(20)
Como un cantante de
ferias y cantinas
repitiendo siempre las mismas canciones,
declamo poemas al océano.
El oleaje apaga el rumor de mi voz,
y la espuma salpica estos papeles
como un escupitajo de las rocas y el agua
a mi vanidad.
Entonces imito el gesto del cantante
cuando extiende la guitarra al público y le dice:
"no quiero aplausos, sólo monedas,
no quiero aplausos, sólo monedas”.
repitiendo siempre las mismas canciones,
declamo poemas al océano.
El oleaje apaga el rumor de mi voz,
y la espuma salpica estos papeles
como un escupitajo de las rocas y el agua
a mi vanidad.
Entonces imito el gesto del cantante
cuando extiende la guitarra al público y le dice:
"no quiero aplausos, sólo monedas,
no quiero aplausos, sólo monedas”.
(22)
La frontera del
puerto está en tus ojos:
el horizonte y el
sol
en una
botella vacía.
(24)
Ninguna mano
despide tus ojos,
ninguna piel
aguarda tu regreso.
Tu nombre, lo
sabes, es una moneda
tirada con furia a
los sitios eriazos.
Recuerdas la nieve
cayendo a los pinos,
ahora que deambulas
al garete por un puerto
nublado y
solitario, tenebroso y ficticio.
(25)
Ebrio me despide
Puerto Trakl
con el alba mojando mi cabeza.
Sin dinero, sin amigos y sin reputación
vuelvo a mis antiguos días.
La pequeña mañana abre sus puertas.
Los tugurios donde beben poetas y pescadores
quedan para siempre atrás.
con el alba mojando mi cabeza.
Sin dinero, sin amigos y sin reputación
vuelvo a mis antiguos días.
La pequeña mañana abre sus puertas.
Los tugurios donde beben poetas y pescadores
quedan para siempre atrás.
En:
“Puerto Trakl”, LOM Ediciones, Santiago, 2001.
Jaime
Luis Huenún (Valdivia, Chile, 1967). Poeta mapuche-huilliche.
Foto:
Jaime Luis Huenún.
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