viernes, 28 de julio de 2017

Vladimir Nabokov, En el viejo puente



LA GOLONDRINA

Una vez, al atardecer,
estábamos juntos en el viejo puente.
Te pregunté: ¿Ahí, ves, de aquella golondrina
te acordarás hasta la muerte?
Y me contestaste: ¡Claro, seguramente!

¡Y cómo, de repente, sollozamos juntos!
¡Cómo gritó la vida en su vuelo rasante!
“¡Hasta mañana, hasta siempre, hasta la muerte!”.
Una vez, en el viejo puente.






Traducción directa del ruso: Irina Bogdaschevski. Archivo personal Jmp.
Foto familiarJmp, circa 1980. 
Vladimir Nabokov (Rusia, 22 de abril de 1899 – Suiza, 2 de julio de 1977).

jueves, 27 de julio de 2017

Leopoldo Marechal, Justicia en la distribución



AUTOPSIA DE CRESO
(Fragmento)

1… Amigo Velazco: el asunto de Creso, acerca de cuya entronización y tiranía conversamos tantas veces a favor de mi lámpara, entrará hoy en este Cuaderno según el pie científico de una necropsia. En rigor de verdad, Creso no ha bajado aún a la tumba, sino que agoniza velozmente; por lo cual, y mejor que una necropsia, le convendría una biopsia in extremis. Pero su fin se halla tan próximo que, a mi juicio, no pasará la noche. Dios ejerce una Misericordia tan abismante como su Justicia y su Paciencia. Debo recordarle, ante todo, que la innoble figura de Creso no hace fluir ahora por vez primera la tinta ecuánime de mi estilográfica: ya la describí hace años en mi Adán Buenosayres (y en su Infierno de la Violencia), donde Creso aparece junto a los ladrones, como responsable del “robo universal” más tremendo que haya soportado el siglo. En estas páginas estudiaré la magnitud y natura de tan formidable asalto; y sobre todo sus consecuencias desastrosas, ya que nuestro buen hombrecito, detrás de sus fines, utilizó como armas la mistificación y la corrupción, de modo tal que, bajo su férula, no quedó ninguna institución, arte o saber humanos que sea hoy reconocible en su nobleza original.

2… Necesito aclararle previamente que, bajo el nombre de Creso, me propongo describir al representante del Tercer Estado social, o al homo oeconomicus; al “burgués”, en suma, tal como lo define cualquier diccionario de la lengua. En rigor de justicia, Creso, al igual que los integrantes de las otras castas o estados, responde a una “función social” rigurosamente necesaria: responde a ella y no a otra, porque su naturaleza intrínseca o su “vocación individual” lo incorpora naturalmente a esa clase y lo declara idóneo para tal función. En consecuencia, lo que define a Creso no es una desmedida posesión de la riqueza corpórea, sino una “mentalidad” sui generis que le hace apetecer y buscar dicha riqueza. En tal sentido, hay millonarios que no son Cresos y hay Cresos que no tienen un centavo. Le diré más aún: el mundo presente, obra de la tiranía secular a que lo sometió Creso, está uniformado ahora por esa “mentalidad” que le imprimió el Hombrecito Económico en tren de universalizar su reinado. Y verá usted al fin que la solución integral de los problemas que hoy nos aflijan estaría en que todos y cada uno de nosotros advirtiéramos hasta qué punto esa “mentalidad”, nos ganó el ser y en destruir sus manifestaciones con métodos adecuados.

3… Pero, ¿cuál es la función de Creso en el organismo social que integra? Es una función doble: a) “producir” la riqueza material o sustento corpóreo del organismo; b) “distribuir” equitativamente la riqueza en todos los miembros del organismo social. Yo diría que tal es la “virtud” inalienable de Creso; y sobre todo lo es en la segunda parte de su función, la que lo declara específicamente un hombre oeconomicus, ya que la palabra Economía, en sus raíces originales, no tiene otro significado que el de “Justicia en la distribución”. Si Creso ejerce tal “virtud” con honradez, está bien sentado en la balanza; y el organismo social funciona en armonía, vale decir con salud. Desgraciadamente, Creso tiene un “vicio” que se manifiesta en oposición a su “virtud”: la sensualidad de la riqueza. Tal vicio lo inclina (o puede inclinarlo) a cierta “mística de lo material”, a convertir lo corpóreo en un dios y a usufructuar ese dios en su propio y excluyente beneficio. Para evitar ese riesgo, el Hombrecito Económico está controlado “normalmente” (vale decir en subordinación jerárquica) por dos frenos distintos: uno “interior” o espiritual y otro “exterior” o social. El freno interior es el que le opone su conciencia religiosa, le impide consumar el desequilibrio o pecado de una injusticia social en el orden económico. El freno exterior es el que le impone a Creso el “segundo estado” social, el de los Mílites, cuya función no es otra que la de asegurar la defensa, el orden y la justicia en la organización humana.

