martes, 25 de octubre de 2022

MERY YOLANDA SÁNCHEZ En los labios de los muertos



EN QUÉ PENSASTE 

Qué pensaste cuando al cerrar los ojos dejaste la carga de tu silencio en mil cuerpos. Cuando descargaste tus vísceras en el baño y te sentiste liviano y liberado de las quejas que eructa la tierra. En tu rostro quedaron señales, miradas pasadas y ajenas. Habrá crecido en ti la cicatriz que resalta la arruga pedazos del juego en la mitad del poniente. Ya ni siquiera eres un hombre común, ni sabrás nunca de los que se han ido después de ti. No imaginarás las cartas que mordemos detrás del muro, ni cómo aprendemos a separar consonantes y evitar adjetivos, porque en los labios de los muertos, la verdad es un error más.


EL INVENTARIO 

Te hicieron viejo siete puntos en la cabeza. A pesar de las lluvias que silencio son, volverás para señalar tu espejo con un círculo sobre el blanco de tu piel. Desafiarás a los que buscaron tu cuerpo para guardar una culpa más y recuperar la sonrisa entre la sangre de tu rostro.


LA FRONTERA 

Preguntan y no esperan las respuestas. Lloran en las calles, frente a las obras de arte lloran. Lloran de perfil ante las listas de los desaparecidos. Están aquí y allá. Después del horror pendulan un halo del abismo en diagonal a la razón. Ya no firman las crónicas ni registran sus pertenencias. Son de aire sus pasos y de salsa parece su vaivén.


LOS OTROS 

No alcanzaron a sentir miedo. Cuando los cortaron el dolor llegó primero, la boca de la bota en la cara. Pronto el susurro de la sierra fue lejano. Un pajarito almorzó los pecados de las vísceras. 

Sus sombras siguen y recogen los sombreros que atajó el viento. 

Las mujeres orinan cualquier lugar. 

Los niños se volvieron ancianos amarrados a los alambres de púa. 

Tres territorios debajo de las carcajadas de los asesinos. 

Y sus sombras también son perseguidas, señaladas y marcadas desde los pájaros metálicos, dueños del cielo.


SUERTE DEL SILENCIO 

Los homicidas de un suicida tienen fortuna. Nunca se sabe de sus rostros, aunque se hacen necesarios para el concierto de culpas. Al Estado no le importan los suicidas, la Iglesia los destierra. Los suicidas se llevan las mejores conclusiones.


EL REGRESO 

Una extraña atmósfera le determina la vida. Un olor denso y pesado, nunca antes presentido, se cuela por el vestido y se esconde entre el ombligo. 

Sí, sacaron al muerto, pero su olor se instaló en las axilas de la noche, en los pliegues del pañuelo en desuso; se mantuvo ocho días entre las subidas y bajadas de los inquilinos. Tal vez, Dios también utilizó el ascensor inhalando su propio sabor. Es la costumbre de dormir entre el incienso.


LA GUARDILLA 

Dos cuerpos se necesitan 
se dicen desde los poros. 
Enredados en barrotes de humo 
escriben país en las paredes de la guerra. 


LUGAR TRES 

Recostada sobre su brazo derecho, en el borde de las cosas, ve pasar razones de papel. Una mosca lee su pierna izquierda, ella construye pedales para sus horas de quince sueños. Se mece, no puede decidir para dónde dejarse caer: a lado y lado la esperan monstruos que vomitan la sangre de las orquídeas.


PATIO 

Una mano fría trata de entregarme 
la salida. 
La mujer que asesiné hace tiempo, 
lava sus ropas con la sangre de mi boca.


AVIONES 

Anoche 
mientras comía metáforas 
un mirage 
rondaba mi casa. 

Esta mañana 
no pude salir 
el ala del mirage 
estorba en mi puerta. 


CARTA A CARLOS IVÁN 

Pienso en ti 
para contestar 
el saludo a mis muertos. 

Pienso en ti 
para olvidar la rumba 
donde los disparos 
son la partitura 
del himno nacional.


ENTRE MIS HORAS MUERTAS 

Ayer traté de buscarte 
en las horas muertas 
de mi escritorio. 
Te busqué en la ciudad que me habita 
pero a lo lejos una detonación 
me mostró el vacío de la multitud.


PERIÓDICO VIEJO 

Cuando ya no importa 
que los muertos se mojen 
es fácil cubrirnos de la lluvia 
con un periódico viejo 
las manchas de las noticias 
se deslizan por el cuello 
dejando nombres propios en la piel. 

Recorremos el invierno 
atragantados con los mismos titulares 
de ayer, de mañana y cien años más 
con un hombre inmóvil en cada semáforo 
como última señal 
de que estamos cambiando de piel.


