.
lampiño
es el testigo mudo
del
amor ajeno, una lágrima
por
el metal que cubre
sus
ojos, el motor
de
los bebederos,
agua
arrugada
que
suda el barro
después
de años asoma
su
chorrito, guaso, su guadaña
entre
las piedras, una sonrisa
a
la intemperie
.
(canta)
esta música da sombra.
el barullo de los
muertos.
el tumulto de los
muertos en las sombras.
hay que llevar flores
ahí, a la sed de los muertos,
piden agua porque
piden su disolución.
y no siempre se puede
llenar el silencio del hueso.
yo me detengo para oír el río, la tierra
colorada, el viento
en los árboles a la
orilla, la hoja del sauce
que cae para apagar su sed...
y siento que por ese momento
tengo raíz, tengo sed,
tengo mi árbol de
ciruela, una sombra donde dormir.
.
¿Había
árboles afuera, lampiño? No, había tierra
¿Había
un pueblo?
No,
había tierra
¿Había
gente, y animales?
No,
había tierra
desierta
bíblica
En:
“Lampiño”, Siesta, 2004.
Martín
Rodríguez (Buenos Aires, 1978).
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