martes, 24 de noviembre de 2020

JOAQUÍN GIANNUZZI Todo parece andar bien en este pequeño mundo



LA RAZZIA

 

Una vez más el golpe de estado

lo puso contra una pared,

los brazos en alto y le abrieron las piernas

lo palparon de armas

a empujones lo subieron a un camión azul

donde había otros amontonados en la oscuridad.

El mundo más o menos explicable desapareció

el camión arrancó

cruzó espacio y tiempo desconocidos

hasta llegar a un lugar sin nombre

donde los descargaron a palos

así que ingresaron a un sitio cuadrado

entre paredes ciegas

allí quedaron tendidos y pisoteados

por figuras negras que vociferaban

como si quedara poco tiempo para todo

hasta que sonaron repetidas descargas de metralla

así que murió sin saber

hasta dónde podría haber soportado todo eso.

 

 

DEMASIADAS PREGUNTAS

 

¿A qué justicia habían apostado para él

desde la oscuridad del huevo?

¿Acaso a este fraude

a este despertar a la historia sin saber para qué?

¿A este levantarse de la cama

como si lo que sigue significara algo?

¿A este lamentable compatriota

sobre el que de pronto disparan en la calle

desde la sombra de esquinas infinitas

y todo el mundo ignorando

en nombre de qué fue ese blanco elegido?

 

 

LOS CABALLOS

 

Los caballos soportaron

el peso de la historia

hasta que fue creado

el motor de combustión interna.

Ahora, cada vez que nacen

titubean y se demoran ante la luz

creyendo haber irrumpido

en un mundo equivocado.

 

 

CREPÚSCULO CON CHOPIN

 

Su pequeña hija, tan

suavemente azul vestida

se sentaba al piano en su cumpleaños.

Chopin, naturalmente, en la tarde.

¿Una corrupción a esta hora del té?

¿Una declinación en el tejido

de las rosas recién cortadas?

Mis queridos amigos,

escuchen con qué perfección

está sonando el presente.

 

Pero una secreta poesía

hacía crecer los cabellos

cayendo hacia el teclado.

Instalaba la música en el tiempo;

entretejía una oscura tela entre las tazas.

Por su causa nada se eternizaba.

Salvo Chopin retornando sin mudanza

año tras año a la escena.

 

 

 

En Un arte callado, Ediciones del Dock, Buenos Aires, Argentina, 2008

Joaquín Giannuzzi (Buenos Aires, 29 de julio de 1924 – Campo Quijano, Salta, 26 de enero de 2004) / Foto: Jmp

viernes, 13 de noviembre de 2020

CAZUZA El tiempo no para

 
 

EL TIEMPO NO PARA

 

Disparo contra el sol

soy fuerte, pero sólo a veces

mi ametralladora está llena de dolores

soy sólo un tipo

 

Cansado de correr

en la dirección contraria

sin podio de llegada ni beso de enamorada

soy sólo un tipo

 

Pero si a vos te parece

que estoy derrotado

tenés que saber que aún están rodando los dados

porque el tiempo no para

 

Días sí, días no

yo voy sobreviviendo

sin los arañazos de quienes me detestan por caridad

 

Tu pileta está llena de ratas

tus ideas no se corresponden con los actos

el tiempo no para

 

Yo veo al futuro repetir el pasado

yo veo un museo de grandes novedades

el tiempo no para

 

No tengo fichas para celebrar

a veces mis días van de par en par

buscando una aguja en el pajar

 

En las noches de frío mejor ni nacer

en las de calor se elige

matar o morir

y así nos tornamos brasileños

 

Te acusan de ladrón, de puto, de marihuanero

y convierten a todo un país en un puterío

porque así se gana más dinero

 

Días sí, días no…

 

 

En El Tajo, Suplemento Joven del Diario Sur, jueves 15 de marzo de 1990 (s/r trad.)

Cazuza (Agenor de Miranda Araújo Neto, Río de Janeiro, 4 de abril de 1958 - 7 de julio de 1990) 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

DIANA BELLESSI Y al fondo el coro de gallinetas



         VARIACIONES DE LA LUZ

 

Un revuelo naranja al poniente
en lucha libre con el violeta
donde se hace de repente un claro
verde como aquel rayo purísimo
perseguido en la juventud
y al fondo el coro de gallinetas
y un silencio al frente que corta
el tajo de luna con más silencio
y plata y noche hasta que sólo
quedan las luces de tu casa
a veces como mágicas naranjas
dulces y en la soledad amargas

 

 

LIBROS PARA GRANDES O PEQUEÑOS LECTORES DE POESÍA

Como prólogo al bello librito ilustrado por Pablo Ramirez Arnol, escribe Diana Bellessi:

