martes, 31 de mayo de 2016

Miguel Ángel Bustos, Conde de la Casa Negra conde de Lautréamont


CONDE DE LA CASA NEGRA CONDE DE LAUTRÉAMONT

Bajo la luna rosada de Montevideo en llamas
amaste el número y el grito del mar.
Pastor de lobos en la tarde
¿qué sueño en música de abismos
ató tu lengua a los altos del cielo?
(He jugado con tu cráneo
esmeralda de llantos
una y mil veces cinco
en el Buenos Aires del sitio;
mi alma con la tuya
en la playa fantasma del siglo).
Conde plebeyo
tienes el rostro de todos los crímenes
de toda la inocencia
del rosario en mano
de una doncella en luto.
Te ruego en nosotros;
potros oscuros
rayos con tu ardiente sombra;
quieras dar el verbo que tu entraña
encela para selvas del alba
en casa nocturna del sol silencio.

1970


En revista “Hablar de poesía”, número 12, diciembre de 2004. Director: R. H. Herrera.
Miguel Ángel Bustos nació en Buenos Aires el 31 de agosto de 1932. Poeta. Secuestrado y desaparecido por la dictadura cívico-militar el 30 de mayo de 1976.
Foto: Isidore Lucien Ducasse (Conde de Lautréamont, 4 de abril de 1846, Montevideo, Uruguay – 24 de noviembre de 1870, París, Francia). 

jueves, 19 de mayo de 2016

Paul McCartney, En La Plata, poemas y canciones



DÉJALES PASAR

Alguien llama a la puerta,
alguien toca el timbre.
Alguien llama a la puerta,
alguien toca el timbre.
Hazme un favor, abre la puerta y déjales entrar.

La hermana Suzie, el hermano John,
Martin Luther, Phil y Don,
el hermano Michael, la tía Jim,
abre la puerta y déjales pasar.

(En elepé “Wings at the Speed of Sound”, 1976)


IVAN

Dos puertas abiertas
el dieciocho de junio,
dos recién nacidos
ese mismo día
en Liverpool
Uno era Ivan,
el otro, yo.
Nos conocimos en la adolescencia
y superamos todos los desafíos
a los que nos habían sometido.
Jive con Ive,
un genio del bajo.
Él me presentó
en la fiesta de Woolton
uno o dos amigos
y así empezamos,
él un típico estudiante,
yo, con el rock`n`roll.
Los mejores amigos que pueda haber,
marina de Cranlock,
pastel de Cranlock.
Una lágrima cayó
por mi mejilla,
el dieciséis de agosto
de dos mil novecientos noventa y tres
una puerta se cerró.
Adiós, Ivy.


LA LUNA ES UNA MANDARINA

La luna es una mandarina,
un gajo de naranja.
Las estrellas tan claras como desees.
Huele a pino
y a eucalipto.

          Toda una noche.


EL PROBLEMA ES

Un conejo da vueltas
queriendo morderse la cola,
porque le parece de algodón de azúcar.
El problema es que los conejos no comen algodón de azúcar.

Un labrador negro ladra a las travesuras
de su sombrea en el muro.
El problema es que las sombras no buscan pelea.

Un par de guantes que cuelga
de un bolsillo trasero discute
sobre qué mano debería sujetar el rastrillo.
El problema es que no les importa una mierda a los guantes.


ELLA ES…

              Ella es…
el Yin de mi Yang
  el I de mi Ching,
    el ir de mi venir,
      la cara de mi cruz,
         el lirio de mi valle.


PÉRDIDA

Perdí a mi mujer,
ella perdió su vida.

Hasta entonces
el lujo
de no tener responsabilidades.

La guadaña no
cayó esa noche
mientras, apretujados dentro de un guante,
aspirábamos
el uno la energía del otro.


     “Suele existir una diferencia entre un poema y la letra de una canción. Las canciones tienden a ser concentradas, en parte porque una canción tiene que funcionar al momento y, también, porque las palabras deben dejar espacio para que la música respire, deben dejar tiempo para la música. En una buena canción, las palabras y la música bailan juntas, por lo que necesitan un espacio para bailar.” De la Introducción, Adrian Mitchell, amigo de Paul.

