viernes, 27 de diciembre de 2013

Luis Alberto Spinetta, toma tus terráqueas y ásperas sogas
















DESACELERACIÓN


I

Toma tus terráqueas y ásperas sogas
y despréndete humildemente de tu trono.

Los arbustos que temblaban en la colina
se han cansado de palmotear.
Es insólita tu alma.
Tantas cosas de pie
elegidas de entre millones,
saturadas por vivir aquí.

Tantos cometas inconmensurables
surcados de cielo (cielo, donde tú habitas).

Y los hombres, tú y yo,
un conjunto en lo absurdo.
En lo que el sentimiento de una magia
se une a la forma
alejada de toda indigencia sin vida,
comenzada a ser hacia el futuro.
Futuro que tarda en abrir sus ojos
que tarda en ansiar su trópico
que nos da de comer hasta la muerte.


II

Pero la atrofiada mandíbula...
Estamos atrofiados por demás.
Aun si no tuviéramos bocas
estaríamos comiendo carne apenas con los párpados.


III

Por la orilla secreta
ovillan las sentencias
rebalsa la magia
ruedan las calles.


IV

Lo importante es que escriba cómodamente:
"Repite con la persona que amas
que eres responsable del destino".
Brama en la penumbra de tus días.
Consigue exhalar la muerte, deslizándote,
Derroca al líder de tu maldad y ahórcalo.


V

Cántate una canción reivindicatoria
mata al hijo de los dioses
conecta tu máquina del tiempo.


VI

¿Consigue aquel disfraz parodiarte más que tú mismo,
en tu carcomida vislumbre?
¿Ves nacer algo o crees que sólo hay muerte?
¡Vamos!
Rodéate de tus espejos
y cuando entumecido,
cuando despreciado por tanto abuso
      y tan descarada mentira,
intentes absolverte con una ráfaga de emoción,
verás que tu corazón se pudre
irremediablemente seleccionado para caer.
Entretanto se enceguecerá la imagen de tu alrededor
quemado ya por la última farsa.


VII

Así comenzó tu propia maldición,
En tantos años de vigilia,
a través de una locura de largo tiempo,
a la que escondiste vanamente
entre tus mártires.

Y tu cara comenzó a rasparse
contra la calavera,
tiñéndose de la humedad típica de la muerte.
Y manos desconocidas
cavaron una desolada porción de tu tumba
para ser completada con unas tristes violetas.


VIII

Pensé
que habías salido de viaje
acompañado de tu sombra,
silbando,
hablando con el ti mismo.
Por atrás de una llovizna.


En: “Guitarra negra”, Ediciones Tres Tiempos, Buenos Aires, 1978. 
Poema Parte Cuarta.
Luis Alberto Spinetta (Buenos Aires, 23 de enero de 1950 – 8 de febrero de 2012).

Músico, poeta, artista, luz.

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