sábado, 12 de febrero de 2011

Pedro Godoy – Aerosúplica marina, 3



¡Al mar! ¡Al mar! Percepción saltando como pulga deslumbrada,
estirándose a la corteza lisa de los cuerpos.
Caravanas preclaras aferradas a feroces canciones.
Cantan las flores, donde ya se volvieron antifaces
las rojas fauces de los escualos.
Enigma de los esfuerzos. Intensa claridad interior
donde no se puede subsistir sino besando... ¡Huir!
huir hacia una encía de gaviotas y luceros.
¡Al mar! ¡Al mar! Y allá entre esotéricas sinagogas repletas
de mujeres deseadas y corajes arcánicos un violín se desangra
entre los horizontales...La tarde se derrite convirtiéndose
en copa de champaña, sobre la mesa solitaria,
...¡anhelantes vacíos del mono negro!
¿Genetistica relatividad? ¿Origen cromosómico?
¿qué estalactita monologa estructura esta ninfónica
inseminación novatada trayendo más ansias de vivencias?
¿qué esencias intensas retman autarquía de aladares?


¡Hinche los velámenes el inflamado sol de las mokinis!
Y estruendando beatitudes más sensibles, otro viento:
un maquillado ruiseñor celeste, equilibrista inicia
un ávido ballet atómico. A todo hidrógeno... Huir...
¡Huir hacia ese albatros sobre el viento!
Sobre un diáfano ring de náyades...
Y en la victoria canta horrorosa la espuela negra
de los corsarios. Y lo imprevisto: Polvo y locura.
Locura y nada. Sobre este foso del infinito,
van las estrellas en la mendiga sed infinita...
Los hombres y las hambres. Los siglos y las siglas...
galopan y galopan sobre el milagro de este obscuro
caballo líquido florecido, cazador de angustias...



Las altas islas. Las camas diáfanas. Azar. Arcantos.
Los iracundos mundos del beso. El baile nuevo
con esqueletos que se encendieron y consumieron
hace ya miles miles de siglos. Huele a lactancia...
que vienen...van...Van a la nada.
En la cueva profunda de las olas...
Dinámica jugando a los enigmas.
Pájaro inclinado hacia la roja azúcar de las grescas.
¡Las entrañas de Prometeo, tan dulces! Por eso los buitres
que vuelan desde submundo para curarlas pujan sus miedos
inmolándose en el albergue de la caducidad eterna.




¡Al mar! ¡Al mar! Buscamos la abstracción en sus leones.
¡Acontecer! ¡Acontecer! Interrogantes invisibles.
Deleite en nitilantes laberintos torbellinos...
index de las metas. En el girar eterno, efímeros...¡huir!
Huir en este volcán radiante. En este vientre del mar.
Hacia una robusta soledad florecida. Enamorados de la belleza;
con sus viejas túnicas sucias y ensangrentadas,
embarradas con el humo de todos los cadalsos,
muertos presentes y futuros,
fabricados con las barbas rojas de logos horizontes...


Pedro Godoy (Bolívar, 1899 - Mar del Plata, 1986).



Especial para Aromito. Introducción, trascripción del poema y selección de notas por Carlos Kuraiem.

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