     “Cuando era adolescente, por alguna razón deseaba con locura que me publicaran un poema en la revista del colegio. Escribí algo profundo y elocuente… que fue rechazado de plano, y me figuro que desde entonces he estado intentando tomarme la revancha.
     Años más tarde, después de haber escrito muchas canciones con John Lennon –y sin él-, compuse un poema al enterarme de la muerte de mi querido amigo Ivan Vaughan. Pensé que con un poema, más que con una canción, podría expresar mejor lo que sentía. A este poema “Ivan”, le siguieron otros, muchos de los cuales aparecen en esta recopilación.
     Adrian Mitchell me convenció de que el libro también debería incluir canciones, y así se ha hecho, y ahora coincido plenamente con él en que ambas formas de escritura tienen la misma capacidad de transmitir sentimientos profundos…”. Prólogo de Paul McCartney.

En: “Blackbird Singing. Canciones y poemas, 1965 – 1999”, Mondadori, 2001.
Paul McCartney (Liverpool, Inglaterra, 18 de junio de 1942).
Foto: Página oficial de PM. Paul y Leila en Estadio Único de La Plata. “10-year-old Leila has wish granted, playing bass with Paul onstage in Buenos Aires”. 

lunes, 16 de mayo de 2016

Charly García, Bienvenidos a la Ruta Perdedora


RUTA PERDEDORA


Sé de un mago que habla con los peces
Sé de un mundo en el espacio
Habitado por un Dios

Sé que vivir mucho es mucho mejor
Pero sé también que mi vida es tan triste
Como un tonto me creí lo que dijiste

"Nuestra vida será blanca y buena
Nuestra casa será verdadera
Nuestra ciudad será hermosa desde hoy”

Y ahora escucho que la calle grita:
"Bienvenidos a la Ruta Perdedora"

Sé que nunca seré un buen payaso
Sé que mi figura  es triste y que miro con dolor
Sé que a veces ni siquiera soy yo

Y no sé quién es el tonto en el espejo
Y mi alma no me quiere y se va lejos

Y busco mi nombre en las paredes
Y me escapo con todos los trenes
Y en las calles me persigo sin razón

Los carteles luminosos brillan:
"Bienvenidos a la Ruta Perdedora"


En elepé: “Películas”, La máquina de hacer pájaros, 1977.
Letra: Charly García. Música: José Luis Fernández.
La máquina de hacer pájaros es: Charly García, José Luis Fernández, Oscar Moro, Gustavo Bazterrica, Carlos Cutaia.
Charly García (Buenos Aires, 23 de octubre de 1951).

miércoles, 11 de mayo de 2016

Ana Cecilia Prenz Kopušar, Conocí a Amir Bukvić en los años en que transcurría la guerra en Yugoslavia


     Conocí a Amir Bukvić en los años en que transcurría la guerra en Yugoslavia. Era el director del Centro Cultural de Bosnia y Herzegovina en Zagreb y todos los años visitaba Trieste para participar en el Congreso sobre Lenguas y Literaturas de los países del Mediterráneo. Lo más impactante en su personalidad eran la profundidad y autenticidad con que acompañaba sus discursos siempre impregnados de esa identidad multicultural que caracteriza a todo bosnio y que también se refleja en la obra que aquí presentamos: Aristóteles en Bagdad.
     Se trata de una obra dramática de intriga que se desarrolla en la edad de oro de Bagdad. Un rey joven e iluminado vive obsesionado por la filosofía de Aristóteles y a menudo en los sueños debate con él. Deseoso de conocimiento reúne a su alrededor a los mejores pensadores, filósofos y científicos de su reino sin tener en cuenta su religión y nacionalidad. La lectura de las obras del filósofo griego estimula las discusiones entre los personajes, aunque, a menudo, no todos los conceptos resultan claros. Amir Bukvić cuenta que Borges significó para él una nueva forma de conocer el mundo árabe. Algunos de los temas tratados en el libro El Aleph se reflejan en su obra y, como en la Busca de Averroes, los personajes de este drama se interrogan sobre las palabras "comedia" y "tragedia".
     La palabra como universo, la identidad perdida y reconquistada, el laberinto, el desierto, los espejos, el tiempo, los sueños son algunos de los motivos presentes en esta obra teatral. Naturalmente, circunstancias y situaciones del pasado obran, simbólicamente, para expresar problemas, relaciones y límites del mundo contemporáneo. Los mismos remiten a la situación de Bosnia.
     Un astrónomo, un médico, un filósofo, un místico, un poeta, un matemático, un traductor, son los personajes que acompañan al rey en sus reflexiones. Cada uno de ellos está obsesionado por un concepto que se convierte en la clave para comprender la existencia. Uno de ellos define al desierto como el laberinto más grande, con mil pasillos invisibles que Dios ha creado; clara es la referencia al cuento de Borges Los dos reyes y los dos laberintos. La luz se convierte en la adivinanza del todo. Quien logra descifrarla ha hecho un gran paso; y el tiempo no existe, existen sólo mundos distintos bajo luces distintas. En los sueños los personajes se confrontan con los propios pensamientos.
     Como escribe el autor en el prólogo del drama que aquí incluimos, Borges es una de sus fuentes de inspiración pero no la única. Czeslaw Milosz, en su libro El pensamiento cautivo, trata al ketman como a una problemática actual y Bukvić retoma esta idea:

