sábado, 2 de noviembre de 2013

Laurie Anderson, a nuestros vecinos

A NUESTROS VECINOS:

¡Qué hermoso otoño! Todo es resplandeciente y dorado, y hay una luz increíble y suave. El agua nos rodea.

Lou y yo pasamos mucho tiempo en este lugar en los últimos años y, aunque somos gente de ciudad, éste es nuestro hogar espiritual.

La semana pasada le prometí que lo iba a sacar del hospital y que vendríamos a casa, en Springs. Y así lo hicimos.

Lou era maestro de tai chi y pasó sus últimos días aquí, feliz, deslumbrado por la hermosura y la fuerza y la suavidad de la naturaleza. Murió en la mañana del domingo, mirando los árboles, haciendo la famosa forma 21 del tai chi, sólo sus manos de músico moviéndose en el aire.

Lou fue un príncipe y un guerrero; sé que, al escuchar sus canciones sobre el dolor y la belleza en el mundo, muchas personas se sentirán plenas de esa increíble alegría que sintió por la vida. Que esa belleza nos llegue, y nos atraviese siempre.

Laurie Anderson

Su amante esposa y amiga eterna.


En Página/12, 2/11/2013. Texto publicado en el periódico East Hampton Star de Springs, localidad en las afueras de Nueva York.

Foto: Stephanie Berger para laurieanderson.com.

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