viernes, 4 de mayo de 2018

Sandra Russo, Para volver a recostarme en tu costado hermoso



PENSAMIENTO

Cuando te pienso repentinamente, cuando tu imagen me asalta mientras estoy ocupada en otra cosa, siempre te pienso igual. Yo dándote la espalda, inclinada hacia tu mesa de luz, creo que encendiendo un cigarrillo, y en la radio una antigua canción pop, y vos cantándome al oído. Te pienso así, habrás quedado registrado en mí de esa manera, porque en ese momento fui feliz y me di cuenta.


CARÁCTER

No te entiendo. No te entiendo. Tendrías que repetirme infinidad de cosas a ver si las entiendo. No puedo entrar en tu cabeza y razonar a tu manera. No me explico tu persistencia en darme en cuotas tu abandono. Te busco, te rastreo, pero te escondiste y ya. Y sin embargo, de pronto, reaparece tu encanto, vuelve tu abrazo, el aire se llena de olor a intimidad. Estás tan cerca, tan cerca, que tampoco entiendo por qué te llevo tan en mí.


MI MIRADA

Le llamo mirada (¿caprichosamente?) al fruto de todos mis sentidos. No te miro solamente con los ojos. Mi lengua te degusta. Mi olfato te recorre. Mi oído te acaricia. Y tengo otros sentidos. Muchos otros. Sentidos que devienen de mi inteligencia y de mi percepción. Mi mirada, entonces, te recrea sobre todo cuando no estás. Y ella me devuelve un hombre de los que yo casi no conocí. Voy hacia tu lado sano a acurrucarme. Voy hacia tu instinto de supervivencia a socorrerme. Me gusta cuando nos reímos de estupideces y sabemos que son estupideces. Me gusta que no seamos exigente con la vida, cuando ya estás en la mía y yo en la tuya. Pero eso lo aprendo mirándote. Yo no sabía vivir así. Y todavía tambaleo, me enrosco, te hago escenas, protesto. Y todavía me alcanza tu sonrisa, cuando nos encontramos, para volver a recostarme en tu costado hermoso.


TU MIRADA

Y me ves. Veo cómo me ves. Excéntrica. Lo soy. Pero lo soy mucho más a tu lado, al lado del rey del eje, del rey de su propio centro. A veces creo que mientras yo me refugio en mi mirada, la tuya sobre mí te salva también. Te doy alguna certeza de vos mismo. Te divierte que te proponga cosas que te causan rechazo. Te halaga que sea tan explícita, casi brutal para decirte que te elijo. Tu curiosidad es insaciable, pero percibís que es casi imposible (imposible, completamente) llegar a conocerme, porque soy más que nada un pliegue, una tela plisada, que hay muchas mujeres posibles aquí, y que si te cansás de mí, al menos te llevará un tiempo. Y es cierto que soy más inteligente, pero también es cierto que sos más fuerte. Conmigo, mucho más fuerte. Tanta, tanta es la fragilidad que yace bajo la máscara de mi potencia. Tu mirada llega hasta ahí, que equivale a decir: muy hondo.


En este momento, en nuestro país, hay más de 3000 periodistas despedidos, censurados. Sandra Russo es uno de ellos. No seamos cómplices de esta inmundicia que día a día, no solo nos censura, también nos mata.

De Erótika. En Erótika / Perdonen nuestros placeres, La Página, Buenos Aires, 2008
Sandra Russo (Buenos Aires, 1959). Foto: Jmp

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quė buen descubrimiento!Textos breves que brillan de sentidos