No he respetado los hechos históricos, tampoco los he eludido; tomé lo que necesitaba para poner en movimiento mi imaginación. Es verdad que en aquellos tiempos vivía un rey fascinado por Aristóteles. Lo soñaba y en los sueños conversaba con él. Es verdad que aquel rey, obsesionado por Aristóteles, reunía en su palacio a los mejores científicos, filósofos, artistas y no les preguntaba por su nacionalidad, fe, ni color de la piel. Es verdad que el mismo Aristóteles reunía, en aquellos tiempos y espacios, a gente peculiar que provenía de países distintos. Sobre todo Judíos y Árabes que con gran interés lo traducían y estudiaban en profundidad. Es verdad que, a menudo, ellos mismos se encontraban ante conceptos y palabras cuyo significado no sabían descifrar. Es verdad que el filósofo árabe Averroes (Ibn Rusd), cuyas enseñanzas filosóficas se basaban en la obra de Aristóteles, encontró en sus textos dos palabras desconocidas: comedia y tragedia –   y que no logró penetrar la esencia de su significado. Parece ser que murió sin haberlo descubierto. (Borges escribió algo al respecto). Es verdad que Aristóteles en traducciones y originales viajaba seguido de Bagdad a Toledo para ser más tarde asimilado en Europa. Es verdad que el poco conocido ketman en aquel tiempo se había transformado en una institución permanente de defensa de los pensamientos y sentimientos del cercano Oriente. (Czeslaw Milosz en libro El pensamiento cautivo trata al ketman como un problema de la contemporaneidad).  Es verdad que en el s. XIII los Mongoles destruyeron Bagdad, entonces capital del mundo.
Pero, ésta es sólo mi representación de aquellos tiempos, bastante similares a estos en los que vivo. Por lo tanto, le aconsejo al lector que deje de lado lo que he indicado anteriormente y se abandone a su imaginación. Una fantasía especial enriquecía los tiempos en los que estamos por penetrar. Si no hubiera sido así hoy seríamos más pobres de Mil y una noches. (Amir Bukvić, Introducción al drama)

Los personajes, en la sexta escena del I acto del drama, presentan al Ketman. Como indica el mismo autor, el mismo significa saber adaptarse en los malos tiempos.

