jueves, 18 de marzo de 2021

LUIS O. TEDESCO El revolcón de letras que lo escribe



I

EL IMPOSIBLE LACERADO

(Selección)

 

 

 

CHATO COMO AGUA EN TREBOLADA ZANJA

el tipo cede estar sin dar cabida,

 

no tiende a ser,

         no aletea, se arrincona

genuflexa la hechura parpadeante,

 

anda solo, su imagen no remonta,

un pantalón arrástralo en quietú,

 

camina y cuanto más camina

 

más donde no va se deja,

 

el tipo, tal como acontece,

es falta de lo que nunca fue,

sustancia cancelada su aparejo,

 

cuerpo y sombra resbalan, se lastiman,

 

supuran ser sobrante en el sinfín…

 

 

 

DESCONFIAO, RECELOSO, POR SI ACASO

mira hacia atrás lo lejos que deviene,

 

sangría de yanura es lo que ve,

 

ni rancho, ni poblado, ni siquiera

un cachorro que ladre por su ausencia,

 

ni el tero grazna

         ni el chajá es centinela,

ni como ensueño su alazán galopa,

 

gris el cielo muraya de bandadas.

 

 

 

CONGOJA, DESESPERO, MANSEDUMBRE,

entrañao el escozor de sus madejas

el tipo no fumiga sacramentos,

calza sinyó la tarja del sublime,

 

va pa’donde incrusta, va sin cencerro

que le acopie ansiedá a su pescuezo,

 

su claridá es legua sin ranchito.

 

 

 

DESAYUNO, ALMUERZO, MERIENDA Y CENA,

patroncito, usté sí la tiene clara,

 

usté sí que la fifa de lo lindo,

alborada con chiches en la cuna,

dulce de leche cuando pibe en

                           cumpleaños

 

y todo el santoral pa’ darle rastro.

 

El tipo, no, el tipo va de flete,

rienda suelta detrás con su remiendo,

un metejón de rabia lo acicala

 

cuando pabila Ser lo denodado.

 

 

 

LA GULA TE MASTICA, GORILÓN,

codicia y comida, mercancía,

la grasitú te envasa y cadavera,

 

reventarás con sanguijuela dentro

 

 

 

EL TIPO NO SE JUNTA

con los civiles sísifos del alba,

 

sueña sin espuela, no lo madrugan

ni el cándido rubor del desayuno

ni el sermón laburante de la tribu,

 

el tipo va, nunca regresa, va,

no hay origen, no hay meta ni añoranza,

no hay quietú que desmadre su agonía,

 

siempre de pie, desálmase testigo,

un vértigo de arraigo le da mueye,

 

va sin hambre, cadalsa su nonunca.

 

 

 

EL TIPO DA PIE, CHUPA SU INASIBLE,

 

no recula, no suma conceptuales

al flujo traicionero de la hueya,

 

él va hacia donde sus ojos van,

sin astucia, sin credo ni esperanza,

sin ternezas de barrio ni voltaje

del ansioso dolor del habitante,

 

él cobija silencio, lo enmudece,

es raspón de historia,

         castigo del huerto monacal,

 

cruz vacía goteando su tormento.

 

 

 

OLOR A MUERTO COPA SU MATERIA,

 

viene del zanjón,

         lo nauseabunda,

mira sucumbir restos de cualquiera.

,

El tipo ve el destripe de ser alguien:

 

cuerpos sin cara ni brazos, sin piernas,

colgados en el agua lo castigan,

 

el tipo no combate, no se rinde,

 

custodia su infección de caminante.

 

 

 

CON TODA SU FLACURA AMORATADA

el tipo, cosa rara, no desangra,

 

nervios y venas tayados por la mugre

son arabescos, furor desguarnecido,

 

sorprende el corazón, da su latido

preciso, doméstico, soberano,

un acorde neutral de semivida.

 

El tipo, caminando, se despoja,

su dentro móvil, brisa soterrada,

 

desalma los confines de otra vida.

 

 

 

CABECITA,

         descamisado,

                  guacho vagabundo,

 

ser nacional sin yegua de combate,

 

sin mamá el abrigo de su infancia,

sin padre en el vacío del desierto,

le dieron alma, sí, es la costumbre.

 

El tipo desmesura su degrado,

no transa, es desertor de la milicia;

 

no obstante, documentan su extravío,

un papelucho y manos telquineras

 

falsean su nombre, cifran su civil,

es calaña a favor del contubernio.

 

 

 

ROSAS Y URQUIZA, DOS TERRATENIENTES,

se reparten el gaucho malnacido,

 

lo conchaban pal’muere, le destripan

el quedo de luchar por su tapera,

 

mata y lo matan, es el cuchiyado

por el vicio patriota del Estado,

 

bandera en alto masacrando pueblo.

 

 

 

EL TIPO REMEMORA: EVA NO TRANSA,

Evita capitana sin aliento

bofetea contubernios del gorila,

 

es su cuerpo sin sangre alimenticia,

es su voz, su pequeña voz jadeante,

 

es Evita Perón descamisada,

 

turbión de nueva vida que se apaga.

 

 

 

“HORMIGA NEGRA, TERROR BAUTIZADO,

fue, es y será doble con su padre,

picando pior que hormiga, puñalero

cuando la chaucha es lustre de mi brazo”,

 

así se alistó,

         tropezando con su tinta,

macizo sin descarne junto al tipo

y el aire se nubló con forajidos,

prófugos, desertores, desvalidos,

la tez obrera y todo ese deleite

meta pulga en las ánforas bancarias

hasta saciarles el dólar,

          hasta pudrirles

el verde cristalino de sus almas.

 

“Porque estos cosos, dicen, tienen alma,

yo no, yo de ginebra

embeleso mi náufrago sin dioses.

 

A Macri dejemeló a mí”,

         agregó el Hormiga,

“yo lo demacro, le doy moribunda

con la yaga feroz del pisoteado

y con mi sanguinaria

                  le retuerzo la risita,

 

esa que obscena mata mientras come”.

 

 

CIVILIZACIÓN O BARBARIE, EL TIPO

se estremece, convulsa, son palabras

sin poeta, sin maguyón, sin temblor

de logos su aguzor agazapado.

 

Son palabras de Estado, disponibles

pa’l saciadero del ilustre

                  contra el retobo del salvaje.

Es un parte de guerra,

                  una orden de aniquilación,

 

paredón contra el germen aborigen.

 

“Yo vengo de ahí”, se dice, “yo camino

sin soy ni ser,

                  ni lumino que me diestre

nomás que andar nativo con el muere,

 

yo soy del Imposible el lacerado…”

 

 

Buenos Aires, febrero de 2019

 

 

En El imposible lacerado y otros baruyos del idioma, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina, 2021 / Selección de textos y fotos: jmp / Luis O. Tedesco (Buenos Aires, 1941)

No hay comentarios: