viernes, 3 de junio de 2011

Juan José Saer – Una brisa fresca bastante intensa



A diferencia de la primera vez, me acerqué al río en el atardecer, y de nuevo tuve la sensación de estar, no en la orilla, sino en el interior de un inmenso círculo de agua. La superficie incolora de la primera vez se había transformado en una sustancia pesada y llena de accidentes, en la que la tonalidad beige amarillenta, casi dorada, combinándose con el reflejo entre rosa y violeta del cielo, le daba a la enorme masa líquida una apariencia tornasolada, inestable, donde ningún matiz predominaba mucho tiempo. Y como, también a diferencia de la primera vez, soplaba una brisa fresca bastante intensa, el espejo inmóvil de dos meses era ahora a mi alrededor un abismo turbulento.


En “El río sin orillas”, Seix Barral, 2010.
Juan José Saer (Serodino, Santa Fe, 1937 – París, 2005).

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