miércoles, 4 de enero de 2017

Rosario Castellanos, Damos la vida sólo a lo que odiamos


DESTINO

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo del tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
antes que lo devoren (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.
Damos la vida sólo a lo que odiamos.


En suplemento El País Cultural, nº 363, viernes 18 de octubre de 1996, Montevideo, Uruguay.
Rosario Castellanos (México, 25 de mayo de 1925 – 7 de agosto de 1974). Foto: Jmp

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