lunes, 2 de diciembre de 2019

CÉSAR BISSO El poema es culpable




Nado con las dos manos amarradas.
José Lezama Lima

LA CULPA

El poema es culpable porque vive al desamparo,
se acalambra de hambre, delira con el frío.

Es culpable porque nos quita el antifaz,
escupe las sábanas de los impostores,
orina sobre los oráculos.

Es culpable porque muda el rumbo de la noche,
se emborracha de miedo,
sustrae a la hiena la carroña de la boca,
conserva la última moneda,
anda desnudo por el inframundo.

Es culpable porque asesina un adjetivo
y reprende al verbo del delito.
Repara con su voz todo aquello que enmudece.

El poema es culpable porque no sabe ser inocente.


OTRO CAMINO

Lo que la poesía dice el poeta nunca lo sabrá.
Simulan ir por la misma senda. Pero no.
El poeta responde la pregunta de los otros.
La poesía habla para sí. Es su propio espejo.
El poeta celebra la vida cada mañana,
quiere sujetar al mundo con un puño.
La poesía va desnuda,
en ella el hoy es para siempre.
El poeta vislumbra el rumbo de la pasión,
la sangre derramada en cada batalla.
La poesía no lastima.
El poeta abre los ojos de la conciencia.
La poesía ve más allá. Gobierna la palabra.



Ya no sé si me voy o si un mundo me deja.
Amelia Biagioni


BLUES DEL AUSENTE

El poeta de ojos azules
no celebra el rito
de una nueva mañana.

Tal vez corra su velo
el braquiquito de Zavalla
y revele la ausencia.
Quizás el gorrión lo advierta,
presto a compartir con él
restos de soledad
esparcidos
junto al rubio borde del llano.

Nadie olvida partir
hacia el alma de las cosas,
abrazar sin demora lo bello.
Palabras sueltas al aire
como hojas secas,
escritas para quien no quiso
otro amanecer
y acurrucado reposa
en el fondo de una copa
vacía.

a Guillermo Ibañez


LI-PO EN DANGTU

La canoa flota
entre luciérnagas ciegas.

La noche chispea al revés
en el reflejo del vino agrio.

Tiznado de pena
el pescador abraza la luna.

Si deseo dos veces es amor.
Si amo dos veces es locura.

El poeta extraña
su canto en el fondo del río.



Nada existe sin memoria.
El guijarro más chiquito recuerda.
Christoph Janacs


UNA TUMBA EN VILLA GIARDINO

Al costado de la pequeña capilla
una tumba distrae al forastero.

Aquí yace Anselma, muerta en 1799.

¿Esclava mulata, mestiza o criolla?
¿Acaso tiene color la libertad?

En la vida no abandonó a su amo.
Para conocer el sol eligió la lluvia.


CUEVAS DE ARTA

Enciendo sin prisa la antorcha del asombro.
Bajo un cielo fragante ondulan mis andares
entre inciertos pasillos subterráneos.
Agujas de hielo punzan de arriba hacia abajo,
otras se alzan hacia la cima de lo indecible.

Quisiera mirar el otro lado de la piedra,
ver lo que habita más allá de la oscuridad.
Aislada del fuego, de la efímera sugestión,
se revela la mueca de lo esencial
en los briosos acordes del Carmina Burana.

Como un diávolo busco esfumarme
por los afilados dientes de sal.
No hay espacio ni rastro para el tiempo.
Sólo la sombra fugitiva permanece,
cerca del pasado, lejos del futuro.

La belleza no cabe en el sonido ni en la palabra.



En Andares, Ediciones Ananga Ranga, Corrientes, 2019
César Bisso (Santa Fe, Argentina, 8 de junio de 1952)
Foto: Jmp

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