Hola! Fui una chica que nació en Zavalla, un pueblo de la provincia de Santa Fe, después me llevaron al campo donde trabajaba mi familia y yo jugaba en el predio de bambú de la huerta de mi abuelo, con los pajaritos y las enormes tortugas de la zanja. Iba a la escuela todos los días caminando, así llegué a la secundaria de una ciudad vecina. Siempre me gustó caminar, por eso a los dieciocho me compré una mochila y me fui a Bolivia. Ahí me enteré que era Sudamericana y eso me dio una alegría tremenda. Estudié filosofía en la Universidad, pero antes de terminar me fui a dar una vuelta por todo el continente, arriba de los camiones para reconocer mi casa. Aquellos cinco años fueron maravillosos y me dejaron marquitas en el corazón. Después volví, y vino la dictadura del setenta y seis.

Encontré mi escondite en una isla del Paraná, que se volvió mi patria chica, y ahí paso parte del año todavía, y parte en Buenos Aires. Si quieren leer más versos de los que escribo, entren a Internet, a La página de Diana Bellessi, hallarán muchos que puso una amiga. Y si prefieren el papel de un libro, hay uno gordo que tiene casi todo, y se llama Tener lo que se tiene.

Ah, empecé a escribir versos a los seis. Chau a todos…

 

Buenos Aires, julio de 2011

 

En Variaciones de la luz, ilustraciones de Pablo Ramirez Arnol (Buenos Aires, 1965), Mágicas Naranjas Ediciones, Buenos Aires, Argentina, 2011

Diana Bellessi (Zavalla, provincia de Santa Fe, 11 de febrero de 1946) / Fotos: jmp

domingo, 1 de noviembre de 2020

JULIETA DESMARÁS Un refugio



I

EL COMIENZO

 

JUNÍN

Puedo hablarte de aquel perro
abandonado en Junín,
de cómo se quedó lamiendo
mi niñez.
(Sí, verdes, más oscuros en invierno)
De los años que pisé montañas
coleccionando flechas ancestrales.
Puedo hablarte aún con timidez
del primer chico que besé.
(Sí, un montón de lunares)
De música, libros. Cuando doy
besos en los ojos
porque quiero amar o
estoy aburrida.
(No quiero estar aburrida)
Del Falcon de juguete
que dejó vendada a mi madre
hasta a los ojos
y de cómo nunca más comimos fideos verdes.
Puedo hablarte también
de cómo desearía que bajes
de esa gran cúpula
me escuches.

 

 

II

 

MERIENDA

 

Voy a tomar un café, tal vez un té,

y espero no encontrarte en el fondo

ni siquiera en la borra de las tazas vacías.

Te quiero de porcelana,

junto a los juegos que no se tocan.

 

 

ELENA EN SEPIA

 

Elena en su patio de Corrientes.

Elena en su mundito de luto,

lee al dorso de las plantas

tierra que calla.

Se siente en el aire cómo mueren los colores.

En medio de este silencio,

¿alguien levanta la mirada a lo que ya no crece?

Elena, de haber un camino que me lleve

bastaría.

 

 

SUR

 

TEMPORADA BAJA

 

EL RÍO Y SU CAJÓN

 

El río azul hace un cajón de la mitad de mí

y el sol lo intenta todo.

Confunde mi pecho con los ojos de un suicida

y él lo intenta todo.

La corriente no arrastra su barba con restos de otoño.

La corriente tira de mi pelo.

Tira y tira,

arranca todo un verano.

Me quiere tanto que pica una cebolla por mí.

Mientras,

cuento piedras como azulejos de baño.

Él lo intenta todo, el fuego y la risa.

Heroico y descalzo

rescata mi ojota del río y su cajón.

El río azul hace un cajón de la mitad de mí.

 

 

FUERA DE TEMPORADA

 

HOMBRE ALADO

Hombre, ¿qué es lo que ves y tensa tu porte?
¿Será el tormento del don
que adivina tus pies en el suelo?
¿Qué harás, hombre?

Anclando lunas con tu peso de niño.
Estás vivo y te inquieta el batir de tus alas.
Transparentes pero no invisibles
sentencian desolación.
Hombre, fruncís tu boca.
Pero es inevitable,
con mate se hincha el cuerpo.
No hay silencio posible.
Es inevitable,
tu voz siempre será ruido de calle.
¿Qué harás, hombre?

¿Anclando lunas con tu peso de niño?

 

 

TEMPORADA ALTA

 

EL MES

 

Llegó mayo a las retamas.

Tus botas; el barro;

el tiempo.

Te habito.

—Quién piensa en la lluvia.

En mayo, tus botas se detendrán,

irás por el acordeón,

por fin tendré un refugio.

 

 

En El río y su cajón (Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2014)

Julieta Desmarás (Buenos Aires, 15 de noviembre de 1982) / Foto: jmp