lunes, 23 de junio de 2008

LIBROS: PERE BESSÓ y El Quadern de Malta

Un gran friso barroco donde se mezclan todos los tiempos

Por Guillermo Pilía

Edición Bilingüe: Castellano – Catalán
Libros de Alejandría


Resulta innecesario enfatizar el desconocimiento que existe en nuestro país sobre la poesía española contemporánea, que llega incluso a generaciones históricas, como la del 50 o los “novísimos”. Por qué nuestros intelectuales y poetas —primerísimos lectores de poesía— son poco proclives a sus pares peninsulares, es tema que nos excede. Lo mencionamos para remarcar cuánto más rara es la lectura de poesía catalana contemporánea, especialmente de aquella escrita en catalán. Ahora que se ha editado El quadern de Malta de Pere Bessó en versión bilingüe, convendría mencionar las peripecias sufridas por esa lengua hasta llegar a los poetas contemporáneos.
En tiempos remotos, el catalán fue la lengua de los trovadores. Pero recién en el siglo XIX se dio “la Renaixença” y Barcelona se convirtió en un centro de irradiación del romanticismo. Los nombres de Joaquín Rubió, Mariàn Aguilò y Tomás Villarroya nos llevan a Jacinto Verdaguer y sus continuadores: Juan Maragall, José Carner, Carles Riba y José María Segarra, todos ellos muy poco leídos entre nosotros. El franquismo relegó al catalán al status de lengua doméstica y el bilingüismo literario fue moneda corriente. Pero no deja de ser significativo que en 1970 Pere Gimferrer optara por el catalán como lengua poética, tras iniciarse como escritor en castellano.
Quizás el gran desafío de los poetas catalanes modernos —y en el fondo, de los poetas de todas las lenguas— haya sido transformar su idioma en un vehículo apto para expresar la vida actual y cotidiana. Bessó es indudablemente de los que han aceptado ese desafío y lo han transformado en bandera de lucha. Bien lo dice en “L’ofici de (la) memòria”: “Dice el imaginista William Carlos Williams / que se hace difícil recibir noticias / desde los poemas, / pero que aún así mueren todavía / los hombres miserablemente / por la falta de cuanto allí se halla”. Y a casi todos sus poemas se les podría aplicar estos versos de “El passat és el teu color natural”: “La mayoría de las cosas que me interesan / en el barrio de los Calafateadores se pueden tocar”, porque aún aquello que pertenece al pasado y la memoria, a la imaginación y el sueño, tiene en El quadern de Malta un peso, una espesura que lo hace tangible.
El libro es un gran friso barroco en el que parecen mezclarse todos los tiempos, pues así como por esa pequeña isla mediterránea pasaron todos los pueblos en todas las épocas, así también en estos poemas conviven hechos, personajes, sentimientos, sin cronologías ni agrimensuras. Como afirma Marta Miranda, Pere Bessó intenta por medio de la escritura dar cuenta de la experiencia del mundo, “el mundo real, con sus días, sus noches, lluvias, sombras, personajes sonámbulos, noctámbulos y amor y amanecer”. Aunque resulte paradójico, para ese “dar cuenta de la experiencia del mundo” el poeta tiene que detenerse en ese sitio minúsculo, como quien tiene que pararse en una laja del patio de su infancia para rever toda su vida.
El quadern de Malta tiene, desde ya, su propia geografía, pero ese lugar se nos hace ilusorio. Malta es el universo, la poesía lo dilata hasta el infinito, así como las elegías de Rilke van mucho más allá de los confines del Duino. Escribe Bessó en “La rosa enrunada”: “En esta isla de manuscrito enrabiado, / qué villorrios habrás de tocar / para poder seguir el péndulo de tu corazón, / decir aquello que nos ahoga, / pues el lenguaje brota en el cántaro / donde hay un cuarterón de pan”. No sólo villorrios, sino también vidas enteras de caballeros y de asesinos, de mujeres obsedidas de lujuria o santidad, de grandes maestres y artistas. En todos se transustancia el poeta, porque “yo no soy el sujeto del poema, / ni siquiera la anécdota despojada del poema”, así como tampoco “busco el ojo de la ventana / pues yo mismo soy el ojo de la ventana”.
Más allá de los valores presentes en El quadern de Malta de Bessó, es positivo resaltar, como decíamos al comienzo, el aporte de esta obra y de este poeta tan cercano a nosotros para un mejor conocimiento de la poesía catalana y de su universo personal. Bessó es un poeta que repite la historia de su tocayo Gimferrer, ya que comenzó publicando en castellano (Cenáculo de sombras, Imágenes) para después consagrarse al catalán. Y a propósito de Gimferrer, también Bessó resulta ser el mejor traductor al castellano de su poesía en catalán.

Guillermo Pilía (La Plata, 1958) es profesor en Letras, poeta y escritor. Ha recibido numerosos premios por sus trabajos en la Argentina y el exterior. Sus últimos libros son Herido por el agua (poesía, 2005), Días de ocio en el país de Niam (cuentos, 2006) y Vicente López y Planes y El triunfo argentino (ensayo, 2007). Es director de la Cátedra Libre de Literatura Platense “Francisco López Merino” de la Universidad Nacional de La Plata.

No hay comentarios: