miércoles, 9 de enero de 2013

Alberto Szpunberg, ésta es la historia



Y ÉSTA ES LA HISTORIA...


Y ésta es la historia: una charla de café que reduce
   las distancias a puntos de vista y confusos mapas,
   teléfonos, direcciones de hoteles baratos que algunas
   noches huelen a casa, muelles recorridos muchas
   veces de una punta a la otra, como quien repasa
   los detalles de una despedida acordada hace años,
   junto a otras aguas, entonces más inquietas pero
   igualmente salpicadas de brillos fugaces, historias de
   cajones de madera, peces muertos. 

-¿Por aquí avanzaba esa muchacha con los cabellos
   húmedos en la mañana y era el único y luminoso
   milagro de la noche? 

-Sí, y fíjese usted, con un cuenco de agua para el
   sediento y caderas en pleamar. 

-¿Y era el mar esa mancha azul en el mapa que, aun
   ajado, poco a poco se desplegaba entre gaviotas,
   hornallas que ardían hasta la madrugada, sábanas
   humedecidas y labios entreabiertos? 

-Sí, el mismo, como danzas alrededor de ese destello,
   en realidad, barcos bamboleantes, inesperadas
   travesías, gigantescas medusas, animales fantásticos,
   bosques submarinos, cordilleras sumergidas, siempre
   hacia el otro lado, yendo y viniendo, yendo y viniendo,
   hacia el otro lado de su cuerpo, donde la noche
   vuelve a ser vértigo y caída. 



De: “Luces que a lo lejos”, 1993. 
Ediciones Colihue, 2008 (edición conjunta con “Apuntes”).
Alberto Szpunberg, Buenos Aires, 1940.
Foto: AS, archivo de la talita dorada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran poeta, gran persona, gran poema. ¡Gracias! Jorge Ariel M.