En el jardín, bajo una palmera. Ester teje y canta en voz baja. Said en la penumbra la mira, Ester se para, se gira, y ve a Said.
SAID: Perdóname, tenía que esconderme porque llegaba el mensajero del rey. No era prudente que me viera. Tú sigue tejiendo y cantando. (Ester continua con el trabajo). Yo soy Said.
ESTER: Lo sé.
SAID: ¿Y tú?
ESTER: (en voz baja, asustada): Ester.
SAID: Un nombre insólito.
ESTER: Tu padre ha dicho que es un bien tener dos nombres.
SAID: Mi padre lo llama: Ketman.
ESTER: ¿Ketman?
SAID: Saber adaptarse en los malos tiempos. Cuando estás solo entre una mayoría que reina, no digas quién eres, así te proteges de los locos que creen que su entorno tiene que conservarse puro. Por eso, nuestro padre, a nosotros dos, hijos de madres de fe diferente, nos ha enseñado, por prudencia, y desde la tierna infancia, el Ketman. Me ha aconsejado de aplicar el Ketman cuando viajo por las tierras cristianas, a Isaac, le ha aconsejado el Ketman hasta en el palacio. Cuando el viejo rey estaba aún vivo. (Silencio. Ester teje, Said la mira). Nunca he visto una tal armonía de colores. Es demasiado bonita esta alfombra. Más la observas y más rapta la mirada. Cuando esté terminada, la admirarán.
ESTER: Y le caminarán encima.
SAID: Y no sabrán quién la hizo.
ESTER: Qué necesidad hay de saber quién ha construido el palacio, si es grandioso. Es suficiente disfrutar de la obra.
SAID: Yo disfruto mirando como tejes con maestría.
ESTER: Quiero alcanzar la perfección, cuando creo que la estoy alcanzando, entonces, a propósito, cometo un error.
SAID: No veo errores.
ESTER: Son tales que solamente yo los conozco. Aquí y aquí.
SAID: No me habría dado cuenta si no me los hubieras mostrado.
ESTER: Nosotros no somos dignos de la perfección, tampoco cuando el Señor nos inspira. (Silencio. Ester teje. Said ve una araña que baja por la hoja de una palma).
SAID: Una araña transparente que, al atardecer, se arrastra a lo largo de este rayo de luz. Tu maestría es parecida a la de la araña. Como es vario este mundo. (Toma a la araña con ternura). Creo ya haberla encontrado una vez, seguramente más veces también, en diferentes lugares, en otros tiempos y mundos.
ESTER:  ¿A quién?
SAID: A esta araña. Mira como se retuerce en la palma de mi mano. (Ester se levanta y mira a la araña en la mano de Said. Said suelta a la araña y mira a Ester). Si no hubiera estado este rayo de luz que desaparece, no la habría visto, ¿tampoco te hubiera visto a ti? La luz revela la realidad, sobre todo, cuando está desapareciendo.
ESTER: Isaac me dijo que estás obsesionado por la luz.
SAID:  Y por los mundos en las luces. (La luz cae sobre Ester y Said. Se oye una música baja). Este atardecer. Mira, ¿no parece la última luz excitante que desaparece? Cuanto más se acerca a su desaparición, tanto es más bella, sorprendente y llena de misterio. Mientras se va retirando, mira, nace otra, apagada, que recibe su belleza, su maravilla y hace sombra sobre tu rostro hermoso. (Said le acaricia el rostro con ternura). Unirse y separarse, desaparecer y renacer. Cada uno de nosotros se refleja en el otro. Nada es inmutable, nada turbio, todo puede convivir en armonía. La luz que desaparece se encuentra con la luz que nace. Nadie atraviesa el mundo del otro, la tierra de los otros, porque es parte de él en los otros mundos, en las otras tierras.
ESTER (en voz baja): Hablas bien, pero entiendo poco.
SAID: El alma del hombre es sensible a la luz porque ella misma está hecha de luz. Nuestra alma es sensible a un tipo de luz, mientras el alma de otro es sensible a un diferente tipo de luz. Así, en muchos mundos alrededor de nosotros hay millares y millares de almas que no saben de la existencia recíproca. (Parece que Said está por besarla, y Ester por aceptar el beso).
ESTER (retrocede): ¿Por qué te estabas escondiendo del mensajero del rey?
SAID:  Una luz particular envuelve el palacio del rey.
ESTER: Cuéntame cómo se vive en el palacio del rey. (Oscuridad. Se siente una música baja que anuncia el cambio de escena).

En los siguientes fragmentos que proponemos, la incomprensión de los términos "comedia" y "tragedia" nos introducen en una reflexión más amplia sobre la indeterminación, la precariedad de la existencia, la imposibilidad de comprender el por qué de determinados acontecimientos. Como en el cuento de Borges, los personajes de Bukvić, se encuentran ante la situación de poder descubrir el juego del teatro. Sin quererlo, y sin saberlo, asisten a una representación teatral. El autor junto con sus personajes reflexiona sobre los límites culturales del conocimiento. Las palabras "comedia" y "tragedia" adquieren otro significado en un contexto cultural que desconoce la representación teatral.

Escena 11 (acto I): El hombre que tiene que morir.

La entrada del Palacio preparada para el cuento que se cuenta a sí mismo.
AZER: El cuento que van a ver y escuchar por primera vez, se desarrolla en el palacio del rey Salomón, en su ciudad. Aquí, delante de la sábana, imaginen el palacio del rey Salomón; detrás, una calle en la ciudad donde él paseará. El rey será mi humilde persona, de hecho, yo intentaré imitar al rey Salomón de la manera más auténtica… auténtica… posible. El experto Al-Farabi imitará al Consejero del rey. (Entra Farabi). Nuestro sabio Feysal imitará al hombre que tiene que morir. (Entra Feysal). Lo que van a ver y escuchar, será una sorpresa para el oído y para la vista. (Azer sale, y vuelve a entrar). ¡El cuento se titula “El hombre que tiene que morir”; y la manera insólita en el que será contado lo hemos titulado “El juego de las sombras vivientes”, (Azer sale).

