PISCINA
Ya sé que una piscina
jamás tendrá los versos de la arena del mar,
ni del sauce de un río
ni del lago y sus aguas que se duermen.
Pero la luna llena
ha bajado esta noche a refrescarse,
y mi piscina ha sido
el mar de las Antillas,
el Duero de los lánguidos amantes,
el lecho de la espada Escalibur.
Estaba tan hermosa que mis ojos
alzaron en la sombra
un canto humilde a sus orillas.
Ya sé que una piscina
jamás tendrá los versos de la arena del mar,
ni del sauce de un río
ni del lago y sus aguas que se duermen.
Pero la luna llena
ha bajado esta noche a refrescarse,
y mi piscina ha sido
el mar de las Antillas,
el Duero de los lánguidos amantes,
el lecho de la espada Escalibur.
Estaba tan hermosa que mis ojos
alzaron en la sombra
un canto humilde a sus orillas.
En:
revista de poesía de las cuatro estaciones “El espiniyo”, número 01, otoño de
2005. Director: José María Pallaoro.
Enrique
Gracia Trinidad (Madrid, España, 1950).
Imagen: Tapa El
espiniyo 01.
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