LUGAR DE HIERBA 

En las oraciones el olor a huesos es la memoria de risas y afanes. Detrás de los muros la tierra espera nacer en manos de hortalizas


En Un día maíz, Editado por el Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia en febrero de 2010 / Selección: jmp / Foto: Mery Yolanda Sánchez y José María Pallaoro, por Lucrecia Handula / X Festival Internacional de VaPoesía, Teatro Asociación Bancaria, Buenos Aires, lunes 24 de octubre de  2022 / 
Mery Yolanda Sánchez (Guamo, Tolima, Colombia, 1956) / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller.-

viernes, 21 de octubre de 2022

ROBERTO DÍAZ Un fragmento de mundo que cayó entre nosotros


X

El amor es lo único que conserva su rostro. 
Rostro de día transparente, de ojos asombrados, 
de gato mirando amanecer. 
El amor es lo único que sirve para limpiar la cara, 
para secarnos, una y otra vez, el agua del origen. 
El amor cierra las ventanas en invierno 
y abre los postigos en verano. 
Está hecho de lumbre, pero también de viento, 
de palabra furtiva, de claves y de dulces penumbras. 
Está hecho para ti y para mí, 
es un regalo que nos trajo un duende 
juguetón y travieso. 
El amor es un fragmento de mundo 
que cayó entre nosotros. 


Querido amigo, te recuerdo en tus textos / 
En Música de ausente, Editorial, Buenos Aires, 2006 / Poema X de primera parte del libro, La canción del pez / 
Roberto Díaz (Avellaneda, provincia de Buenos Aires, 23 de julio de 1938 – 16 de agosto de 2011) / Fotos: jmp /

lunes, 17 de octubre de 2022

RUBÉN DERLIS Hay demasiada poesía inofensiva




Hay demasiada poesía inofensiva,
un exceso de palabra cáscara,
de versitos chatarra.
Falacias en líneas desparejas,
claves del círculo cerrado,
delectación de grupos áureos.

En tanto los que pudrieron el siglo ya muerto
se aprestan a infectar el que comienza.

Por cada hombre que grita, cien cayeron.
El cambio que no fue merece un nuevo intento.

La voz del poeta debe empujar con todos,
vibrar enraizada en su tiempo.

Despierte la poesía como espada,
piedra filosa,
dientes en el alma.


Ayer domingo 16 de octubre viajamos a Buenos Aires, y visitamos el bar “La Poesía” (en la esquina de Bolívar y Chile, San Telmo). Años atrás lo solíamos frecuentar con Jorge Rivelli y, creo, en dos oportunidades leímos nuestros poemas. Pregunté por Rubén y la chica que nos atendió dijo que desde el inicio de la pandemia no va. En uno de los estantes entre los cajones de Crush y botellas Deleuze veo libros, le pido al muchacho que está en la barra me baje uno. Y me lo llevo. Lo compro. Es un libro de Rubén Derlis publicado en 2010: Esquina de encuentro. Historia del Café “La Poesía”. Y acá estamos, en City Bell, leyéndolo. 
Rubén Derlis nació en Chivilcoy el 12 de abril de 1938. En 1942 junto a sus padres se radica en Buenos Aires. 

martes, 11 de octubre de 2022

EDNA POZZI Dos poemas de Ferocidad de la memoria




Maduro un oficio tan íntimo 
que sólo es posible transmitirlo 
con la boca en el pecho del otro.

Un oficio tan delgado 
que se lo oye crujir por las noches. 
Crece la hierba sobre nosotros 
los muertos 
y avanzan los pájaros grandes lagunas 
de tristeza. 

Maduro un oficio tan final 
que sólo es posible para los dioses 
y las piedras. 
En esta tremenda dignidad 
no hay colaboración posible con la vida.



Como sabes al fin que la poesía 
no salva de la muerte y de la duda 
caminas con los labios resecos 
por las abiertas playas 
pensando en el amor de los albatros. 

Aguda vertical 
una columna de ceniza caliente 
sigue tu paso y conmueve el tiempo. 

Sin embargo de a ratos crece en la roca 
un olor extraño 
como de flores maceradas. 

Sospechas cautamente 
que otro a lo lejos 
camina entre perfumes 
y respira. 



En Ferocidad de la memoria, La Rosa de Oro, 1977 / Foto y video: jmp / 
Edna Pozzi (Pergamino, provincia de Buenos Aires, 1926 - 2017) / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

José María Pallaoro lee un poema de Edna Pozzi



domingo, 9 de octubre de 2022

JOHN LENNON Ya sé que esto lo había oído antes



JUEGOS DE LA MENTE 

Estamos jugando juntos esos juegos de la mente 
Empujando las barreras sembrando las semillas
Jugando a la guerrilla de la mente 
Cantando el Mantra paz en la tierra 
Todos hemos jugado siempre esos juegos de la mente 
Una especie de torpes druidas levantando el velo 
Haciendo la guerrilla de la mente 
Algunos llaman magia a la búsqueda del grial 

El amor es la respuesta 
Y eso bien lo sabes 
El amor es una flor 
Tienes que dejarlas crecer 

Sigamos jugando juntos esos juegos de la mente 
Fe en el futuro a partir del presente 
No puedes golpear a esos guerrilleros de la mente 
En absoluto ni en otro lugar con las piedras de tu mente 
Estamos jugando juntos esos juegos de la mente 
Proyectando nuestras imágenes en el espacio y el tiempo 

