viernes, 16 de junio de 2017

Raúl Scalabrini Ortiz, Un hombre distinto



El río del borde doblaba los juncos y mis ojos
cuando este consuelo de palabras se anunció:

Y el agua iba
Y el agua va
Y el agua irá

En su fugacidad cobijo
Mi salvación de olvido

Sin ser el mismo
Y sin dejar de serlo

Como el agua fui
Como el agua voy
Como el agua iré



Sentado frente a su café
era en la noche un hombre distinto.

Un gran silencio se consume
en palabras sin sangre que se aplauden.

Una luz muy neta se disipa
en los ciegos ojos del mirar del día.

Una quietud muy honra se perturba
en el frenético latir de la ambición.

Un ceñido cariño se disuelve
en el perverso amor que te consuela.

Centrado en sombras, el ya sin nada
su vida fermenta en la reserva.

Mosto nuevo de un placer por nadie conocido,
un exceso de vida lo sofoca.

El perdido silencio lo sostiene.
La humildad de la tierra lo  solivia.

Hombre semilla, de la ventura germen,
en el rostro de otros tiene un rostro.



     “Estas devociones brotaron en el transcurso de los últimos veinte años de mi vida, de 1926 a 1946, con el ritmo espontáneo y vitalmente ineludible con que combo el pecho para respirar.
     Constituyen una testificación fundamental de mi fe en los hombres de mi tierra, y son un aporte al desbrozamiento de las falsas perspectivas que enmarañan su destino histórico. (…)” RSO
En: Tierra sin nada, tierra de profetas. Devociones para el hombre argentino (1926-1946), Editorial Lancelot, 2009.

Raúl Scalabrini Ortiz (Ciudad de Corrientes, 14 de febrero de 1898 - Buenos Aires, 30 de mayo de 1959). Foto: Jmp

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