(…)


En: Autopsia de Creso. Editorial El Barrilete, Buenos Aires, 1965. Foto: Jmp.

Leopoldo Marechal (Buenos Aires, 11 de junio de 1900 – 26 de junio de 1970).

miércoles, 26 de julio de 2017

Nick Drake, Olvidar la crueldad del mundo


CELLO SONG

Cara extraña, con ojos
pálidos y sinceros.
Te conoces, por eso no tienes
nada que temer.
Por los sueños que llegan
cuando eras joven
y toda una vida
donde encuentras
la primavera.
¿Era todo tan frágil
en el frío de la noche?
Armados de emoción
salimos a luchar.
Y mientras la tierra
se hunde en su propia tumba,
navegas al cielo
en la cresta de una ola.
Es mejor olvidar
la crueldad del mundo,
sentarse y esperar
y cantar las canciones.
Y si algún día nos vemos
entre la multitud,
levántame y déjame
en la nube.
En la nube.
Los dos. 



En elepé: Five Leaves Left, 1969. Lado 2, tema 1. Imagen: detalle de tapa.
Nicholas Rodney Drake (Rangún, Inglaterra, 19 de junio de 1948 - Warwickshire, 25 de noviembre de 1974).

lunes, 24 de julio de 2017

Arnaldo Calveyra, La primera estrella traspasa la ventana



COSTUMBRES DE LA CASA

La primera estrella
traspasa la ventana
y descansa del viaje
en el centro de la mesa.

Jarra fresquita
olorosa a primavera,
ropero
de la pieza de al lado
–un traje persiste
en el olor de la muerta-,

silla que mira al campo.

Campo.

Colonias de malvones
golpean a las puertas.

Si Virgilio viviera
diría
lo rosadas que parecen esas nubes.

El alma ya pronta
a la muerte por sueño.

Te llevaré la mañana temprano
en un vaso de agua.


EN SEGUIDA DE LA INFANCIA

En seguida de la infancia
está morir
sigue la muerte
un dedo titubea
se apacigua
en mitad de los labios
queda la casa
abierta,
afueras nunca afueras
por todo
puertas de la casa
la palmera,
la anochecida blanca
abrazada a palmeras
quieta, quietas.


En: City Bell, Hechos & Personajes, nº 97, semana del 27 de septiembre al 3 de octubre de 1997.

Arnaldo Calveyra (Mansilla, Entre Ríos, Argentina, 23 de febrero de 1929 – París, Francia, 16 de enero de 2015).

jueves, 20 de julio de 2017

Eugenio Montale, La tierra será vigilada desde plataformas astrales



EN VITRINA

     Los pájaros de mal agüero,
búhos o lechuzas, viven solamente
en casbas desnutridas o embalsamados
en los escaparates de misántropos. Ahora bien,
puede ocurrir incluso que la golondrina
haga nido en un caño y un imprudente
muera asfixiado. Es un accidente
raro y no modifica el cuadro.

Casbas: semejante a nuestras Villas Miserias.


LA ESPÁTULA

     ¿Crees que el pesimismo
ha existido de veras? Si miro
a mi alrededor no hay ni restos.
Dentro de nosotros, además, no hay ni una voz
que se lamente. Si lloro es un contracanto
para enriquecer el gran
País de Jauja que es el mañana.
Hemos rascado bien con la espátula
la menor erupción del pensamiento. Ahora
todos los colores exaltan nuestra paleta,
excluido el negro.


ALLÁ ABAJO

     La tierra será vigilada
desde plataformas astrales

Más o menos probables se ejecutarán
abajo las matanzas

Desaparecerán profetas y profecías
si alguna vez los hubo

Desaparecerán el yo el tú el nosotros el vosotros
del uso

Decir nacimiento muerte comienzo fin
será todo uno

Decir ayer mañana
un abuso

Esperar – flatus vocis que nadie
comprenderá

El creador tendrá poco que hacer
si alguna vez lo tuvo

A los santos será necesario buscarlos
entre los perros


Los ángeles permanecerán imborrables
erratas.



