BLUES DEL AMASIJO
de silenciosa nueva
york
las pálidas rameras
se consumen
cuando las doce
tocan sus sandalias
como llaves
rizadas
van y vienen
en sus nalgas de
flan
de seda suena el
mundo
¿qué haremos con las sobras de tanta
hembra mimada
cuando el amanecer resbale?
un gran pezón? algún suspiro?
acaso
una película?
de ácida nueva york
los marginados
maman como hienas
buscan tórridos
sitios donde el destino
los encuentre por
fin
entre gatos y
brújulas de cal
hinchado el goce
por la noche en los
ojos
¿qué haremos con las fibras resecas
del porvenir
cuando el amanecer desflore?
un desayuno? un mapa?
mejor una mandíbula?
de sospechosa nueva
Cork
se nutre el amasijo
al borde de su
fábula
una selva de
avispas desagota
sus manos inasibles
cuando nadie
cuando ninguno
dice su pelambre de
arañazos
y golpes
como un alucinado
gigante
apocalíptico
penetra en las barracas
vomita su bárbara
cabriola sobre el enloquecido reloj
del solitario
GARDEL Y YO
nunca
gritó pecosa porque
yo no tenía
ni una
peca
gentil con esas
faltas
de imaginación dijo
en cámara
“I love you
marilín”
pasaba
que por aquellos
tiempos
mi nombre era maría
maría solamente
SOLO DE BOMBO
cobijador se fue
tapábamos la
espalda de cartón
el agudo carnal nos
suavizaba
muerte/
trajo la suya
cuando vino
a quitárnoslo a él
padre buenito
campo donde pastar
el griterío
ahora que retuerce
sus ajos
al correr del cajón
nos quiebra el
mundo
el agujero ese
bombo a tocar
el más redondo uno
que duele dale
de golpes
solo
En: “Blues del amasijo y otros poemas”,
selección.
María del Carmen Colombo (Buenos Aires,
1950).
Foto: MdCC en FB.
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