viernes, 19 de enero de 2018

Orlando Van Bredam, Las botas vacías de mi abuelo



BOTAS

     Cuando era niño me gustaba mirar las botas vacías de mi abuelo, desde donde él brotaba por las mañanas hasta adquirir la altura de comisario de pueblo.
     Muchas veces llegué a pensar que el milagro de su autoridad, de su aplomo, de su coraje, residía en el fondo de aquellas botas relampagueantes.
     Un día no resistí la tentación y me las puse mientras mi abuelo dormía. Esa siesta anduve con ellas como en una canoa belicosa. Atravesé las habitaciones, el jardín, la calle inmutable y entré en la comisaría. Se rompieron las risas contra mis botas y el mareo de las burlas me hizo caer.
     Nunca más volví a intentarlo. Con el tiempo me convertí en un hombre pacífico, sin arrogancia, sin soberbia que sobrevive en un país que profesa una extraña nostalgia de botas. 




En El límite de la palabra. Antología del microrrelato argentino contemporáneo, Edición de Laura Pollastri, Menoscuarto, 2007. 
Orlando Van  Bredam (Villa Marcial, Entre Ríos, 23 de agosto de 1952). Vive, desde 1975, en El Colorado, pequeña comunidad de la provincia de Formosa. Foto: Jmp

1 comentario:

Macachia dijo...

Gracias por publicarlo. No conocía al escritor, me dejó conmocionada... buscaré más de él.