martes, 27 de septiembre de 2022

MARÍA BELÉN VÁZQUEZ y ANDREA MARONE en Gambito de Papel




MARÍA BELÉN VÁZQUEZ A espaldas de Dios

bajo los toldos de los primeros cielos
las primeras mujeres 
hilábamos nubes y flores. 
cantábamos y reíamos 
a espaldas de dios. 

nuestro paraíso 
estaba en la manzana,  
en el agua de la luna y en el dulce cascabel que tintineaba 
en la cola bailarina de las serpientes. 

hoy hicimos del infierno un jardín. 
hay ciertas cosas 
que ni el más creador de monstruos 
osaría controlar.


ANDREA MARONE La sal que arrastra el viento

Es de noche en la costa: 
los lunares del cielo, 
el silencio que arrulla, 
el bramido de la marea. 

Se amolda mi cuerpo: 
concavidad y movimiento infinito, 
dos máximas que las olas  
enseñan con la elegancia 
de una reina inmortal, o apenas 
mortal: la nobleza obliga a prestar 
atención al ritmo de la música 
al ritmo del trazo de esa m,arca
dibujándose en el mentón 
de tu rostro monárquico. Soñé 
con todos los sabores 
de la infancia, pude 
paladearlos mientras mordía  
el gusto de la sal que arrastra 
el viento. 


En Gambito de Papel, número 15, junio 2022 / Foto: jmp / 
María Belén Vázquez (Villa Urquiza, Buenos Aires, 1989) / 
Andrea Marone (Mendoza, 1994) / Vive en Buenos Aires /

Hace unos días me dejaron en mi buzón de City Bell unos ejemplares de la revista GAMBITO DE PAPEL (edición del 15 de junio de 2022) / Sus editores: Santiago Astrobbi Echavarri, Jerónimo Corregido y Daniel Schechtel / Muchas gracias, y lo leeré con gusto GAMBITO..., recordando siempre lo que cuesta en todos los sentidos publicar una revista literaria / Narrativa, poesía, ensayo / 

lunes, 19 de septiembre de 2022

ABELARDO CASTILLO El olor del agua



ESCALOFRÍO 

De pronto te han cambiado los ojos 

de pronto me mirabas 
desde el fondo de un íntimo misterio 

mirarte fue, de pronto, 
como entrar en un río a medianoche. 

(c. 1979)


DE ALLÁ, DEL PUEBLO DONDE 

De allá, del pueblo donde las noches son más altas 
y el viento cambia de lugar al crepúsculo 
donde el olor del agua, 
                                     de allá 
donde la muerte era una cosa lejos 
a veces, todavía 
llega y llama a mi puerta 
un nombre 
con un golpe apagado como el rumor de un ala. 

(c. 2009)


LA PALOMA 

Hoy vino la paloma. 
Yo estaba bebiendo no diré 
qué ceniza 

y de pronto llegó con reverencias de paloma. 

Era un precioso animalito gris 
con los ojos redondos y de púrpura. 

Llegó hasta mi balcón 
se despiojó 
y su cuello brillaba con realeza y en el pico 
tenía un majestuoso puñadito de nieve. 

Y yo supe que no lo olvidaría, y eso 
sencillamente 
                                es todo. 

(c. 2010)


En La fiesta secreta, Ediciones en Danza, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2022 / Gracias Lis / 
Abelardo Castillo (Buenos Aires, 27 de marzo de 1935 - 2 de mayo de 2017) / Fotos: jmp / 


José María Pallaoro lee poemas de Abelardo Castillo

 

lunes, 12 de septiembre de 2022

NIEVES VIVIANI Los muertos de esa noche




Palabras para una hermana de cualquier siglo

Si tuviésemos valor,
amabilidad tal vez,
recordaríamos la noche aquella 
en que los muertos cayeron desde el techo
atravesando el aire espeso,
la breve lumbre,
los ojos mudos,
tan certeramente,
y nosotras allí, en sillas de madera escarnecida,
tan quietitas,
haciendo encaje vos y yo leyendo a Marina, como siempre;
como si las horas, el río, la lluvia
se hubieran detenido bruscamente
y los huesos dolieran como el alma,
y de pronto supiéramos
que nadie nunca comprende a nadie
-menos aún nosotras a nosotras mismas-
y mil años o mil mundos nos hubieran separado,
pero albricias,
allí los muertos envolventes, rezumantes;
deslizándose desde las antiguas maderas
del más antiguo techo de la zona,
para que nadie dude jamás de mi pobreza ni de la tuya,
para que todo fuese
un festín de muertos
estrellándose seriamente
contra nuestros antiguos designios,
todos los olvidados viajes al país de los sueños,
las diameladas esporas de los cuerpos,
cerradas para siempre.
Los muertos de esa noche
convenientes fueron a nuestra fatalidad,
con su yermo estilo
de prófugos rebelados contra el natural orden
de las cosas.
Si tuviésemos valor, hermana mía,
o amables fuéramos,
recordaríamos la noche en que los muertos
bajaron desde el techo,
solidariamente,
sólo para consolarnos.


