martes, 10 de octubre de 2017

José Emilio Pacheco, El que piensa por todos prohibió pensar


LOS DESAIRADOS

Los desairados bajo el amor,
los que nadie quiere
por su gordura, rabia acumulada
o por su escualidez rencorosa;
los siempre desdeñados por feos o tontos o viejos,
llega un día en que se arman de valor,
gastan lo que no tienen en comprarse una Uzi
y antes de despedirse con un tiro en la sien,

ametrallan al mundo entero.


NUEVO ORDEN

Lo acumulado se rebela en caos,
secuestro bajo la muchedumbre ingobernable
de papeles y objetos.

No hay que rendirse al pasado
sino echar por la borda el lastre.

Lo que fue hecho para frenar el instante
se transforma en cadáver de aquel instante.

Vivir ligeros, sin souvenirs, sin archivos.
Lo que ha sido se ha ido.
Ya se fue.

El mañana
vendrá como quiera y sin miramientos.

Sobre todo sin miramientos.


LA DERROTA

El que piensa por todos prohibió pensar.
Su palabra es la única palabra.
Él dice todo sobre todas las cosas.

Sólo existe algo que él no puede prohibir:
los sueños.

Noche tras noche
la gente sueña en acabar con el que piensa por todos.


De: El silencio de la luna (1985-1996). En: Tarde o temprano (Poemas, 1958-2009), Fondo de Cultura Económica, 2009.

José Emilio Pacheco (México, 30 de junio de 1939 – 26 de enero de 2014). Foto: Jmp

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