martes, 24 de enero de 2017

José Lezama Lima, De pronto, una chispa


LO INAUDIBLE

Es inaudible,
no podremos saber si las hojas
se acumulan y suenan al encaramarse
la mirona lagartija sobre la hoja.
Nos roza la frente
y creemos que es un pañuelo
que nos está tapando los ojos.
El oro caminaba
después hacia la hoja
y la hoja iba hacia la casa
vacía del otoño, donde lo inaudible
se abrazaba con lo invisible
en un silencioso gesto de júbilo.
Lo inaudible
gustaba del vuelo de las hojas,
reposaba entre el árbol inmóvil
y el río de móvil memoria.
Mientras lo inaudible lograba
su reino, la casa oscilaba,
pero su interior permanecía intocable.
De pronto, una chispa
se unió a lo inaudible
y comenzó a arder escondido
debajo del sonido facetado del espejo.
La casa recuperó su inmovilidad
y comenzó de nuevo a navegar.

1º de febrero de 1975


En: Fragmentos a su imán, Lumen, Barcelona, 1997 (primera edición 1977).
José Lezama Lima (La Habana, Cuba, 19 de diciembre de 1910 – 9 de agosto de 1976). Foto: Jmp

1 comentario:

José María Pallaoro dijo...

Respeté el texto tal cual aparece en la edición que poseo. En cuanto al anteúltimo verso, “La casa recuperó su inmovilidad”, hay versiones en Internet (que por lo general se basan en el copiado y pegado, sin dar referencia a la fuente e incluso con erratas) cuya línea dice así: “La casa recuperó su movilidad”. Decidí ser fiel al texto que poseo, incluyendo, claro, este comentario.