domingo, 27 de mayo de 2018

Reynaldo Uribe, El que aquí está



JUEGOS DE LA MEMORIA

I

Fui un niño feliz.
Usaba gorra, trepé a los árboles,
me bañé en todos los arroyos,
bebí el agua de los manantiales
que brotaban de Pergamino;
mis amigos eran generosos
cómplices de sueños:
fabricamos batallas, circos,
aventuras insospechadas,
viajamos en el misterio de la siesta
a confines
tan lejanos…

Después bailé,
conocí
el beso furtivo,
el valor de un abrazo
una mirada
esa mano cálida sobre el hombro
que dice
lo que no saben las palabras.

Esperaba crecer
para compartir una copa
de hombre a hombre
con mi padre,
pero se fue sin esperarme.

Estudié
para dibujar la casa
donde la gente
encontaría alivio,
y levantarla ladrillo por ladrillo
como si fuera mía:
disfrutar del sol de sus ventanas
aunque nunca lo viera;
pero
otras urgencias
delinearon
nuevos derroteros.

Amo tanto
a una mujer…



II

Ya se escapó la edad de la inocencia,
aunque no el niño.

Se fueron muchos sueños, ilusiones,
amigos,
no está mi padre,
los frutos del amor
engendrarán otros frutos.

Hoy me asusta
lo que no saben las palabras.

Y aquí estoy, desnudo en la fiesta
ante una puerta
que no sé si se abre
para que entre
o me vaya,
me cubra con la gorra
o las palabras,
o desvista lo que queda
de mi pobre corazón.


EPITAFIO PARA MI TUMBA

Aquí
duerme alguien
que tuvo la fortuna
de jugar con la muerte.
Un porfiado
que no perdió
ni ganó;
simplemente
amó la vida
y se fue con Ella,
vieja amiga
que lo llevó de la mano
a recorrer tiempos
que le hubiera gustado vivir.

El que aquí está
dejó cuatro árboles en pie
para su orgullo y vanidad;
cuatro puntos cardinales
que marcaron el rumbo
a futuros caminantes.

Aquí descansa
quien tuvo la suerte
de conocer
a la mujer de sus sueños.

No se acuerden de él.
No lo traigan a la memoria.
Está feliz
entre los árboles y arroyos,
bebiendo en manantiales
de la tierra
de sus afectos.


EPITAFIO PARA EL PODER POLÍTICO

“Aquí descansa
el que hubiera
querido ser,
pero le faltó coraje;
el que al final
otro fue por él”.


EPITAFIO PARA EL PRÓXIMO PODER POLÍTICO

“Supe encontrar
el silencio
entre tanta libertad
que me acobarda”. 




 
“Gracias a la poesía” (como me dedicó en uno de sus libros), conocí al Vasco, junto a su compañera, en Mar del Plata, en un encuentro de poetas. Compartimos “figuritas” (nuestras revistas y libros), hablamos de poesía y política. Luego, la alegría de recibir por correo su revista Juglaria y nuevos libros. Pasaron los años y nos reencontramos, y otra vez, la charla interminable, la poesía y la política, el sueño de un mundo más bello y habitable para todos.
En Juegos de la memoria, Ediciones Juglaría, 2005. Foto: Jmp
Reynaldo Uribe (Pergamino, provincia de Buenos Aires, 27 de mayo de 1951 – Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, 12 de enero de 2014).

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