De: Sátura, 1971. En: Eugenio Montale. Antología, Fabril Editora, Buenos Aires, 1971. Traducción: Horacio Armani.

Eugenio Montale (Génova, Liguria, Italia, 12 de octubre de 1896 - Milán, Lombardía, 12 de septiembre de 1981).

miércoles, 19 de julio de 2017

Robert Desnos, Tanto soñé contigo



TANTO SOÑÉ CONTIGO

Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Todavía hay tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a cruzarse sobre mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no podrían adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y me gobierna desde hace días y años,
seguramente me transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar. Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente y tus labios que los primeros labios y la primera frente que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de tu fantasma que ya no me resta sino ser fantasma entre los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.

A la mystérieuse (Corps et Biens, 1930).


ÚLTIMO POEMA

Tanto soñé contigo,
Caminé tanto, hablé tanto,
Tanto amé tu sombra,
Que ya nada me queda de ti.
Sólo me queda ser la sombra entre las sombras
ser cien veces más sombra que la sombra
ser la sombra que retornará y retornará siempre
en tu vida llena de sol.

(Domaine Public, 1953).
“Fue el último poema escrito por Desnos. Se lo encontró sobre su cadáver; está dedicado a su mujer Youki, y retoma el tema del conocido poema de la serie “A la misteriosa”…”.

“Robert Desnos nació en París el 4 de julio de 1900. Murió el 8 de junio de 1945 por la desnutrición y el tifus en el campo de concentración de Terezin (Checoslovaquia) adonde lo habían llevado los alemanes en su retirada con los reclusos del campo de Buchenwald. Militó en la resistencia durante la ocupación alemana en Francia. Fue capturado y enviado al campo de Buchenwald. Su muerte se produjo a los pocos días de ser liberado por las tropas rusas. (…) Desnos que supo exaltar en algunos de sus primeros poemas el amor ideal, tuvo la suerte de encontrar en su mujer, Youki, esa experiencia del amor único y total que es la culminación del amor surrealista.”

En: Aldo Pellegrini. Antología de la poesía surrealista, Argonauta, Barcelona, segunda edición 1981 (primera edición 1961). Traducción: Aldo Pellegrini.

martes, 18 de julio de 2017

Günter Grass, Vivimos en un huevo



LA BATALLA NAVAL

Un portaaviones norteamericano
y una catedral gótica
se hundieron
en medio del Océano Pacífico
uno al otro.
Hasta el final
el joven vicario tocó el órgano.
Ahora aviones y ángeles están suspendidos en el aire
y no pueden aterrizar.


EN EL HUEVO

Vivimos en un huevo.
Hemos borroneado con dibujos indecentes
y los nombres de nuestros enemigos
el lado interior de la cáscara.
Somos incubados.

Sea el que sea el que nos incuba,
a nuestro lápiz incuba también.
Al salir algún día
nos haremos de inmediato
una imagen del que incuba.

Suponemos que somos incubados.
Nos imaginamos unas aves bondadosas
y escribimos composiciones
sobre color y raza
de la gallina que nos incuba.

¿Cuándo salimos?
Nuestros profetas en el huevo
se pelean con remuneración mediocre
por la duración del tiempo de la incubación.
Suponen un día X.

Por aburrimiento y verdadera necesidad
hemos inventado máquinas incubadoras.
Nos preocupamos mucho por nuestros hijos en el huevo.
Con mucho gusto recomendaríamos a aquella que cuida de nosotros
nuestra patente.

Pero nosotros tenemos un techo encima de la cabeza.
Pollitos seniles,
embriones con conocimiento de idiomas
hablan todo el día
y discuten aun sus sueños.

¿Y si no somos incubados?
¿Si esa cáscara nunca llega a tener un agujero?
¿Si nuestro horizonte sólo es el horizonte
de nuestros garabatos y también quedará?
Esperamos estar siendo incubados.

Aunque ya no hablamos más que del incubar
queda por temer, que alguien
fuera de nuestra cáscara, sienta hambre,
nos eche a la sartén y nos ponga sal.
¿Qué vamos a hacer entonces, hermanos en el huevo?



En: Poesía Alemana de Hoy 1945-1966, Sudamericana, Buenos Aires, 1967. Traducción: Rodolfo Alonso y Klaus Dieter Vervuert.