Escena 3 (acto II):
Cada mañana le doy gracias a Dios porque he comprendido que no sé nada del poder y tampoco debo saberlo.
Benjamín está escondido. Una voz baja en hebreo hace su oración de la mañana. En los últimos versos de la oración son mencionadas las palabras comedia y tragedia. Benjamín ha rogado a Dios que lo ayude a descubrir el significado de las palabras desconocidas. Cuando termina la oración, Benjamín toma el libro y sale.
MUZAFAR: Esperaba que terminaras la oración.
BENJAMÍN: Un gran gesto.
MUZAFAR: Benjamín, ¿qué vio Feysal aquella noche?
BENJAMÍN: No sé.
MUZAFAR: Entre amigos no se esconde nada.
BENJAMÍN: Esta vez no ha hablado.
MUZAFAR: ¿Qué es la comedia?
BENJAMÍN: No lo he descubierto todavía.
MUZAFAR: ¿Y qué es la tragedia?
BENJAMÍN: Seguramente en la biblioteca lo descubriré.
MUZAFAR: ¿Ustedes inventan nuevas palabras para introducir la confusión en el palacio?
BENJAMÍN:  ¡No seas ridículo!
MUZAFAR: Lo que pasa no es ridículo.
BENJAMÍN: No, es triste. ¿Puedo ir a la biblioteca?
MUZAFAR: El recorrido es enlosado. (Benjamín sale. En la oscuridad se entrevé la sombra de Farabi. Cuando ve a Muzafar se la acerca).
FARABI: Cada mañana le doy gracias a Dios porque he comprendido que no sé nada del poder y tampoco debo saberlo. (Farabi se encamina).
MUZAFAR (lo sigue): Caminas como una sombra por el palacio.
FARABI (caminando): Me he convertido en la sombra de mi sombra.
MUZAFAR: Entonces seguro que sabes lo que vio Feysal aquella noche.
FARABI (se para y mira el suelo): ¡Mira! Cada losa está compuesta por un número infinito de círculos. He dicho a mí mismo: como no sé cuántos círculos tiene cada losa, las contaré. Ayer terminé de contar; el número de las losas que llevan a la biblioteca es exactamente 27.375.
MUZAFAR: Te he preguntado por Feysal.
FARABI: Aprecio a Feysal.
MUZAFAR: Yo aprecio la verdad. Y es verdad también que, cuando llegaste a este palacio, le ocultaste al viejo rey tu fe para mostrarte digno creyente de su religión.
FARABI: Yo no hablé y el viejo rey no preguntó.
MUZAFAR: Si yo se lo hubiera recordado, lo habría hecho. Así, gracias a mí, has vivido mucho y has trabajado todos los días.

Escena 15  (final, acto II):
Silencio. Se oye solamente el hipo de Farabi. Benjamín avanza absorto en algunos pensamientos. La luz, más fuerte, ilumina su cara. El rostro pensativo de Benjamín se transforma en radiante júbilo, como si entendiera.

BENJAMÍN: “Sentimos dolor por los que en manera injusta sufren”.
FARABI (del mismo modo): Tengo miedo de lo que está por pasar.
BENJAMÍN: “¡... y sentimos miedo cuando reconocemos que el que sufre es nuestro semejante!” Eso dijo Aristόteles.
¿Podría ser quizás esta la comedia...?
¿O bien... la tragedia?(Oscuridad).

La obra de Bukvić, centrada fundamentalmente en el Mediterráneo árabe judío, conlleva otros significados que, como mencioné al comienzo, se remiten a los hechos y espacios de proveniencia del autor; es decir, los acontecimientos de la última guerra en Bosnia y Erzegovina obran como “telón de fondo” del drama.

