jueves, 29 de septiembre de 2016

Silvia Camerotto, Leo bajo el olor rancio del purificador


ENTREGA

El sábado llamaron para decir que el sable estaba listo
Voy a la cocina y sumerjo una cuchara en la taza de café
con la misma lentitud con la que suena
una sinfonía metálica de vainas sobre la pared de piedra
Como en un mapa antiguo
cavo y descavo grampas en la pared
Entrenamientos supinos de la conquista
Solo hace falta un auricular para sostener
la ingravidez preparada a conciencia
la frecuencia con que aceramos las armas.


DEVEGUT

No era cuestión de quedarse con los adminículos
con que se monta una casa:
elegimos la fuente más honda y una docena de cubiertos
El maelstrom donde se fríen los huevos y raspamos el fondo
Placebos para la iniquidad
Ellos gritan en el cuarto de arriba y el café
chorrea sobre los zapatos que dejaste al costado de la mesa
Yo leo bajo el olor rancio del purificador.


EL OTRO

Este es el reino de dos hornallas
platos que se confunden con el hule descolorido
y fermentos de sartenes mugrientas
Pan con hombre ¡alabado seas!
Que no nazca del agua y del espíritu un muerto asomando al vacío
La remoción concluye en el patio del primer piso donde
los vecinos escuchan la Grosse Fuge
Esto se llama perseverancia, decís, con la ventana abierta
mientras mirás a la que estudia medicina
Un pie de barro otro de hierro
altura y resistencia en los restos de una estatua
No temas, seguirá siendo el reino pulverizado
De la cama al trabajo y del trabajo, cada uno a su casa.


TEMPO

Entramos a casa para fugarnos de toda realidad
en la frecuencia infinita de una conexión inalámbrica
no nos damos cuenta
dónde se cuecen las excepciones a las antiguas certezas
Entonces prendés la luz
y hacés la única afirmación que te escuché decir en años:
Voy a comprar un reloj.


HAMBRE

No es cosa de mujeres, decís, mientras me arreglo la pollera
antes de que vuelvan
Busco vino en la heladera
El frasco de mermelada todavía huele a grasa
y la Grosse Fugue no termina nunca
La panera se llenó de migas de pan de ayer
Esta noche cocinás vos para reforzar el reino
Hacéme compañía, pedís
A mí se me fueron las ganas de comer


MÚSICA

                                                                                Why should calamity be full of words?
                                                                                Shakespeare, Richard III

Tocaste un subdominante en fuga
Mi pelo de mujer descansa sobre tu almohada:
el punto de reposo de la duración de las figuras
en tu espalda
en los artefactos del baño
en la pintura blanca del techo
Después de más de treinta años
la connivencia se convierte en gesto de triunfo
Vinimos de lo que somos
no del pollo que almorzamos esta tarde
no de las flores que enviaste
no de la utopía formal con que me sacás la ropa
sino de la alegoría de la rosa
de la aburrida música de Mozart
de la calamidad de los cuerpos.


ACELDAMA

Subimos por los ascensores
abrimos la puerta
ventilamos las sábanas
dejamos levar el pan mientras la ropa humea en una soga
Miramos fotos viejas
buscamos libros, ausencias
Soportamos una historia sin goce
y repasamos la bondad del destino:
procrastinar.
Guardamos la fruta que se pudre en la respiración de la casa
Cerramos la puerta.


Selección de poemas: Jmp. En: “La Grosse Fuge”, Ediciones del Dock, 2012.
Silvia Camerotto (Buenos Aires, 1959). Foto: SC en FB.

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