En Poemas, Ediciones del Clé, Nogoyá, Entre Ríos, 2020) / 
Nieves Viviani (Concordia, Entre Ríos, 1973) / Fotos: jmp, “City Bell en septiembre” / 

lunes, 5 de septiembre de 2022

CHARLY GARCÍA Aunque digan que va a ser muy fácil




CONFESIONES DE INVIERNO 

Me echó de su cuarto, gritándome: 
"No tienes profesión"
Tuve que enfrentarme a mi condición
en invierno no hay sol

Y aunque digan que va a ser muy fácil
es muy duro poder mejorar
hace frío y me falta un abrigo
y me pesa el hambre de esperar

¿Quién me dará algo para fumar?
¿O casa en que vivir?
Sé que entre las calles debes estar
pero no sé partir

Y la radio nos confunde a todos
sin dinero la pasaré mal
si se comen mi carne los lobos
no podré robarles la mitad

Dios es empleado en un mostrador
da para recibir
¿Quién me dará un crédito, mi Señor?
Solo sé sonreír

Y, tal vez, esperé demasiado
quisiera que estuvieras aquí
cerrarán las puertas de este infierno
y es posible que me quiera ir

Conseguí licor y me emborraché
en el baño de un bar
fui a dar a la calle de un puntapié
y me sentí muy mal

Y si bien yo nunca había bebido
en la cárcel tuve que acabar
la fianza la pagó un amigo
las heridas son del oficial

Hace cuatro años que estoy aquí
y no quiero salir
ya no paso frío y soy feliz
mi cuarto da al jardín

Y aunque a veces me acuerdo de ella
dibujé su cara en la pared
solamente muero los domingos
y los lunes ya me siento bien




En Adiós Sui Generis, elepé doble, grabado el 5 de septiembre de 1975, parte 1 (lado 2, tema 1) y 2, Microfón Argentina, 1975 / 
Charly García (Buenos Aires, 23 de octubre de 1951) / Fotos: jmp / 
Los textos forman parte de estudio en ejercicios de taller.


domingo, 4 de septiembre de 2022

GRACIELA MATURO Entonces fue tu rostro, revólveres de rosas



Cuando lloras amigo 

Cuando lloras amigo 
No es solo por tu desamparo 
La soledad el hígado las deudas 
el desamor 
Las sombras 
el cansancio 
Es el mundo que llora por tus ojos 
Los siglos de orfandad sobre la tierra. 
Otros ciegos y solos han buscado palabras 
En diccionarios borrosos 
Signos en el temblor del agua. 
Los has visto temblar 
Desnudos, solos 
Vistiendo de papel su lisura de amebas 
Lloran en ti cordero desangrado 
Llanto amargo que viene desde el fondo del tiempo 
Agua de piedad 
Río antiguo de lágrimas


Es tarde para escribir 

Es tarde para escribir una biografía inventada 
Tarde para el lamento. 
En qué edad hemos sido condenados 
A descifrar una amapola 
A esperar las señales invisibles. 
Pregunto por los ángeles 
Pido por la palabra 
Que haga girar la llave de lo oscuro. 
El fuego hará arder los viejos templos 
Y llegará la barca de amor y poderío 
Pregunto por los ángeles que saben mi condena. 


Entonces fue tu rostro 

Entre los hombres grises me acordé de tu rostro. 
Fue un olor a violetas 
Una mata de pasto entre los expedientes. 

Azules de tan hondos me miraban tus ojos 
Devolviéndome el rumbo de la luz 
Entre animales de sombra. 

En el círculo turbio de las risas 
Me halle a solas 
Con mi medalla de sangre tatuada en medio del pecho. 

Un otoño sin hojas y un carillón goteando 
Sobre la calle oscura y sin caricias 
De una tarde cualquiera. 

Entonces fue tu rostro y unas ganas 
De inclinar la cabeza sobre un violín antiguo 
Y dormir entre brasas que vuelan y se apagan. 


La feria de abalorios 

Vengo de transitar los mostradores del día 
la feria de dientes 
El pájaro de vidrio. 
Alguien me ha dado un pago absurdo por existir 
Por maldecir el látigo 
Repitiendo las ceremonias de la vida. 

Vengo del país que no entiendo, 
La feria de abalorios. 
Vengo enfundada de flor en el ojal y buenos días 
De cobrar mi salario en la noria. 

Colocaré mi paga al otro lado de la piedra 
Donde dibujo el sol 
Muy cerca del armario donde guardo 
Las flores vivas, los relámpagos, 
La almohada de perfume para soñar despierta. 

Yo pertenezco a ese lugar donde el pan se reparte 
Donde el alba es de todos. 
vengo a buscar mi sombrero de plumas de oro 
Mi plomada de aire 
Mi sensatez hecha de vértigo y amor. 

Quiero cambiar mis rupias por dinero eficiente 
Divisas de eternidad 
Revólveres de rosas. 



En Antología poética / Fondo Nacional de las Artes, 2007 / De Los tiempos del despojo, 1969 / Selección y fotos: jmp / 
Graciela Maturo (Santa Fe, 15 de agosto de 1928) / Poeta, escritora y ensayista / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-