     Amir Bukvić (Sarajevo, en 1951), es autor de las obras teatrales: “Ciudadanos del sueño” (Premio Teatro Nacional Croata), “Un caso imprevisible” (Premio Teatro ITD de Zagreb), “Homo Novus”, “El día de una mariposa”, “El disidente”, “Cambios”, “Los niños de CNN” (que obtuvo varios reconocimientos), “El viaje por medio del universo del príncipe pequeño”, “La respuesta del príncipe pequeño” y “Shalom en Toledo” (Premio “Marin Držić”), reeditado con el título “Aristόteles en Bagdad” (2004). También obtuvo el premio “Alija Isaković” con el drama “El juego de las sombras”. Muchos de sus dramas se han traducido a varias lenguas (inglés, italiano, español) e incluido en antologías. Dirigió películas y documentales sobre su país natal contando la situación de su país: “Los ojos de Bosnia” y “Los niños de Sarajevo”. El primero habla del pueblo bosniaco y el segundo de la vida de los niños durante la guerra. BBC utilizó algunas escenas originales de esas dos películas para el documental “Las dos horas de Londres” sobre la guerra en Bosnia-Erzegovina. El objetivo principal de su escritura es el encuentro entre los hombres de todas las nacionalidades. Amir Bukvić es considerado, en su país, el escritor intercultural por excelencia. Actualmente vive y trabaja en Zagreb.


EpA:
Ana Cecilia Prenz Kopušar (Belgrado, 1964). Reside en Eslovenia.

lunes, 9 de mayo de 2016

Daniel Gayoso, Esa muchacha, que ya no puede oler


DEMASÍA

Esa muchacha, que ya no puede oler,
ahora come, devora los pimpollos
de la nueva estación en ramas bajas.
El aire del goce le ha gastado un sentido
y va con los otros a la misma belleza.
Abajo, unos pétalos esquivos
le rodean faldas y pies descalzos.
Y mira alrededor, sonriente
o temerosa del buen juicio;
pero sabe que todos somos ella.
Bien sabe, mientras brilla
en sus ojos ya libres,
qué cosa nos espanta.


FINAL DE LA SAGA

a Daniel Ponce, a nuestra generación perdida y recobrada

     Soy mi madera, soy el alto roble del que fui cortado una y otra vez. Y soy también el débil yacente que dice Soy mi madera; y ambos, al fin, volamos aguas abajo. El aire silba, sangra en los remos dormidos. Todos, menos esto que aún sueña, se han rendido: desgarradas frases, bocados en voces, migajas de letras… Y otros cenan, ahora, en el lecho fluvial.

     Allá voy…, vamos... La herrada cabeza bajo el timón de popa que vacila y no aprueba; que nunca me dará su bendición

     Soy también mi espalda rota, mis largas piernas señalando el rumbo y esta mano, ayer diestra, sobre las contadas posesiones.

     Soy mis ojos crucificados por la visión. ¿Mas hoy quién se apedrea en las guerras divinas? ¿Quién vive tan alto para morir en ellas?

     La mano ansía el borde dentado del hacha, impreca el basto hierro de las espadas o agita unos abalorios sin sonreír por ello.

     Aguas abajo. No has mezquinado ni una gota de sudor. Pacientemente escuchaste al Idiota que reencarna incesante entre pares e impares. Tu alma desovó en el origen… ¿Qué más de lo efímero?

     Soy roble y me acompaño; parto conmigo la suerte de los olvidados. Soy el veloz tajamar y la serpiente de proa, maldita ya por las verdades. Pero ¿no había a mi lado otro guerrero, su torvo espectro o su nada? De él será sin duda la mano siniestra que escancia el alquitrán, su roja ira. Oye a tu vela, feliz como esa luna, lamentándose.

     Aguas abajo, nada nos importa. Esos peces que vuelan de babor a estribor; el salmón de los rápidos aleteando al fin en el río turbado… Óyelos balbucear: “Olvida, olvida las palabras importantes.”

     Ardemos hacia abajo. Mira cómo acuden los brazos de las diosas. Allí, entre las cenizas… ¿Pero nadie las ve?...

     ¡Diablos!, ya libramos la batalla perdida.


LA INICIAL INFINITA

     Hay una Inicial inconcebible, que no reviste la forma de letra alguna y, por lo tanto, no puede ser presa del alfabeto o la caligrafía. De su misterio incesante surgen las otras iniciales, las palabras, líneas, estrofas o párrafos… Y este libro, que ya has leído o soñaste leer. Que recomienza.


En: “La inicial infinita (Poemas reunidos, 2013-2016)”, Imaginante editorial, 2016.
Daniel Gayoso (Buenos Aires, 1957).
Foto: Cecil Sarandon (Alemania, 1974).