lunes, 29 de septiembre de 2008

Tres poemas de Roberto Themis Speroni

número 03, septiembre de 2008

Si estoy aquí, yo le diré: - Cuidado.
Y nada más. Los árboles son piedra.
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Hoy 29 de septiembre se cumplen ochenta y seis años del nacimiento del poeta citibelense Roberto Themis Speroni (La Plata, 1922-1967), fallecido un día antes de cumplir los 45 años.
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Selección de textos: José María Pallaoro

Al fondo de mi casa, en un baldío


Al fondo de mi casa, en un baldío
que aloja madreselvas y tacuaras,
envases, desperdicios y cadáveres
de madera fungosa; en un terreno
que un día fue patrón de las legumbres,
señor de las albahacas y el tomillo;
que tuvo un verde comercial y hermoso,
viven, con un chillar de porcelana,
las ratas que conozco. Por las noches,
a la lumbre bubónica del ojo,
con sigilo mental, siempre arrastrando
el calvo fleco en tubo de sus colas,
vagan entre geranios y hojalata,
erizadas de celo y amoníaco,
salivoso de hambre el diente agudo.

No me sorprenden ya. Sobre el cianuro
viven aún, rabiosamente invictas,
chispeando como piedras cenicientas
arriba de mis cejas, a los lados
de mi probable corazón, adentro
del hipnótico rombo de mi sangre.

Mis hijos las apartan, las persiguen,
les derraman aceite, las castigan
con afiladas llamas; mis hermanos
cavan anchos zanjones, tapan bocas
y clausuran hediondas galerías.
Pero vuelven al cabo de otra noche,
invaden mi silencio, y con jadeos,
se aposentan allí, donde yo canto,
allí, donde yo estoy cantando ahora.

(de “Solo canto de hierro”, 1975)
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A un poeta


Le han caído los muertos. Le han llovido
los vagabundos y las cicatrices,
los tuétanos azules de la estrella,
el arroz de los niños, los ojales
de un chaleco infernal, las mariposas
que desovan en grietas del naranjo.
Le han gritado en el vientre, en las pupilas,
en los embudos de la sed. Le han dicho
que debe ser total, tener los dedos
adhesivos y trágicos, y el canto
dispuesto como un hijo de navaja,
como una ciega uña de berilo
para herir y dar vida a los que corren
con las heladas nubes. Cuando muera,
si estoy aquí, yo le diré: - Cuidado.
Cuidado con la hoja de aquel roble,
con aquella cicuta que te observa
y que sabe en realidad si puedes
estar de nuevo, levantar tus brazos
y estrangular, al paso de los vientos,
un dios momificado, una garganta,
un retoño de amor, un eco leve.

Si estoy aquí, yo le diré: - Cuidado.
Y nada más. Los árboles son piedra.

(publicado en el diario La Nación el 20 de octubre de 1963)

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Me alojarán en una veta fina


Me alojarán en una veta fina.
Harán conmigo una estación yacente,
y me pondrán, al lado de las manos,
un hombre de tres clavos, un antiguo
perseguido de luz.
Ciertas personas,
habitantes del uso y la costumbre,
repararán, al fin, que fui una especie
de cometa infernal, un constelado
errabundo filial, un hongo triste,
un insecto de tórax luminoso.

Ese será el comienzo. Y los cerrojos
se correrán de nuevo, como siempre.

City Bell, 21-7-1964

(de “Padre Final”, 1964)
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Imagen de cabecera: Dedicatoria de Roberto T. Speroni a sus padres, 21 de julio de 1945 en libro “Habitante único”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el recuerdo y por hacerme participar de este homenaje. Días atrás te mencioné, al lanzar la idea de la Escuela poética de City Bell; dije entonces que quienes allí viven saben qué es un caballo, qué es el aire, qué el fuego (los únicos misterios verdaderos). El siemprejoven Roberto nos observa desde un cielo con caballos. Un abrazo, Rafael

Anónimo dijo...

Amigos,merecido homenaje a un enorme poeta.
Leonardo Martínez.

Anónimo dijo...

POR SUPUESTO QUE HONRAMOS SU MEMORIA... YO OBTUVE EL PREMIO ROBERTO T. SPERONI HACE YA ALGUNOS AÑOS... GENIAL POETA QUE DOY EN MIS CLASES DE TALLER LITERARIO.
UN ABRAZO,
MARIA DEL MAR ESTRELLA

Anónimo dijo...

muchas gracias rafael por tus hermosas palabras, un fraternal abrazo desde city bel, jm