LA NOCHE DE LOS DIENTES AFILADOS
La noche que murió
el General en la casa de los humildes
las lágrimas adornaron las imágenes mas tristes
Las nubes mas blancas del año pasaron lentamente
por el cielo mas azul de julio
La luna más clara proyectó las sombras más negras
en los umbrales
En cien años a la redonda nunca hizo tanto calor en invierno
Los brujos cortaron el último pétalo de la margarita y
creyeron en el final de la esperanza
Los policías homicidas apoyaron sus fusiles
en las órbitas de la náusea
Los personajes más pintados pintaron amorosamente
los bellos muñecos de sus grandes sueños
Los tocados por la suerte miraron el cielo en espera
de la señal: estaba vacío como sus cabezas
El consejo de los Represores llamó a la adivina
y le hizo tirar treinta y tres veces las barajas mágicas
El cielo creyó haber oído hablar a su perro
La noche que murió el General los enemigos del pueblo
lo sentaron sobre el caballo blanco del imperio
para que su sombra nos meta miedo y ningún algo jefe recuperó
la memoria de sus crímenes contra el pueblo
La noche que murió el General, mientras los humildes
se hundían en el lago tenebroso de la angustia los señores
de América afilaron sus dientes sin pudor
La noche que murió el General nadie se acordó de los
maravillosos jóvenes que murieron por una tierra sin víctimas,
todos esos Ches.
las lágrimas adornaron las imágenes mas tristes
Las nubes mas blancas del año pasaron lentamente
por el cielo mas azul de julio
La luna más clara proyectó las sombras más negras
en los umbrales
En cien años a la redonda nunca hizo tanto calor en invierno
Los brujos cortaron el último pétalo de la margarita y
creyeron en el final de la esperanza
Los policías homicidas apoyaron sus fusiles
en las órbitas de la náusea
Los personajes más pintados pintaron amorosamente
los bellos muñecos de sus grandes sueños
Los tocados por la suerte miraron el cielo en espera
de la señal: estaba vacío como sus cabezas
El consejo de los Represores llamó a la adivina
y le hizo tirar treinta y tres veces las barajas mágicas
El cielo creyó haber oído hablar a su perro
La noche que murió el General los enemigos del pueblo
lo sentaron sobre el caballo blanco del imperio
para que su sombra nos meta miedo y ningún algo jefe recuperó
la memoria de sus crímenes contra el pueblo
La noche que murió el General, mientras los humildes
se hundían en el lago tenebroso de la angustia los señores
de América afilaron sus dientes sin pudor
La noche que murió el General nadie se acordó de los
maravillosos jóvenes que murieron por una tierra sin víctimas,
todos esos Ches.
De “Ejercicios
para no llorar en vano”, libro inédito.
Fuente:
diario Página/12.
Tilo
Wenner nació en General Galarza, Entre Ríos, en 1931. Publicó los
siguientes libros de poemas: “La pasión rota” (1957), “Cantos a mi amiga loca”
(1957), “Kenia” (1958), “Magnético” (1959), “Faz de cordi” (1959), “El pie del
vacío” (1960), “Pájaro inteligible” (1960), “Uhr” (1960), “Transmutación”
(1961), “El libro de vidrio” (1963), “La libertad, la amistad, el amor” (1964),
“Algunas máquinas imperfectas” (1969) y “Límite real” (1972). Fue secuestrado
el 26 de marzo de 1976 por un comando dirigido por el comisario Luis Patti. Sus
restos fueron inhumados a principio del mes de noviembre de 2009, luego de ser
identificados por un equipo de antropología forense.
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