lunes, 24 de junio de 2013

Alessio Brandolini, la tierra es todavía nuestra


La tierra es todavía nuestra
la abrazan los olivos
de hojas plateadas
que pintan el aire
grabando listas de nombres
historias que nos pertenecen.

No nos conocen
pero nos sienten
en la madera
en la respiración
en la mirada
en el paso lento
que resiste a los días
va subiendo hasta arriba
a los muros torcidos de las casas
del antiguo poblado medieval.

.

Los árboles
fueron abandonados?
ya no tienen nombre
bajo la robusta corteza
hay sólo un agujero
un pasaje impedido
carente de savia
un nido de moho, de carcoma.
Por eso dentro de tres días
van a venir a derribarlos.

En el suelo los frutos
vaciados por los gusanos
se vuelven presa
de hormigas hambrientas
de arañas rojas
con boca de tenazas.

Alrededor del árbol
la alfombra de hojas
maceradas en el agua.

.

Cuando regresé
aquí había un desierto
con una jungla en medio.
La hierba altísima
tanto que Flavia y Simone
se desaparecían ahí adentro.

Con la hoz
me cortaba las uñas
desollaba
el huesito del pescuezo
me esforzaba muchísimo
por retomar aliento
después de los trabajos, los arreglos
plantaba la hiedra y el lauroceraso
el cornejo y el madroño
los abetos que ahora
son audaces y fuertes centinelas
que protegen la tierra y siempre
nos saludan, nos abrazan
cuando de carrera
abrimos el portón de par en par.

.

Es como si tuviera que volver a empezar
todo desde el principio, desde
los penosos primeros pasos.
Ahora lo sé y no espero nada más.
Sí, tendría que haberlo entendido
diez años atrás
pero tal vez no podía.
No obstante: más vale tarde que nunca,
se dice así, no es cierto?

Les voy a pedir que me ayuden
una asidua colaboración
para no aislarme de nuevo
no dividirme en tantas partes
en el espíritu y en el cuerpo.
Así también está bien
se puede vivir en silencio
cambiar de manera brusca
el método y la dirección
aspirar a un pensamiento calmo y puro.

Volverse más pequeños
para dormir en los nidos de los pájaros
más ágiles para treparse a los árboles
más livianos para tenderse en las ramas
para después podarlas y recoger los frutos.
Más delgados para pasar
entre las rejas de los portones.


En: “Poemas de la tierra” (Poesie della terra). Traducción: Martha L. Canfield
Alessio Brandolini (Frascati, Roma, 1958).
Foto: Elena B. Núñez.
Alessio Brandolini y José María Pallaoro, Roma, 27 de mayo de 2013. 
Embajada Argentina.


Alessio Brandolini leerá poemas en el V Festival Latinoamericano de Poesía, 25 al 29 de junio de 2013, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires.

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