sábado, 20 de diciembre de 2008

Poesía y Malvinas: Poemas de Caso Rosendi, Coto, Villanueva, Raninqueo


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Gustavo Caso Rosendi

(de Soldados, inédito)


Una receta para el Gato Dumas

Primero: robarse un paquete de fideos
del cuartel “Moody Brook”
Segundo: ponerlos a hervir en el casco
con agua de una charca cercana
El secreto es el condimento
(la pintura va saltándose del acero
a medida que se recalienta)
Tercero: servir en marmita
perfectamente abollada y tiznada
Cuarto: sentado sobre una piedra
comer lentamente como si fuese
el último bocado que se vaya a saborear

...

Ese día el soldado Aguilera traía el sol
Como un ciprés harapiento
bajo la rama verde de su brazo
el soldado Aguilera traía el sol
No venía con la mirada caída de otros días no
Se recortaba triunfante en la colina
apretando al sol-rehén bajo su axila
contagiado por la luz
Se acercaba como el amanecer
agigantándose a cada paso
Ya entre nosotros lo sujetó contra el suelo
clavó su bayoneta en el ojo dorado
y rápidamente nos llenamos manos
y bocas con esa carne de cíclope
que sabía a dulce de batata

...

PASE INGLÉS

Dados tirados al sol
luego de una noche
en que la mano del destino
nos agitó por las colinas de Wireless Ridge

...

GURKAS

Mercenarios de perfil bajo
(los únicos que los vieron
ya no están)

Cuchillos fantasmales
cortando los sueños

¿Pero acaso nosotros
no veníamos del país de
las picanas sobre las panzas
embarazadas?

¿Quién le tenía que tener
miedo a quién?

...


Patricia Coto

(de Libro de Navegación, 2003)

Piloto Argentino hallado en Malvinas

Lo peor no fue el estallido
ni la pulverización de los huesos.
Lo peor fue ese segundo,
como cuando me caí de la hamaca,
cuando clavé los talones en la piedra
y luego, el pedregullo me segó las rodillas.
Siempre siento un ardor cuando hay humedad
como ahora entre la turba.
Lo peor fue tocarse el mentón
y sentirlo dormido,
como ahora que no escucho mi cuerpo.
Lo peor, el altímetro a pico
y ese ruido acompasado de la cadena de la hamaca,
que se mete entre las escotillas,
que es viento, un misil tenaz,
acaso mi pensamiento.

...

Alejandro Villanueva

(de El viento también recuerda, 1996)

Las llamas alargadas exageran sus muecas de risas de dientes
helados
juegan con las sombras
un naranja mortecino ilumina sus caras
masticamos los restos de una oveja
y los huesos son devueltos al fuego

Desconocidas muertes soplan los leños y
liberan humos en júbilo
pariendo
de sus entrañas una silueta emerge
como espuma en charcos empavonados

Rita pisa las uñas de las llamas
pisotea mi débil espíritu
lleva puesta la tanguita blanca de Villa Gesell
asoman lluvias de sus piernas doradas y un leve
ritmo a cenizas inquietas
la cabeza tirada hacia atrás tiene los ojos cerrados
con sus tetas sacude víctimas y me apunta
su pelo azul abierto
en abanico de póker de corazones estalla

Rita danza transhumeantes bandadas de amor

Las tripas de mis ojos derraman mil susurros
serenos y afligidos
todos vomitamos pedazos de oveja

Rita riega cómicas virutas rojas y la tanga cae
como moneda de plata irritada por el frío
su cuerpo de humo bulle en el delirio hecho carne
huele al carbón de un palacio en llamas

Toman a Rita de la cintura
la bajan del pedestal de fuego
llevan su figura humeante
como el trofeo de un grand-prix
escucho gritos
esa risa que ella enciende cuando está feliz

Las brasas en el fondo de las brasas dibujan cielos infieles
a la soledad le crecen mujeres
de vuelo inverso a la cigüeña

...

Martín Raninqueo

(de Poemas al Flautista, 2003)

Soldados en la trinchera

Aceitunitas del miedo tiznadas,
turbadas en una boca de tierra.
.

Partes de Guardia
Haikus (inéditos)


Percute la lluvia
el techo del pozo
(hago que leo)

.

Noche de frío
(¡que ella me sueñe
a su lado tendido!)

.

Nadie a la vista
Salvo el viento
jugando con una olla

.

Ovejas del monte
de lejos parecen
¡rebaños de nubes!

.

Dulce es el viento
si no arrastra gritos
y esparce la nieve


El estaqueado

Sobre la turba
ramita verde
muriéndose de frío

.

Sol en el monte
Cantamos el Himno
(fingimos coraje)

.

Nadie a la vista
salvo la niebla
que está borrando el Longdon

.

Luciérnagas de muerte
llegando el ocaso
Vienen del mar

.

Brusco es el viento
que empuja a un soldado
herido en el monte

.

Helada tarde
Aturde el silencio
si duda el mortero

.

Copos sobre copos
Caen gotas rojas
(una tras otra)

.

¡Brama, fusil!
Festeja con nosotros
el fin de la guerra

.

Ventisca y tristeza
Camino al Canberra
que está en alta mar

.

Tras la bruma
los niños que fuimos
nos están gritando: adiós

.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la seguidilla de poemas. El libro de Gustavo Caso Rosendi ya lo había leído en “Poesía La Plata” y está muy bien. Hermosos algunos de los haikus de Raninqueo. El bello texto de Alejandro Villanueva, es bueno aclarar, pertenece al libro “El viento también recuerda” (antología de poetas ex combatientes de Malvinas). Al Sr. Pallaoro, cuando quiera, me ofrezco (jeje) como ayudante editor del blog,
un abrazo desde las alturas de carroñas celestes (Castillo dixit).

Ah, el poema de Patricia Coto no me cierra. Tal vez (yo) sea un hdp, pero ¿no se puede pensar que ese piloto (que sí, que cayó combatiendo, etc), pudo haber sido uno de los pilotos de los vuelos de la muerte?

Anónimo dijo...

el escrito de martín es excelente. el de aprea no me resulto nada bueno, deberían esmerarse mas en las publicaciones aprea no es creíble.

Germana dijo...

me llevo los haikus de Martín... pegados en el alma... como aquellos abrojitos de la adolescencia... cuando nos tirábamos al sol... un sol que no quería saber nada con las guerras...
Gracias Indio! gracias José por acercarme a ellos!
Ger

Javier F. Noya dijo...

Muy bello blog y muy sentido el contenido de esta entrada. Un saludo muy especial a Patricia Coto, quien fuera una de las primeras personas que me enseñó a amar las letras, allá cuando tenía trece añitos y todavía no soñábamos con la pesadilla motivo de estos poemas. Saludos y volveré.