EL CANTO DE LA TINIEBLA
Luz del crepúsculo se atenúa:
Inquietos espíritus ¡sea dulce las tiniebla
Para el corazón que ya no ama!
Manantiales, manantiales hemos de escuchar,
Manantiales, manantiales que saben
Manantiales que saben que los espíritus están
Que los espíritus están escuchando…
Escucha: la luz del crepúsculo atenúa
Y para los inquietos espíritus es dulce la tiniebla:
Escucha: te ha vencido la Suerte:
Pero para los corazones ligeros otra vida está a las puertas:
No hay dulzura que pueda igualar la Muerte
Más más más
Oyes que todavía te acuna:
Oyes la dulce muchacha
Que dice al oído: Más más
Y aquí se alza y desaparece
El viento: aquí vuelve del mar
¡Y aquí sentimos jadear
El corazón que más nos amó!
Miramos: ya el paisaje
De los árboles y las aguas es nocturno
El río se va taciturno…
¡Pum! ¡mamá, ese hombre allá arriba!
En Cantos órficos y otros cantos / Campana, Saba, Ungaretti, Montale, Quasimodo / Versiones de Rodolfo Alonso / Centro Editor de América Latina, 1982 / Fotos: jmp /
Dino Campana (Marradi, Romaña, Italia, 20 de agosto de 1885 – Manicomio de Castel Pucci, internado desde 1918, San Martín La Palma, cerca de Florencia, 1 de marzo de 1932) /
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-
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