lunes, 16 de febrero de 2009

“Los eternos olvidados”, por Alberto Luis Ponzo

Hace algún tiempo decidimos con un amigo editor realizar una serie de publicaciones para recordar y difundir a los artistas olvidados. Entre ellos pensamos en los poetas, artistas plásticos, músicos y gente que había dedicado su vida a una vocación, alguna labor no redituable y considerada por muchos inútil a la sociedad. Para empezar, si nos parece de gran interés esta idea, es porque con una buena parte de la cultura se ha cometido una injusticia, se han arrojado al olvido a quienes representan la historia y la humana diversidad del mundo actual y el de otras épocas. Por otra parte, esa diversidad en un conjunto muy amplio de las obras realizadas y olvidadas, nos impide ser justos al mencionar sólo nombres que nos han interesado a nivel personal o crítico Los “eternos olvidados” son incontables, caben en una colección casi infinita. No es poca nuestra responsabilidad en una tarea que llevaría meses. Hasta se debería abrir una encuesta para que cada lector presentara otros nombres, no recordados por nosotros mismos. Da motivos para una larga reflexión el proyecto de revelar obras de poetas y otros artistas del país., poco o nada reconocidos. Es muy cruel este ocultamiento de auténticos trabajadores de la cultura, mientras las páginas de diarios y revistas se colman de noticias sobre celebridades deportivas, teatrales y cinematográficas. Si éstas responden a veces a un apoyo popular legítimo, la mayoría resulta apenas un producto de propaganda y ocasional interés público, que opone resistencia a un reconocimiento más profundo de los “eternos olvidados”. Nuestro propósito es comenzar este rescate de orden socio-cultural, con figuras de la poesía argentina, dando a conocer algunas obras, datos biográficos y proyecciones en la literatura del pasado siglo. Comencemos, pues, esta necesaria reivindicación: 


ARIEL CANZANI D. Nació en Buenos Aires el 15 de octubre de 1928. Poeta y ensayista profundo, desarrolló una vasta actividad y de difusión, destacándose los libros: “Viaje al gris”, “Tatabomba”, “El payaso del incendio”,”De Mar en Mar, de Tierra en Tierra”, “Caminador de océanos” y “Poemas del crecimiento necesario”, entre 1958 y 1974. Un año antes dio a conocer su excepcional trabajo como director de la revista “Cormorán y Delfín”, con el testimonio de “una década de desmitificación de la literatura argentina (1963-1973). Fue Oficial y luego Capitán de Ultramar de la Marina Mercante, navegando ininterrumpidamente durante más de 20 años. Fue miembro del Consejo Mundial de la Paz, entre otras organizaciones, y sus numerosos libros fueron traducidos al italiano, francés, portugués, esloveno, servio, inglés, etc. Era su consigna:”la conducta del hombre frente al mismo hombre”. Falleció el 27 de julio de 1983. 

*


LAS PALABRAS 

Imposible evadirse, evadirlas, 
pasar por ignorantes de su fuerza. 

 Ellas son el camino, la orden misteriosa 
que debe ser cumplida y ninguno discute. 

Ellas hacen su vida, 
no explican su nacimiento o su derrota. 

Son iguales a los astros: 
no dan un paso atrás 
y son las gobernantas de las pieles. 

Ellas son las palabras, 
 no las simples palabras, 
sino la esencia hablada. 

Imposible evadirse, evadirlas, 
ellas son propietarias visibles y cortantes 
de cada instante de nuestra propia vida. 

 ARIEL CANZANI D. 

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7 comentarios:

LAO dijo...

"Ellas son el camino...
Simple y concreta.Armoniosa.Clara.

Anónimo dijo...

muy bueno lo del querido ponzo recordando a canzani, en algún momento se podría hacer un dossier recordando cormorán y delfín, un abrazo,
eduardo d

Anónimo dijo...

