INDICIOS
Una mala decisión
tomada a tiempo es más beneficiosa que una buena decisión a destiempo. Pruebas
al canto: 1. Casarse joven y morirse joven. 2. Ser burgués de cuna y dejar de
escribir en la vejez. 3. Seguir la moda cuando rige y matar al padre cuando ya
está enterrado.
*
Lo que no se puede
explicar no necesita razones. Sólo resiste la formulación poética, que no
siempre se compone con palabras. También los silencios, el vacío, dan cuenta
del misterio.
*
Hay que tener
voluntad, decía mi madre. No, mamá, le contestaba yo, hay que tener convicción.
Y me mandaba a los maíces del castigo. Había aprendido todo de afuera mi madre.
No conocía el sabor de la pepita. Le habían hecho perderse lo mejor. En cambio,
yo había aprendido todo afuera de mi madre. Cuando se hizo vieja contaba
monedas de ingenuidad, vivía perdida y sonriente. No podía olvidarse de los
maíces del castigo.
*
En la literatura,
como en la vida, el que se siente sorprendido es porque no estuvo atento a los
indicios.
*
Cada noche, al
dormir, nos preparamos para el oficio mayor, el que necesita más entrenamiento.
*
Repaso fotos viejas
que aún me representan. Han cambiado muchas cosas, el tiempo hizo su trabajo
sin indultos ni crueldad. Al rato reconozco todas las camisas que conservo en
distintos grados de buen uso. Y la sonrisa ese lazo tendido entre labios y
mirada creo que también anda por allí en cajones del ropero al abrigo del
invierno de los otros.
*
Un maestro me
cuenta cómo averigua quiénes serán sus discípulos. Pregunta a sus aspirantes:
¿para qué sirve la puerta de tu casa? ¿Para entrar o para salir? Los débiles de
espíritu dice el maestro se dejan fascinar por el falso dilema y optan por una
de las dos. Los prácticos y sensatos responden rápido y sin dudar: para las dos
cosas. Hay una clase de inscriptos que se deliran con posibilidades insólitas:
para esconderse, para saludar a la lluvia, para recibir al cartero y
vulgaridades parecidas. Una minoría contesta: para pasar. Ellos son los
interesantes, afirma el maestro, con ellos me gusta trabajar.
*
Cuando estoy con
ella soy feliz pero no sé quién soy. Me asusto y la abandono. Entonces vuelvo a
saber quién soy. Un infeliz, bien logrado.
*
Mi especialidad es
la estafa. No podría vivir sin ella. Y no es necesario organizarse, tener
planes ni ser astuto. Alcanza salir al mundo con la cara de todos los días.
Siempre aparecerá alguien dispuesto a darnos el gusto.
*
El funambulismo es
arte de poetas. Caerse de un tobogán o de un par de palabras es un fracaso
estético. El poeta, como los gatos, hace una pirueta en el aire y eterniza el
instante.
*
Las fuerzas de la
naturaleza suceden. Las obras de arte también, dice Borges que dijo Whistler.
Algunas personas también suceden. Y a su paso hay quienes se asombran, se
santiguan, se indignan, agradecen, se arrodillan, sonríen y hasta claman por
ayuda. O se enamoran aunque no sepan cómo se hace.
*
La poesía es un
toro de lidia en el ruedo, solo, vestido con su traje de luces.
ENSAYO GENERAL
Durante cinco años
cerré las puertas y ventanas de mi casa. Entre persianas y vidrios se
acumularon cartas, facturas impagas, diarios y folletos, hojas secas, arañuelas
y polvo impalpable, condones, tapitas de cerveza y hasta un gorrión muerto,
entre otros regalos del tiempo. El día que abrí el ventanal escuché una canción
olvidada, la luz entró crujiendo sobre los muebles, el aire se abrió paso entre
vaharadas de niebla, las moscas retrocedieron arrepentidas de su intento y unos
pibes se pararon a mirar y comentaban por lo bajo. Me quedé un rato observando
el panorama con mis viejos anteojos para sol. De pronto cruzó frente a la
ventana una muchacha de buen andar. Me acordé enseguida de mi profesor de
biología, de pistilos y gametos, la división cariocinética, cigotos y
blástulas, hasta que perdí la visión de esa grupa y su trote. Después me cambié
el piyama húmedo y salí a comprar queso, salamín, maníes y una botella de
fernet.
(a la memoria de Mario Levrero)
*
El ensayo general
ha sido un fiasco. Nadie sale conforme. El que estalla, porque las esquirlas se
clavan en su propio cuerpo. La hetaira, porque pierde un chulo que le toleraba
los amantes fijos. Los ángeles caídos porque fueron tomados por arlequines sin
gracia, objetos de la compulsión. El director esperaba más de la escena, una
perversión creíble, no la mascarada de pasos calculados, con red y sin
artistas.
*
El viejo escribe en
su nikki las impresiones del día. Su amiga en Obaru se ha roto una pierna y el
hijo la ayuda como puede. El viejo quema unas hojas en el jardín agrega flores
secas de cerezo y ruega para que su ofrenda llegue hasta Obaru. Las nubes
parpadean cuando sube el humo perfumado. El viejo entiende que su amiga ha
recibido la intención.
(a Yolanda I. Garrafa)
En Registros de hora prima, Ediciones La
Carta de Oliver, 2014.
Selección de textos: Jmp.
Raúl O. Artola (Las Flores, Provincia de
Buenos Aires, 5 de diciembre de 1947).
Desde 1975 reside en Viedma, Provincia de Río
Negro.
Foto: Alicia B. Pastore: José Ma. Pallaoro,
Raúl Artola,
Norma Etcheverry (que presentaba su nuevo libro) y Sandra Cornejo.
Presentación en La Plata de Registros de
hora prima, 12 de diciembre de 2014.
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