Sí es la respuesta 
Y muy bien lo sabes 
Sí es renuncia 
Y tienes que dejarlo 
Tienes que dejarlo ir 

Sigamos jugando juntos esos juegos de la mente
Haciendo la danza 
Millones de guerrilleros de la mente 
Aplicando el poder de sus almas en la rueda kármica 
Sigue jugando para siempre esos juegos de la mente 
Elevando el espíritu de la paz y el amor 
Amor 

(Quiero que hagas el amor y no la guerra
Ya sé que esto lo había oído antes) 


En elepé Mind Games, grabado entre julio y agosto de 1973 en Record Plant Studios de Nueva York / Editado el 29 de octubre de ese año / Versión libre del libro John Lennon, imágenes y canciones / Ediciones Yesterday, 1986 / 
John Lennon (Liverpool, 9 de octubre de 1940 -Nueva York, 8 de diciembre de 1980) / 



miércoles, 5 de octubre de 2022

EMMA BARRANDÉGUY Dos poemas




EL OSITO EN LA CAJA

Es un osito de mármol
no más grande que mi pulgar
pero me mira desde que era niña.
Está guardado en una cajita
junto a un perro de pasta
echado en el camino del pesebre.
Son mis juguetes,
restos de grandes manadas
que caminan por mis sueños.
Los tigres de actitudes sinuosas
murieron en formidables batallas
pero el osito resta,
sentado en sus patas traseras
todo blanco salvo sus ojos.
Cabe holgadamente en mi mano
y lo aprieto para calentarlo
pero el osito permanece igual y quieto
como cuando en la selva del jardín
aguardaba las otras bestias,
soñando con los témpanos lentos.
Igual que yo,
mirando las verdes vegetaciones de la vida
desde la cajita de tarjetas
que me contiene.


COMPARTIDA

Miro subir la luna llena
en el cielo malva de este otoño porteño
y siento que en la ciudad
los atardeceres tienen asimismo su belleza,
y abril trae las uvas del oeste
tan sensuales que es necesario morderlas,
romper su carne
como cuando pelamos los morrones asados
y el jugo nos cae por los dedos.
Estos frutos
y el andar por las calles
perdida entre las gentes
sin que la comarca traiga
sus voces repetidas,
me permiten mirar con delicia las tardes
y compadecerme de las oficinas
donde muere la piel de las mujeres
y se embellecen
las corbatas de los hombres,
a medida que pasan los años.
Aquí o allá
la vida es ese fulgor
que se abre entre las nubes
y la persistencia pausada y aleve
de un dolor en el hombro derecho,
en todos los hombros.



En Poesías completas, Ediciones del Copista, Córdoba, Argentina, 2009 / 
Emma Barrandéguy nació en Gualeguay, Entre Ríos, el 8 de marzo de 1914. Murió, en su ciudad natal, el 19 de diciembre de 2006 / Foto: jmp /

lunes, 3 de octubre de 2022

ABELARDO CASTILLO Un día te quedarás muy quieta



MUCHACHA QUE VA Y VIENE CON SU VALIJA 

a Sylvia

Siempre entrando y saliendo 
De mi vida 
Con tu enorme valija 

Siempre perdiendo trenes, aturdida, averiguando horarios 
Puro pelo y apuro, siempre 
Despidiéndote o diciéndome hola. 

Ay templito móvil, mujer ola 
Un día te quedarás muy quieta al lado mío 
Pondremos ropa, versos, panes, un disco de los Beatles 
En tu enorme valija de irte y de quedarte 
Y nos acostaremos juntos 
                                a dormir 
                                para toda la muerte. 

(1981)



En La fiesta secreta, Ediciones en Danza, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2022 / Gracias Lis / 
Abelardo Castillo (Buenos Aires, 27 de marzo de 1935 - 2 de mayo de 2017) / Fotos: jmp / 

Los autores y textos seleccionados por el coordinador forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-

sábado, 1 de octubre de 2022

MURILO MENDES Sus brazos que cantan




MITAD PÁJARO

La mujer del fin del mundo 
Da de comer a las rosas, 
Da de beber a las estatuas, 
Da de soñar a los poetas. 
La mujer del fin del mundo 
Llama la luz con un silbido, 
Hace a la virgen volverse piedra, 
Cura la tempestad, 
Desvía el curso de los sueños, 
Escribe cartas a los ríos, 
Me empuja del sueño eterno 
Hacia sus brazos que cantan.


En Molinos de viento / Boletín de Artes y Letras, año 4, número 44, agosto de 2022 / San Carlos 1520 - Santos Lugares / Director: Osmar Luis Bondoni / Versión: Rodolfo Alonso / 
Murilo Mendes (Juiz de Fora, Minas Gerais, Brasil, 13 de mayo de 1901 - Lisboa, Portugal, 13 de agosto de 1975) / Foto: jmp, “Marilyn” /

Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-