Estimado José María:
Es un auténtico placer y un merecido tributo, el que Alberto Ponzo le hace a Ariel Canzani D.
Fue para los que no lo conocen, un marino, capitán de ultramar, poeta y cronista sin par, era un placer oírlo narrar sus historias de países y costumbres exóticas...
Para 1974-5, lo conocí como poeta invitado a los talleres literarios que la S.A.DE., con Ángela Colombo de coordinadora, se daban unas hermosas charlas sobre poesía, y él como uno de los pocos exponentes argentinos de la "poesía del mar"; nos leía sus poemas y los de otros amigos suyos, entre ellos conocí a James A. Michener y sus fabulosas "Crónicas de los Mares del Sur", él lo había frecuentado a este maravilloso narrador y poco conocido poeta (escribió muy pocos
poemas, casi son hoy día inéditos), a Hemingway, a Saint John Perce, al genial Rimbaud adolescente que él amaba, al Gauguin exiliado y a unos cuantos poetas chinos contemporáneos del que no recuerdo sus nombres.
Canzani no fue valorado, porque su poesía no transitaba por las modas de la época, no era contestatario, ni de protesta, era un poeta de cara al mar, raro y único en su tipo... Y encima argentino.
Hoy se diría de él... Un poeta menor, ¡que estupidez!
Espero se siga por la misma senda... ¡Hay tantos de ellos!
Sin ir más lejos, Enrique Wernike en narrativa y cuento, un grande de la talla de Quiroga; Jacobo Fijman, un iluminado poeta; Federico Moreyra, Federico Vogelius, genial mecenas y director de la mejor revista literaria argentina, "Crisis"...Mi homenaje al uruguayo Onetti,
a Joao Guimaraes Rosa, poeta brasileño… Uff, hay tantos y tan buenos... el paraguayo Roa Bastos, etc., etc.
La lista es larga; sin entrar en los europeos y americanos del Norte que el propio sistema (el de ellos), se afana por sepultar.
Con los argentinos solos, haríamos una biblia de la injusticia, medios y gobiernos no les conviene publicitar, siempre los mismos perros que le ladran a las lunas de la fama y de los premios...
Amén.
Marcelo Luna

Anónimo dijo...

Ariel Canzani también fue un poeta comprometido con su tiempo e hizo poesía política, social (aunque ya sabemos que el tema no hace al poema). Como muestra este ejemplo extraído de “Poesía = Compromiso” (de la antología Poemas del Círculo Vicioso, Losada, 1970) y dedicada a Santoro:

PLUSVALÍA LATINOAMERICANA

(a Roberto Jorge Santoro)

Aprendo a sumar
con sacrificio:

Dos más dos = cuatro.
Seis más seis = doce.

Diez más catorce = veinticuatro.

Horror!!!
Somos robados!

Anónimo dijo...

Queridos amigos: en esto de rescatar a poetas y escritores olvidados, lo conocí a Santoro y tengo un libro suyo. Lo rescataré de la biblioteca mía, y les contaré. Felicitándolos por la labor que realizan. -yo espero seguir también abriendo caminos para difundir la poesía.
Marta MACIAS.

Anónimo dijo...

Hola soy Verónica Llanos, estoy buscando información sobre una poeta y escritora platense de hace muchos años. Sara del Carmen Ugazzi. Tengo algunas cosas de ella (soy su sobrina nieta) y quiero hacer una especie de reconocimiento. Si alguien puede mandarme información, o establecer algún contacto con alguien que la haya conocido, le estaré agradecida. Espero su respuesta. Verónica
verulall@gmail.com

Anónimo dijo...

LA LEGIÓN DE LOS ANÓNIMOS

Ocultos.
Marginados.
Postergados.
Tan desconocidos que ni siquiera
ingresan a la agenda del olvido.
Con alguna escultura mutilada
o con un manojo de poemas
sepultado en un baúl apolillado.
Quedando en el recuerdo
de algún viejo trasnochado de tabernas
o en el eco de oscuro bulevard.
Los anónimos,
fantasmas solitarios,
errantes sin tiempo,
sin archivo que contenga sus obras incunables.
Los anónimos,
eternos habitantes del silencio.

Juan José PADULA.