miércoles, 14 de julio de 2010

Ricardo Daniel Piña – A veces siento que las letras hacen ruidos en el movimiento de las palabras


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A VECES SIENTO QUE LAS LETRAS HACEN RUIDOS EN EL MOVIMIENTO DE LAS PALABRAS.

“(...) vinieron las sílabas, que saben
mucho más que la música, más,
mucho más que el parto.”


Mi cuerpo tendría que ser distinto del vidrio
y conservar su molécula y su fatiga.
Las personas no deberían dejarse morir por la sola idea
de amor conyugal, patria o dios.
( ¿Alguien tiene el teléfono de esa casa?).
Si florecer es darle paso a la lengua tempestuosa de la savia,
¿algo de esto no habrá sido del silencio extasiado de Cristo?

Discutir acerca de por qué los ángeles perdieron sus brazos,
o si el rostro del humo es un símbolo o una pregunta,
o si la arena de la playa es una ruina o un perfume del sol,

¿entonces para qué llorar ensimismado en la propia conciencia?
¿Y esperar que salgan de los laberintos cotidianos
los monstruos del equilibrio?
Los muertos se están robando el vacío tristísimo de la apariencia.
Permanecen ingrávidos entre los filos de cuchillos en las noches.
Siguen envejeciendo en el movimiento circular de los pensamientos.
A veces siento a las palabras como alumbramientos.
Y otras como convulsiones del infierno.
Son inventos para ilusionar la semilla de mi saliva y de mi semen.
Gozaré de las letras, hondamente en este mundo,
y salvaré la última belleza cuando decida salirme de él.
¿Pero quién elegirá mover de lugar todo lo efímero?
Lo perecedero?

epígrafe de gonzalo rojas de “las sílabas”
para mi amigo juan desiderio


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ESPERANZA DE ESCUALO.
LA SANGRE
O EL PLACER.


Ahora soy un pez
con su boca hundida en el frío metal del anzuelo.

Me desentendí de la presa en la carnada.
Quise habitar un país con lo que llevo en la razón individual
y algún sueño en el corazón.
Con el encanto de esa mujer
como un escualo litigante en los territorios del deseo.
Esperaré para ver mi sangre brotando, de un momento a otro,
entre las dentelladas amorosas y calientes y atroces de esa muchacha que desliza su figura veloz por entre las esponjas
insatisfechas
y ateridas al reel de mis sueños.

Espero ver sus ojos tan cerca como para temerle a su boca
ensangrentada y susurrando frente a la mía
en la hemorragia del océano de las urgencias.
No será un tiburón que suma asesinatos porque lo llama el instinto
cambiando sol y mar por sangre y músculos.

Quiero ser blanco de su apetito
y su vértigo sexual.
Quiero su boca, sus brazos y sus piernas.

Hoy, quiero el filo
de su silencio
cayendo
por la profundidad azul de los días.

a daniel durand (entre ríos - 1964)


En “Los sufrimientos de actualidad y otros poemas” (2002), Eloísa Cartonera de Formosa, Ñasaindy, 2009 (hay una edición anterior en el sello Testa Di Campello, 2007).
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Ricardo Daniel Piña nació en Buenos Aires el 22 de agosto de 1962. Poeta y escritor.
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Foto: Archivo FB
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