domingo, 28 de junio de 2009

Paul Éluard: El rostro de la paz (1951)


I
Conozco todos los sitios donde habita la paloma
Y el más natural de todos es la cabeza del hombre.

II
El amor de la justicia y de la libertad
Ha producido un fruto maravilloso
Un fruto que no se echa a perder
Tiene el sabor de la felicidad.

III
Que la tierra produzca que la tierra florezca
Que la sangre y la carne vivas
Nunca sean sacrificadas.

IV
Que el rostro humano conozca
La utilidad de la belleza
Bajo el ala de la reflexión.

V
Para todos pan para todos rosas
Todos hemos prestado juramento
Y marchamos con paso de gigante
No es tan largo el camino que nos lleva.

VI
Dejaremos el reposo dejaremos el sueño
Atraparemos albas primaveras
Prepararemos días y estaciones
A la medida de nuestros sueños.

VII
La blanca iluminación
De creer todo el bien posible.

VIII
El hombre en busca de la paz se corona de esperanza.

IX
El hombre en busca de la paz siempre tiene una sonrisa
Después de todos los combates para aquel que se la pide.

X
Fuego fértil de semillas de manos y palabras
Fuego de fiesta se enciende y abriga los corazones.

XI
Vencer se apoya en la fraternidad.

XII
Crecer es sin límites.

XIII
Todos serán vencedores.

XIV
La cordura cuelga del cielo raso.
Y su mirada cae de frente como una lámpara de cristal.

XV
Lentamente la luz desciende hacia la tierra
De la frente más vieja pasa a la sonrisa
De los niños libres ya del miedo a las cadenas.

XVI
Y tanto tiempo el hombre le daba miedo al hombre
Daba miedo a los pájaros que había en su cabeza.

XVII
Después de haber lavado con luz de sol su cara
El hombre tiene que vivir
Tiene que hacer vivir y se une de amor
Se une al porvenir.

XVIII
Mi dicha es nuestra dicha
Mi sol es nuestro sol
Nos repartimos la vida
El espacio y el tiempo son de todos.

XIX
El amor trabaja es infatigable.

XX
Era mil novecientos diecisiete
Y guardamos la comprensión
De nuestra liberación.

XXI
Hemos inventado al otro
Como el otro nos ha inventado
Nos necesitábamos los dos.

XXII
Como el volar de un pájaro se confía en sus alas
Sabemos dónde va nuestra mano tendida
Va hacia nuestro hermano.

XXIII
Vamos a colmar la inocencia
Con la fuerza que nos faltó
Durante tanto tiempo
Ya no estaremos nunca solos.

XXIV
Nuestras canciones llaman a la paz
Nuestras respuestas son actos por la paz.

XXV
No es el naufragio lo fatal
Es nuestro deseo y lo inevitable es la paz.

XXVI
La arquitectura de la paz
Reposa sobre el mundo entero.

XXVII
Abre tus alas rostro hermoso
Impone al mundo la cordura pues nos volvemos ya reales.

XXVIII
Nos volvemos reales juntos por el esfuerzo
Por nuestra voluntad de disolver las sombras
En el brillante curso de una nueva claridad.

XXIX
La fuerza se hará más suave cada vez
Respiraremos mejor y cantaremos más alto.



Paul Éluard (14 de diciembre de 1895 - 18 de noviembre de 1952), pseudónimo de Eugène Grindel.
Paul Éluard. Obras escogidas. Tomo 3 (1948-1952). Selección, traducción y prólogo de Marcelo Ravoni. Editorial Platina, 1962.
Litografía de Pablo Picasso de “El rostro de la paz”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hERMOSO TEXTO DE eLUARD
Y UNA MUY BUENA COLABORACIÓN CON pICASSO.
mUY BUENO aROMITO.
iNE

silvia loustau dijo...

Eluard, uno de mis favoritos, creo que esta publicación e tres tomos, la compre en La Plata, en el 70, en la libreria que unos españoles tenían en una de la s galerias...que de recuerdos...
Silvia Loustau

José María Pallaoro dijo...

Gracias, Silvia. Hermoso Eluard. Tal vez la librería haya sido El Búho, la de Mario Porro que estuvo en varias galerías y en el Pasaje Rodrigo. Sí, son 3 volumenes imperdibles que por suerte me acompañan desde la adolescencia.