miércoles, 15 de diciembre de 2021

ANTONIO MORO Hablando con el pasado el camino de hoy



IMPOSIBLE VIVIR SIN UN CUERPO

A

Las uvas del olvido
Esa carne que no pudo nombrar
El hijo que no tuvo
Que dejó en la orilla
Con su mano demorada
Buscando palabras desconocidas
Trajinadas con misterio por el poema
Reveladas en la niebla de su nombre
En años de vértigo y azar

Son las huellas de su aire
Que el espejo no refleja

Su ausencia
Es él 
Su otro
No un enigma
O el misterio de un dios
Acompañante de la incertidumbre


B

No abrigó la concepción 
Ni la iniciación de la familia
Tampoco el dolor de no recibirlas

Se quedó bajo la constelación sombría

Herido en aquel mismo sitio de su niñez
No pudo leer sino confusión
Desasido de la ternura familiar
Aislado en la soledad temprana

Miraba la baraja de sortilegios y pesadillas
Cartas que leía aventurado en la oscuridad
Con su cuerpo apostando experiencias
Visitado por lámparas de muertos
El más allá insoportable de sus pérdidas


C

Razonaba con vanidad sus condiciones
No muy dispuesto a trocar su piel
Aquella temprana intuición de que elegimos
Sin saber que elegimos lo que ya somos
Aunque busquemos mudar con beneficio

Allí quiso levantar un templo 
Hablando con el pasado el camino de hoy


D

Imaginó un eje silencioso sin posesiones 

Ya cuestionaba el deseo como artífice de la penuria
Ya discutía su deseo porque excedía la noche
O discurría por la aventura sin apropiarse de un sino

Soñaba con una estatura humana libre de resquicios


E

Poco supo hasta saber la consistencia de darse cuenta
Entonces su patrimonio estaba arruinado abismado

Revisaba el empleo de sus palabras 
Aunque perdía sus hallazgos antes de reunirlos

Sintió que era su memoria tramando una vestidura

Atravesado por la soledad de cielo y tierra
Poblado por la mendicidad de su fracaso 
Del conocimiento de perderlo todo
Incluso la paciencia de escuchar su raíz


F

Supo de ojos azorados ante el destino
De padres madres hijos huérfanos
Concibiendo jugar a la existencia
Con el cuerpo deshecho en el agua
Que lava la piedra de esta vida

Pero no olvida las semillas escurridas


G

Si las manos fueron las mismas o parecieron
Nada hubo en ellas sino la visión de un fuego
Irguiéndose con la promesa de un cambio

Así como asistía al amor espontáneo
Resistía al mandato de progenie porque sí
Tomando del aire una bocanada más
Confiado al devenir de otra primavera
A la recurrencia de una semilla más otra más
Que brotaría con renovada ternura

Y hubo un jardín que floreció sí

Con páginas de horas inusuales
Un conocimiento signado por los dones
El sentimiento de un destino singular
La soledad de quien acepta lo que ve


H

El acontecimiento del poema 

Paisaje de radiaciones símbolos sucesos
El lazo del sentido que reconoce un ritmo
Las propiedades de la escritura un motivo

Una presencia hilvanando sus acciones
Una ausencia la posibilidad de la pregunta

Lo que no quiso decir fue su espera
Lo que no pudo decir su límite

El poema corolario de relaciones o sueños
Inundando la escena de contemplación
Donde creció la incertidumbre el desasosiego
Donde se reunió con las voces del mundo
Donde no crecía ella ni él


En Huso del olvido, El Espejo Ediciones, Córdoba, septiembre de 2021 
Antonio Moro nació a la vera del Río Suquia, Córdoba, en 1955 / Poeta, actor y librero / Selección y Fotos: jmp, City Bell, 29 de noviembre de 2021 / Acerca de Huso del olvido por Julián Axat 

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