lunes, 3 de noviembre de 2014

Raúl González Tuñón, Una manera de ser argentino



EPITAFIO PARA LA TUMBA DEL POETA DESCONOCIDO

Fue un poeta de su vida y de la vida.
Porque además del diálogo del hombre con su época
la poesía es un estado de ánimo,
fue siempre el suyo un vago amar
y sentir y esperar no se sabe qué cosas:
y no pudo escribir ni un solo verso.
La muerte, la inquirida "Tía de las Muchachas",
se lo llevó una tarde de azul desprevenido.
Murió de inanición, como Meg Merrillies,
la que en vez de cenar contemplaba
fijamente la luna sobre el bosque.

Tanta es su soledad que el olvido se toca



HÖLDERLIN

Preguntaba adónde se fueron
el sueño y las islas fragantes.
Un día la niebla pobló su mirada
y él entonces vio, pero fue después
cuando supo que el hombre vale más.



EDGAR POE

Peter Brueghel, Iernimus Bosch, y Patinir,
Goya y Petrus Borel lo hubieran comprendido
(¿Quién dijo, del delirio de la razón,
que engendra monstruos?)
La sociedad de los Rotarios,
los linchadores de negros y de rosas,
los verdugos de niños y de sueños
le daban asco y él bebía  
(¿para olvidar?) cuando aún no existían
las letras de los tangos tristes.



BAUDELAIRE

Fue profeta: vislumbraba el siglo
en que la acción fuera “hermana del sueño”
y reinventó la poesía; una manera
de recordar que el poeta es un hombre
al que a veces agobian la incomprensión, el barro,
el alquiler, la luna.
Pero él fue poeta, inmenso como un río.
Un río puro impuro
que arrastró légamo y estrellas.



WALT WHITMAN

Aquí yace el buen viejo Walt.
El gran amante de la tierra.
¡No hagan caso!
Fue una fanfarronada más
del hijo inmortal de Manhattan.



EDGAR LEE MASTER

Escribió un epitafio de amor para la tumba
escondida y agreste de la novia de Lincoln.
El suyo fue un lirismo profundo y generoso
como el largo horizonte, allá en Kansas.
Seres humanos, cosas, nutrieron sus poemas.
La Libertad como una corista de Spoon River
veló su sueño sin mañana.



RIMBAUD

¿…Pero por qué murió allá en Marsella
tan cerca de la luz atrevida del muelle,
la Canabière, la sopa de pescado,
las rosadas mujeres de la feria
y el viejo olor que viene de los barcos,
sin confesar dónde enterró la poesía
como a un pájaro loco, en qué baldío,
en qué lámpara pura, en qué ventana,
en qué lluvia crecida con violetas?
Donde el futuro está esperando.



DICKENS

No me busquen aquí, vivo en mis libros
como otro personaje.



HILARIO ASCASUBI

Este criollo tan fino
pudo haber sido amigo de don Segundo Sombra
plantó un sauce en la tumba de Musset.
¡Una manera de ser argentino!




Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 29 de marzo de 1905 – 14 de agosto de 1974). 
En: “Poesía reunida”, Planeta, 2011. De “Demanda contra el olvido”, 1963.
Foto: RGT, París, 1937. Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. Detalle de foto grupal.

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