miércoles, 29 de agosto de 2012

René Char, vayan con la lámpara extinguida y devuelvan las joyas



XXII

En la edad adulta, he visto elevarse y crecer sobre la pared medianera de la vida y de la muerte una escala cada vez más desnuda, investida de un poder de emulsión único: el sueño. Sus peldaños, a partir de cierto progreso, no sostenían ya a los simples acumuladores del sueño. Después de la borrosa vocación de la profundidad inyectada, cuyas figuras caóticas sirvieron de campo a la inquisición de hombres bien dotados pero incapaces de valorar la universalidad del drama, he aquí como la oscuridad se aparta y VIVIR llega a ser, bajo la forma de un áspero ascetismo alegórico, la conquista de los poderes extraordinarios por los que nos sentimos profundamente atravesados pero que no expresamos sino incompletamente por falta de lealtad, de discernimiento cruel y de perseverancia.

Compañeros patéticos que murmuran apenas, vayan con la lámpara extinguida y devuelvan las joyas. Un misterio nuevo canta en sus huesos. Desarrollen su rareza legítima.


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René Char (Francia, 1907-1988).
De: “Seuls demeurent” (1945). Partición Formal. En: “Antología”.
Selección y versiones de Raúl Gustavo Aguirre.
Ediciones Del Mediodía,  Buenos Aires, 1968.
Foto: RCh, s/d.

3 comentarios:

Tatami dijo...

Usté que tiene ascendencia italiana se merece el título de "Pescatori di perle". No le afloje, don José María, necesitaríamos uno como usted en cada manzana de todos los pueblos. Gran abrazo.
Raúl Artola

Tatami dijo...

Usté que tiene ascendencia italiana, se merece el título de "Pescatori di Perle". No le afloje, Don José María, necesitaríamos más que hagan lo suyo, uno en cada manzana de todos los pueblos. Gran abrazo.
Raúl Artola

José María Pallaoro dijo...

Gracias por tus palabras, Raúl, hacen bien!
Abrazo grande para vos también!!!