lunes, 9 de agosto de 2021

CIRCE MAIA La pregunta de siempre



         IN MEMORIAM

 

Un anillo, una silla

pero sobre todo los lentes, que aparecen, de pronto

como si ya estuviera por ponérselos.

 

“¿Dónde dejé los lentes?” La pregunta de siempre

es ahora inaudible pero casi se oye

mejor dicho, está ahora en la zona intermedia

entre la realidad y el recuerdo. Más fuerte

que la sola memoria, la pregunta se pega

a los lentes y los hace oscilar

entre lo que está aquí ahora -el silencio-

y lo que estuvo el día en que los lentes

eran siempre olvidados: ¡Ah, los lentes!

¿Dónde los puse?

 

 

         BREVE SOL

 

A la última hora del sol los rayos atraviesan

por el aire, eligiendo : “éste sí, éste no”

Quedan en sombra

la mayoría; los elegidos brillan

con cortezas doradas. Ascendiendo

la luz alcanza otros follajes, deja éstos

y alumbra uno lejano. Ya no hay tiempo

de llegar hasta allí.

¿Quién sabe? Vamos.

 

 

         ERA OTRA COSA

 

Ya se resbala.

Se ve muy poco,

ya casi nada.

 

Mientras, la flecha

del pensamiento

en nada acierta.

 

No acierta en nada.

Cae herida, la víctima

menos pensada.

 

 

         DIFERENCIA

 

Lo que fue,

todavía se asoma

de a ratos.

 

Lo que no fue

grita un grito

horroroso

 

con su boca

sin labios.

 

 

         LA SILLA

 

Ella quería tener una silla en el cuarto

-un cuarto muy pequeño-

por si venían visitantes.

También quería tener algunos caramelos

para invitar, por si venían niños.

Siempre debía haber flores

también, para alegrar el cuarto.

Después de alisar el doblez de la sábana

todo quedaba pronto.

 

A los que se sentaron en la silla

se los puede contar con dedos de una mano

y sobran dedos.

Sin embargo ella hablaba de variados amigos

que vendrían tal vez a visitarla

aunque vivían lejos.

También guardaba un postre o un refresco

por si alguien, de improviso, llegaba.

 

Ah, pero la silla

la silla aquella no quiere ahora emparejarse

con las otras.

Espera -y no al vacío que borró todo el cuarto-

sino algunas palabras, un saludo,

una conversación trivial,

casi la misma siempre

sobre aquellas amigas

que vendrían.

 

 

         CRUZANDO A PIE UNA ZANJA

 

Descalzándose

se puede atravesar paso a paso

muy despacio

por piedras, por arena

por el medio del agua que te ignora

y pasa velozmente.

 

¡Tanta prisa por nada!

pero allá va por arriba de aquellas

piedras chatas, saltando

por encima de otras

que resisten.

 

No va así, tan veloz, el pensamiento.

Como esos pequeños remolinos

que se veían en la superficie

gira sobre sí mismo.

 

 

         IMAGEN

 

Salió un momento al corredor

-el corredor sin nadie-

vio que el sol entraba oblicuamente

-polvo en el aire-.

 

Dio unos pasos que avanzan

y atraviesan

lo dorado, lo oblicuo

lo solitario.

 

Y todo queda atrás

una imagen

que no será de nadie.

 

 

         EL GOLPE NEGRO

 

¿Otra vez vas a hablarme de plantas?

-Pero ésta

merece que la mires.

 

Una flor tan enorme

blanca, estirada, abierta,

y en su interior -ya ves-

llena de insectos negros.

 

Y todo alrededor, también esconde

-rodeado de verdores-

el golpe negro, que se da en los bordes

o por adentro mismo

 

muy adentro.

 

 

 

En Breve sol, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 2001/ Selección y fotos: jmp

Circe Maia (Montevideo, Uruguay, 29 de junio de 1932). Vive en Tacuarembó

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