viernes, 3 de julio de 2015

Bernardo Uchitel, Verano propicio de pasto amarillo manchado


A UN AMIGO EN CARACAS

El asfalto se vuelve
gris brillante al mediodía
Me imagino que lo cruzas
en esa ciudad sin veredas
tan lejos
agitado y sudoroso en medio del tráfico
Si estuvieras aquí
estaríamos
a la sombra de la casa de altos
mirando cómo se levanta
el vaho de la ciudad



TEMOR ANCESTRAL

Cuando suceda en mí
la eclosión de los cielos
seré
como los antiguos
temeroso

En un verano propicio
de pasto amarillo manchado
mojaré los pies en el arroyo del sol

El aromo esparcirá
la sombra
donde ronda la mosca verde

El pozo más hondo llamará
cerrando su boca negra

Sin luz
como los antiguos
imploraré



SIN TÍTULO

¿Qué se hizo de mi rastro
cuando el viento caliente removió el polvo
y dónde estaba yo
cuando se levantó la parte de las colinas
y se hundió la parte de los ríos?

Con una voz me dije:
vos y tus dudas
se hundirán
en un oscuro remolino
para siempre
Un poco de sangre caliente
hundida en las aguas turbulentas
No podrás ver
las altas barrancas
desde donde hombres y mujeres
miran pensativos
el ancho río

Y toda esa agua desembocando
hacia Buenos Aires
y en Zárate el Ferry Boat
y el agua aceitosa anunciando
los picos altos de las fábricas
Me senté en la orilla a mirar
cómo pasa el Ferry Boat
blanco y largo sobre las aguas turbias

Y a mis espaldas
la otra voz decía:
Canta, canta calandria mía
la hilera de los durazneros
está rodeada de escombros
y bajo el sol del verano
en los pajonales
—frágiles y secos cantores—
la furia de los caranchos
ronda las vacas muertas
Canta, canta Calandria mía

Y de nuevo
la tierra
levantándose
en polvo.



En “Poesía y Poética” (revista de poesía y teoría poética editada por la Secretaria de Asuntos Culturales de la Universidad Nacional del Litoral. Director: Hugo Gola), número 1, marzo de 1988.
Bernardo Uchitel (Entre Ríos, 1942).

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