

en el trono. en sus cadenas.

las cadenas de la libertad de lo mortal en el trono

en lo que está coronado o de gloria que se rompe o

une.

-oímos en el ruido el ruido. oímos en lo roto lo

roto coronado que

se rompe.

-oíd lo que se oye.

-oíd lo que se oye.

-oímos lo que se abre: respondemos. lo que está abierto

en el ruido. respondemos respondemos.

oímos en el ruido el ruido. el grito. el trono

de la identidad que se abre a lo mortal. el ruido de

lo mortal. el ruido en

libertad de las cadenas. el trono en la gloria de lo

dignísimo de la identidad de

lo sagrado de la identidad coronado o

que se rompe. o que se abre

en el camino su de. y se rompe o une y se une y rompe.

respondemos respondemos.

-oíd lo que se oye. oíd

lo que se oye.

-oímos la libertad de lo unido o su gloria o lo roto

que se rompe o une, el ruido de la identidad unida que

se abre rota. lo mortal.

oímos en el ruido el grito. el trono en la gloria de

la identidad unida o en lo mortal abierto

a

lo que se rompe. el grito

de la identidad en el trono

de lo unido en su gloria o

que se rompe y une en el grito.

en lo dignísimo de la identidad o

lo roto que

-oíd lo que se oye.

-oíd lo que se oye.

-oímos en el ruido el ruido. oímos

en el ruido el ruido. oímos. respondemos.

 

 

 

Reescritura del himno nacional argentino

En revista Las ranas. Artes, Ensayo, Traducción, número 3, noviembre de 2006 / Director: Guillermo Saavedra / Editores responsables: Américo Cristófalo, Pablo Gianera, Guillermo Saavedra y Eduardo Stupía

Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 10 de enero de 1927 - 13 de noviembre de 2009) / Fotos: Jmp

miércoles, 10 de marzo de 2021

LILY CHAVEZ Un pájaro que nunca vimos antes



 

CARPE DIEM

 

El milagro de ver las manos cuando escriben

la estrella federal en el fondo de los ojos

el fluir detenido frente a mi espejo

 

incubo el instante

todo nace en la alegría de la llamarada

en este ahora

donde ningún segundo

ninguna semilla

debería caer en saco roto.

 

 

 

 

Me levanto

y los minutos me acercan

el mismo interrogante

el señuelo de siempre

la misma boca

el mismo grito

irrisorio

         y pálido

 

la voz me habla

         con textura de agua

         con lenguaje de cadáver

pone trabas en los molinos de la lengua

 

y cada vez encuentro menos respuestas

y no logro frotar dos piedras

y no me hago de claridades

 

la cigarra con sus once manchas

siguen cantando en mi cuerpo

y sin embargo

me mantengo enterrada en la arena

sin saber por dónde aparecerá el sol

con qué me iluminará la niebla.

 

 

 

 

 

Una basura en el ojo

un parpadeo que se repite

una ceguera a medias

una imagen trastocada

 

ahora

en su desfigura

el mundo

es una piedra incómoda

 

un tropiezo

que nos tenemos merecido.

 

 

 

 

 

Vamos dejando que los besos se endurezcan

acostumbramos el cuerpo a los errores

nos envolvemos con versiones ilusorias

                  de la felicidad

 

somos hacheros del árbol que plantamos

ojos que pierden la voz

 

desolación que se desparrama en una calle invisible.

 

 

 

 

Mires hacia donde mires

los ojos son una oleada de voces

que juntan tristeza.

 

 

 

 

Amanece

y cantan como gallos

los que arrasarán el día con sus llamaradas

los que decapitan

los que nos cerrarán los ojos

como si fuésemos muertos

 

de la noche anterior queda poco:

algunas pesadillas

restos de pensamientos

y el temor

por lo que no trituramos

 

nos han ido quitando las fuerzas

nos han ido astillando las rodillas

cerrando los orificios de la respiración

repartiendo el humo

hasta dejarnos con este humito débil

inocente

tembloroso

que apenas sabe hablar.

 

 

 

 

 

El principio es un fin

una liana sin extremos

se filtra un bosque incendiado

en la copa de un árbol

donde voces rudas aplastan la dulzura

arrojan al vacío

los armarios de la mente

 

tiembla el hombre

         su sombra tiembla

 

a qué oídos le hablará la noche

qué conciencia tocará su mano

 

en la calle del ahora

la lluvia cae para todos.

 

 

 

 

Como si soltáramos los globos de la lluvia

como si olfateáramos el rastro del perro

como si el viento pidiera un tren para su grito

como si pudiéramos perseguir el pan que nos alcanza

así

puntada tras puntada

la vida nos condena al revés de los sueños.

 

 

 

 

 

Atrás el barro

el pantano y sus jaurías

los pececitos de plata

–sardinetas que se alimentan

de lo que costó tanto–

 

atrás las termitas

las aguas turbias

las sandalias en el ártico

las ratas de entretiempo

 

que cada paso sea un fondo blanco

una luz que ilusione el ojo de la selva

un reloj sin memoria

un salto a mano alzada

 

no debemos regresar

 

hagamos de cuenta

que las cavidades se sellaron

que todo se ha endurecido

que los caminos se volvieron mares

que los ángeles no existen

 

miremos el mañana

 

siempre aparece la punta de otro iceberg

otro manifiesto

otro argumento para ir por más

 

en el cielo siempre vuela

un pájaro que nunca vimos antes.

 

 

 

 

En la greda nacieron

hojas de hierbabuena

con todo en contra

sin siquiera un arbitraje de piedad

 

pero allí está

con las nervaduras en alto

hermosamente verde

 

tal vez sea la frondosidad de la vida

de la que tanto se habla

o la voz que renace después del remedio

 

tal vez.

 

 

 

 

En El derrumbe de los tulipanes, Mascarón de Proa, Villa María, Córdoba, 2020

Lily (Liliana) Chavez nació en Gregorio Funes, provincia de Córdoba; narradora, poeta, gestora cultural / Selección de textos y fotos: jmp

Gracias Lily por el envío de tu libro!