viernes, 8 de febrero de 2013

Graciela Falbo, recordando a Higinio Mena



ALGUIEN DIJO QUE EL TIEMPO

Recordando a Higinio Mena


Alguien dijo que el tiempo
está hecho de sonidos,
pura memoria.

El tiempo te trajo
del  exilio
muchos años después.
Golpeaste la puerta
de mi casa.
La radio encendida
anunció con un pitido el mediodía
Los chicos jugaban o volvían de la escuela,
A lo lejos escuché el sonido
de una escoba al barrer.

Entraste en mi cocina
Igual que ayer entrabas.
Volviste a apoyar en tus rodillas
la guitarra,
como si ese tiempo no hubiera pasado.
Pero ahora tus canciones
andaban por el mundo.
Las gentes las cantaban
en lenguas que yo no conocía.

Cuando hiciste vibrar las cuerdas
sentí estremecerse la madera,
El cuadrado pequeño
de mi cocina
se intensificó con tu voz,
el canto la despertó
de su dormitar doméstico
y por un momento quedó
convertida en  templo.

Reconozco un solo tiempo
El que une  pasado, presente, futuro,
sonando ahora.
De pronto el mundo
parece un lugar cifrado,
o eso que es
cuando los límites se quiebran,
se fugan las fronteras,
y todo cobra dimensión real.

Tu voz trajo 
nuestra canción joven,
convencida,
de que una sola palabra
podía cambiarlo todo.

No te quedaste hasta el atardecer,
te esperaban otros amigos.
Y yo nunca  imaginé que  esta vez
nos despedíamos para siempre

Igual, ya ves,
tu música quedó.
Quiero decir
que el milagro de esa tarde
valió la pena.

Yo también creo,
una palabra puede
cambiarlo todo,
la más trivial.

Alguien dijo que el tiempo es un sonido mudo,
un continuo
que nunca deja de sonar,
imperceptible,
como la piel del viento.



Graciela Falbo (La Plata, 1951). Poeta, narradora.
Foto: Higinio Mena. 

GRACIAS, GRACIELA, POR COMPARTIR TU POEMA: “Hola José María, ¿cómo estás? Hace un tiempo, leyendo tu página vi que tenés mencionado entre los autores a Higinio Mena. Me alegró tanto verlo (…) creo que no fue todavía reconocido como debería por estos pagos. Yo era amiga de su hermana y a él lo conocí cuando éramos adolescentes, los dos empezábamos  él con la guitarra y yo con la lapicera. Fuimos amigos mucho tiempo. Él se tuvo que ir al exilio y nos dejamos de ver. Hace un tiempo escribí un poema recordándolo a causa de una sorpresiva visita que me hizo cuando estuvo en el país unos pocos años antes de morir (…)”.

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