Günter Wilhelm Grass (Ciudad libre de Dánzig, actual Polonia, 16 de octubre de 1927 - Lübeck, Alemania, 13 de abril de 2015).

viernes, 14 de julio de 2017

Ingeborg Bachmann, País de niebla he mirado, corazón de niebla he comido



EL TIEMPO PRORROGADO

Días más duros vendrán.
El tiempo prorrogado hasta nuevo aviso
aparece en el horizonte.
Pronto tendrás que atarte los zapatos
y ahuyentar los perros hacia las fincas cenagosas.
Pues las entrañas de los peces
se enfriaron en el viento.
Pobremente arde la luz de los lupinos.
Tu mirada rastrea en la niebla:
el tiempo prorrogado hasta nuevo aviso
aparece en el horizonte.

Más allá se te hunde la amada en la arena
que le sube por el volante cabello,
le corta la palabra,
la manda callarse,
la encuentra mortal
y lista a la despedida
después de cada abrazo.

No mires atrás.
Ata tus zapatos.
Ahuyenta los perros.
Tira los peces al mar.
¡Apaga los lupinos!

Días más duros vendrán.


PAÍS DE NIEBLA

En el invierno mi querida está
entre los animales del bosque.
Que antes del alba debo volver
sabe la zorra y se ríe.
¡Cómo tiemblan las nubes! Y a mí
sobre el cuello de nieve me cae
una capa de hielo quebradizo.

En el invierno mi querida es
árbol entre árboles e invita
a los infortunados cuervos
a su lindo ramaje. Sabe
que el viento al oscurecer
levanta su tieso, escarchado
vestido de noche, y me espanta a casa.

En el invierno mi querida está
entre los peces, muda.
Esclavo de las aguas, que la línea
de sus aletas mueve desde adentro,
estoy de pie en la orilla y miro,
hasta que los témpanos me apartan,
como se sumerge y gira.

Y otra vez tocado por el grito de caza
del pájaro, que atiesa sus alas
encima de mí, caigo
en campo abierto: ella despluma
las gallinas y me pasa una
clavícula blanca. Me la pongo al cuello
y me voy por el plumón amargo.

Infiel es mi querida,
yo sé, que a veces flota
con tacos altos hacia la ciudad,
besa en los bares con la pajita
hondamente a los vasos en la boca
y le vienen palabras para todos.
Pero ese idioma no lo entiendo.

País de niebla he mirado,
corazón de niebla he comido.



En: Poesía Alemana de Hoy 1945-1966, Sudamericana, Buenos Aires, 1967. Traducción: Rodolfo Alonso y Klaus Dieter Vervuert.

Ingeborg Bachmann (Klagenfurt, Austria, 25 de junio de 1926 – Roma, Italia, 17 de octubre de 1973). 

lunes, 3 de julio de 2017

Paul Celan, Cavaron



HABÍA TIERRA EN ELLOS

y cavaron.

Cavaron y cavaron, así pasó
su día, su noche. Y no loaban a Dios,
quien, así escucharon, quería todo eso,
quien, así escucharon, sabía todo eso.

Cavaron y no escucharon nada más;
no llegaron a ser sabios, no inventaron ninguna canción,
no se idearon ningún lenguaje.
Cavaron.

Vino una calma, vino también un viento, vinieron los mares todos.
Yo cavo, tú cavas y la lombriz cava también,
y lo que canta ahí dice: Cavan.

Oh uno, oh ninguna, oh nadie, oh tú:
¿Adónde se iba, ya que no se iba a ninguna parte?
Oh, tú cavas y yo cavo, y me cavo hacia ti,
y el anillo se nos despierta en el dedo.


SALMO

Nadie nos amasa nuevamente de tierra y barro,
nadie bendice nuestro polvo.
Nadie.
Loado seas, nadie.
Por agradarte queremos
florecer.
A tu encuentro.

Una nada
éramos, somos,
permaneceremos, floreciendo:
la rosa-nada, la
rosa-nadie.

Con
el pistillo de alma luminosa,
el estambre de cielo yermo,
la rosa corona
de la palabra purpúrea que cantábamos
encima, oh encima
de la espina. 


 

En: Poesía Alemana de Hoy 1945-1966, Sudamericana, Buenos Aires, 1967. Traducción: Rodolfo Alonso y Klaus Dieter Vervuert.

Paul Celan (Csernowitz, Rumanía, 23 de noviembre de 1920 - París, Francia, 20 de abril de 1970). Foto: Jmp