martes, 4 de abril de 2017

Paul Éluard, Todo está destruido



TODO SE HA SALVADO

Todo está destruido yo ya veo el desastre
Una rata en el techo y un pájaro en el sótano
Los labios en los libros sin un zumbido ya
Los cuadros están colgados al revés
Recuerdos y testigos se van oscureciendo

Junto a una cuna yace un anciano un muñeco
Un niño está mascando restos de un engranaje
En pleno cementerio un muerto ha resistido

Y las frases de amor las canciones de cuna
Y los trabajos hacen un silencio que aturde
Las golondrinas de la vista se han cerrado
Un fueguito violeta deshuesó a María
Un soplo excremencial borró a Max y a Pedro

El infierno difunto se seca en campanarios
Una aureola de sombra estrangula las frentes
Un héroe se baña en sangre de asesino

La hora se condensa en la gota y la ola
Una lepra de azul come el último árbol
Llueve no llueve más el buen tiempo hace muecas
Tal vez no ha habido nunca nada sobre la tierra
Pues la muerte se muestra como un nacimiento

Todo está destruido ya veo los canteros
Donde no queda nada arados y guadañas
Atraparon manojos de nervios en sus picos

El espejo del genio grácil granuja grotesco
En su lava refleja unas ramas ridículas
¿Quién comparaba el alba con el primer deseo?
¿Quién sabía leer junto a un vientre repleto?
¿Era de piedra el hombre la mujer las cenizas?

Un seno que fue gloria soporta la caricia
De unos adoquines transitados perdidos
Y el plano de las calles se ha cubierto de polvo

Esponsales el mal buscaba compañía
La ha encontrado y es para siempre el desierto
Lo imagino me muestran que es negro sobre blanco
Nací en invierno puedo ver todo en negativo
Nací para morir todo muere conmigo

Estrellas apagadas se me figuran mías
El duelo une los muros que aislaban a los hombres
No hay nadie para hacer moraleja del cuento.


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.   .


Nada está destruido ya todo se ha salvado
Lo queremos y somos la promesa el futuro
El mañana ya reina sobre la tierra hoy

Hay unas grandes risas sobre unas grandes plazas
Son risas de color sobre plazas doradas
Las barcas de los besos van explorando el mundo
Los niños las cosechas explican la ambición
Los hombres fortifican la conciencia en las madres

Destellos de pasión enternecen los rostros
La frescura en los ojos mueve ruedas de plumas
Sueños despreocupados andan por los caminos

Y las necesidades están llenas de gracias
Las causas son solubles y el corazón sin fin
Ocupa tanto espacio que desafía estrellas
Y es como un manantial que hace eterna la carne
Un vivir majestuoso desaprueba la muerte

Yo hablo de este tiempo que hemos alcanzado
Lo queremos y nada nos hace desistir
Fuimos hacia adelante estamos adelante

Los mineros cantaron contra la injusta pena
Los forzados lanzaron sus cadenas cantando
Todos nuestros hermanos lucharon sin temores
Y brotaban capullos de leños y espinos
Y coraje y amor marchaban de la mano

Despertar oprimido acentuaba el combate
Éramos casi nada pero ya éramos todo
Como el mundo era nuestro nosotros mismos éramos

La lengua de la vida se nos iba en la boca
No teníamos oasis no teníamos abrigo
Buscando lo real fraternal sin rupturas
La concreta verdad y la virtud sensible
Desde el fondo del dolor denunciábamos el mal

Nuestros hermanos eran hambreados arrastrados
A la desesperanza la herida el matadero
Pero sobrevivía la rosa de su sangre

Sobrevivía el hombre éramos sus garantes
Los hijos de sus hijos daban luz al futuro
Y nuestros contadores destrozaban los ceros
Y nuestros campesinos calculaban la génesis
Ver era un cuerpo ardiente extendido a lo lejos

Nuestras fuerzas abajo eran ilimitadas
Y belleza y confianza no pesaban gran cosa
Pero hoy sin embargo su rocío es fecundo

Y el mañana ya reina sobre la tierra hoy
En la luz que permanece el hombre es indispensable
Y de repente el mundo es un objeto útil
Objeto voluptuoso indestructible y rey
Colmado por la vida colmado por el hombre.






De: Una lección de moral, 1949. En: Paul Éluard. Obras escogidas. Tomo 3 (1948-1952). Selección, traducción y prólogo de Marcelo Ravoni. Editorial Platina, 1962.

Paul Éluard (Francia, 14 de diciembre de 1895 – 18 de noviembre de 1952), pseudónimo de Eugène Grindel. Foto: Jmp. 

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