martes, 14 de junio de 2022

PASCAL QUIGNARD El que escribe busca la iluminación



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     Todo sueño es imposible: pero los sueños que son posibles no existen. Es su sorpresa la que paraliza el rostro y lo levanta. El sueño es el que persiste en soñar bajo el lenguaje, debajo del lenguaje, desdeñando el sucedáneo. Un libro que abriese la puerta sobre la realidad nunca vista en una lengua que fuera una sorpresa, que se agarrase de pronto a la garganta hasta el punto de  hacer daño, o bien que fuese de pronto tan suave o tan suntuosa o tan digresiva que ganase por la mano al espíritu en el goce inopinado. Todo goce es aquello que agarra desprevenido. Lo que se espera de un escritor no sólo es desconocido para quien lo redacta, sino que es desconocido para quien redacta, tan es así que algo que no es nunca un objeto no podría ser nunca un proyecto. Todo aquel que escribe se zambulle en la palabra ausente para encontrar algo que el lenguaje ignora, que no es ni bueno ni bello, que aterroriza al lenguaje y apasiona a los días, que ataca por atacar, que nace, que no está en lo que está, que desova, que desova y espanta, que molesta a los muertos que están en los infiernos, que rompe con el orden que existe antes que él, que rompe con los vivos que con él coexisten, que vive por vivir.

     Rompe con lo que es; le gusta romper; le gusta odiar lo visible. Se consagra apasionadamente a lo que todos los demás ignoran de él. Se consagra a la cosa que no nunca es un objeto, al libro abierto como la boca abierta sobre la palabra que se extingue y que está a punto de recobrar, que va a resucitar más viva que si la hubiera sabido. 

     Como los marineros de Ulises, cuando el viento está en calma, rema. Todo pasa. “Linguae cessabunt. Scienti destruetur.” (¿Las lenguas? Se callarán. ¿La ciencia? Desaparecerá.) Es repatriar una y otra vez el mundo al antemundo, revivifica la vida, reiluminar el sol. El que escribe busca la iluminación.

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En El nombre en la punta de la lengua, Editorial Debate, Madrid, España, 1994 / Versión de Fabián Chueca / Capítulo “Breve tratado sobre Medusa” / 
Pascal Quignard (Verneuil-sur-Avre, Francia, 23 de abril de 1948) / Fotos: jmp 

Los textos forman parte de estudio en ejercicios de taller.-

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