viernes, 6 de enero de 2017

Raúl Gustavo Aguirre, Yo hacía el amor


DAMA DE CORAZÓN

     Yo hubiese perseguido un objetivo, pero no tengo objetivo. Como la gramilla en la tierra áspera soy apenas una pluma, apenas una espina en el invierno, y bajo las lluvias y los soles del estío una insensata exaltación. Guadaña en mano, me vuelves apacible, pero por poco tiempo, si no te ayuda mi sed. De esta manera, a veces creo en mi eternidad, aunque no es eso lo que importa. Lo que importa es esta condición salvaje en una tierra a la que, en todas direcciones, asuelan, oh cuidadoso, tus cementes armados.


EPIGRAFÍA

     “Cuando tú, Señor, urdías y atesorabas, yo fui dispensador de puros signos, y era más grande la extensión de mi reino. Cuando temías, yo avanzaba en la noche, y eran asombrosos mis encuentros. Cuando depredabas, yo hacía el amor. Y ahora somos la misma tierra y el mismo silencio.”


LA VOZ

     No buscamos la paz menos aún la paz de los justos, buscamos las tierras altas. Cobre ardiente buscamos. Y, como siempre, la magnífica libertad. Por eso comenzamos por emprender, serenamente, una terrible guerra de lenguajes. Danza nupcial o macabra, un mismo esplendor nos sirve de intermediario. El hombre a quien los dioses hicieron el honor de la llaga será nuestro amigo. Su voz resuena más allá de la muerte y guarda nuestros cantos.



En revista Macedonio, año 2, número 6/7, junio de 1970. Directores: Juan Carlos Martini y Alberto Vanasco.
Raúl Gustavo Aguirre (Buenos Aires, 2 de enero de 1927 – 18 de enero de 1983). Foto: Jmp

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