A UN AMIGO EN
CARACAS
El asfalto se
vuelve
gris brillante al
mediodía
Me imagino que lo
cruzas
en esa ciudad sin
veredas
tan lejos
agitado y sudoroso
en medio del tráfico
Si estuvieras aquí
estaríamos
a la sombra de la
casa de altos
mirando cómo se
levanta
el vaho de la
ciudad
TEMOR ANCESTRAL
Cuando suceda en mí
la eclosión de los
cielos
seré
como los antiguos
temeroso
En un verano
propicio
de pasto amarillo
manchado
mojaré los pies en
el arroyo del sol
El aromo esparcirá
la sombra
donde ronda la
mosca verde
El pozo más hondo
llamará
cerrando su boca
negra
Sin luz
como los antiguos
imploraré
SIN TÍTULO
¿Qué se hizo de mi
rastro
cuando el viento
caliente removió el polvo
y dónde estaba yo
cuando se levantó
la parte de las colinas
y se hundió la
parte de los ríos?
Con una voz me
dije:
vos y tus dudas
se hundirán
en un oscuro
remolino
para siempre
Un poco de sangre
caliente
hundida en las
aguas turbulentas
No podrás ver
las altas barrancas
desde donde hombres
y mujeres
miran pensativos
el ancho río
Y toda esa agua
desembocando
hacia Buenos Aires
y en Zárate el
Ferry Boat
y el agua aceitosa
anunciando
los picos altos de
las fábricas
Me senté en la
orilla a mirar
cómo pasa el Ferry
Boat
blanco y largo
sobre las aguas turbias
Y a mis espaldas
la otra voz decía:
Canta, canta
calandria mía
la hilera de los
durazneros
está rodeada de
escombros
y bajo el sol del
verano
en los pajonales
—frágiles y secos
cantores—
la furia de los
caranchos
ronda las vacas
muertas
Canta, canta
Calandria mía
Y de nuevo
la tierra
levantándose
en polvo.
En
“Poesía y Poética” (revista de poesía y teoría poética editada por la
Secretaria de Asuntos Culturales de la Universidad Nacional del Litoral.
Director: Hugo Gola), número 1, marzo de 1988.
Bernardo Uchitel
(Entre Ríos, 1942).
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