martes, 22 de octubre de 2013

Aldo Oliva, no son sólo las manos

VIEJA LAVANDO ROPA

a mi madre, i.m.

No son sólo las manos
(la hoja, apenas perfilada,
del plátano, en la fronda,
sería lo mismo)
sino sus idas y venidas
¿a qué?
Camisas y bombachas,
trapos sanitarios, mierda:
¿y qué? Un pífano
podría
arrojar locamente todo
a una tierra elevada,
melódica, de unívoco
limo.
(Ah!, tropos de epifanía!).
"Pour moi, nerveux..." cundo
la destrucción; amo el perfil
evanescente del estruje
ceñido de las telas
miserable en las manos
poderosas oprimen,
exprimen, drenan la muerte.
No la vida, su límite.


La manzana, ya comida
¿paladeada?, muerta
en sangre final, consanguínea
tenacidad del gris.

El dolor
sometido en la obra.



En: “De fascinatione”, Universidad Iberoamercana, Artes de México, 1998,

Aldo Oliva (Rosario, 27 de enero de 1927 – 22de octubre de 2000).

No hay comentarios: