lunes, 7 de noviembre de 2016

Antonio Moro, El testigo que solo habla


II

     ¿Será un mirlo
dando voces al sortilegio nocturno?
¿o ancianos carolinos están silbando la noche?

¡Cuánto aliento abanica un árbol!

La muerte no es muerte
                                  sino mudanza
y el silencio del mirlo muda conmigo.

¿Compartirá con un extraño
que cruje el ripio del camino?

Contemplo el valle de este nuevo mundo
con la fugacidad de mi cuerpo.

¿Es la madera quien pregunta?
¿Anunciará el mirlo nuestro despertar?

     No hay cazadores esta noche,
déjate fluir a ciegas,
       en el impulso entrega como el justo
lo que él posee sin saberlo,

                              una ausencia de soberbia
y la pródiga humildad del paciente
que nunca abandona,
                                       mas deja
al mundo crecer en su nido,
donde la galaxia barre con estrellas
no tan fugaces como el pensamiento
esforzado en interpretar la existencia
de un pájaro que llama, canta,
anticipa los fuegos que viajan
en el árbol de la noche
escribiendo la muda carne
del testigo que solo habla.




9.10.16 “(...) celebrando ya sea el café o la charla apasionada, con el cariño flotando, con nuestras palabras y compromiso cotidiano… Antonio”.
En: Otra sombra en el árbol, Ediciones Letras y Bibliotecas Córdoba, 2013.
Antonio Moro (Córdoba, 1955). Foto: Tapa de libro y jmp, City Bell, 11/16.

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